Capítulo 41

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Inglaterra, Bristol house

En unos minutos es mi boda, vuelvo a casarme después de tantos años. Puedo decir que he amado a dos mujeres en mi vida, Jasmine la madre de mis hijos y de no haber muerto tal vez nunca me habría permitido ver a otra mujer. Pero el destino es un tanto jocoso. Al menos... No el destino fue justo, yo tenía que salvar a Alease de ese miserable —tocaron la puerta de mi despacho.

—¡Adelante! —Jade ingresó, anoche vino a ayudarle a su madre en los últimos preparativos. Asistirá a la unión religiosa, más no al agasajo posterior en el jardín de la mansión de Bristol. Permanecerá oculta junto a la duquesa viuda de Montrose y su hija Iona.

—¿Me mandaste a llamar padre? —le señalé la silla frente a mí.

—Sí hija —desde que le dimos la noticia a Lucy que yo era su papá, en su mente infantil entendió que todas sus hermanas eran hijas mías, y por estar casadas no podían tener el apellido Hamilton. En todo caso nadie la sacó de su conclusión, desde ahí todas me dicen padre—. Verás, mi regalo de bodas es un viaje por ocho meses fuera de Inglaterra, quería pedirte el favor que cuidaras a Lucy.

—¡Claro! —su mirada es idéntica a la de su madre. Tanto ella como Lucy tienen el mismo color de ojos—. ¿Puedo saber a dónde viajan? Madre jamás lo ha hecho, la única vez fue el viaje que hicimos a Irlanda, con la muerte de los padres de los hermanos Taylour.

—Eso me informó, por eso me voy por una muy larga luna de miel. Quiero que conozca, España, Portugal, Francia, e Italia por ahora. Después la llevaré a otros lugares —Jade aplaudió, del ramillete de amigas de mi hija, sin duda, Jade es la más noble, es igual de sumisa a su madre y eso debo mejorarlo, pero será a mi regreso. Como está de luto por un año no puede salir, salvo a la vicaría o algún almacén si llega a ser necesario.

—¿Viajan mañana? —afirmé—. Entonces en la tarde me voy con Lucy.

—No, por nada del mundo ustedes salen de esta mansión —me miró extrañada—. Jade, han llegado rumores a mis oídos que tu padre ya está buscando compradores para casarte de nuevo —se puso pálida—. Por esa razón te quedarás en esta casa, que también es tu casa. Velarás por lo que acontezca en la mansión y es lo mejor, Thomas te acompañará mañana a buscar tus pertenencias, él parte a Escocia a velar por la familia de Iain mientras regresa del viaje que hará con mi hija a Estados Unidos.

—Cree que mi padre...

—¡Mírame! —vi temor en esos ojos cafés—. No permitiré que ese señor te ponga las manos encima, puede hacerles daño, si deseas ir a la vicaría lo harás con dos guardaespaldas que quedan a tu servicio. No descuides a la niña cuando quiera ir al parque, en lo posible invita a tus amigas, así estarán acompañadas. ¿Me harás caso?

—Claro que sí, padre.

—Siendo así, me puedo ir más tranquilo. Ya es hora que salga, espero tu madre no me deje plantado.

—Jamás lo haría —me levanté, le ofrecí mi brazo para escoltarla a la salida, era la única vestida de negro, es una viuda doncella—. Gracias por hacer feliz a mi madre, por devolverle ese brillo en la mirada, por amarla. Todas mis hermanas estamos tan agradecidas.

—No es nada, ella ahora es mi vida. Desde un tiempo para acá es lo más importante.

Llegué a la vicaría con mi hijo, en unos veinte minutos debe de llegar mi marquesa. En la vicaría ya estaba mi hija con su esposo, me lanzó una decena de besos desde su banca al lado de todos los Grant, también está mi mejor amigo Ross, me hubiera gustado mucho que Mowbray estuviera, pero parece tenerle pavor a salir de su casa.

Apariencias - ¡Mírame...! No podrías amarme (libro 1).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora