Nueva Granada, hacienda Montrose.
Ha pasado un mes y todos los días Iain me trata como si estuviera enferma. Si por él fuera me obligaría a permanecer en cama. Desde que estamos en espera me hace el amor con tanta delicadeza. Por horas acaricia mi vientre, me ha confesado que teme a que sea un enano.
Lo que sí es seguro es que en mes y medio debemos partir a Escocia, el futuro heredero al ducado de Montrose debe ser escoces eso no hay discusión. Ley tradicional del ducado que mi marido quiere mantener. Por eso debemos partir en uno de los navíos de la compañía de mi marido, donde podrán omitir nuestros nombres.
No quisiera dejar este lugar, en el tiempo que llevamos adoro lo que he conocido, mis nuevas fragancias, las estoy realizando y me llevo varios frascos de concentrados, creé una fragancia primaveral, sé que será un éxito. A futuro mi marido me estuvo diciendo que podríamos abrir una fábrica en este país, algo pequeño que se encargue de hacer este producto ya que son con flores de esta región.
Dado mi tiempo de gestación por lo hablado con lord Oliver ya debo tener un poco más de los dos meses. La hacienda va muy bien, Elton hace un gran trabajo y es un joven muy dedicado, trabajador y horado que en más de una ocasión he visto mirando a Olivia. Iain está muy interesado en sacar el mayor provecho a las tierras y el cultivo de caña.
Cuando viajó a la hacienda de Declan no pude acompañarlo por mi estado, yo solo puedo caminar los alrededores y la casa, teme a que me caiga, dice que mis embarazos lo pondrán histérico dado a mi historial impulsivo, dice que no pensaré que estoy en encargo y me subiré en un árbol si el olor me llamó la atención. Por eso cada vez que salgo a recorrer las tierras debo hacerlo con dos lacayos y el hijo de una de las señoras que nos ayuda en la hacienda. Él es el encargado en subirse en los árboles a quitar cortezas para mis perfumes masculinos.
Además, en su viaje se tardó cuatro días y para mi fueron un suplicio sin tenerlo a mi lado. A su regreso todos los que trabajan en la hacienda le dijeron sobre mi estado melancólico y me recompensó con una semana de su compañía las veinticuatro horas del día. Soy muy feliz en las tardes cuando me lee, hablar con él y de cualquier tema, tiene conocimientos de casi todo. Las tertulias con él y su tío me apasionan.
Escuché los caballos, salí de mi laboratorio y fui a su encuentro, si algo he aprendido es a conocer los matices de su mirada y a él le encanta que yo lo reciba, no me lo ha dicho, pero cada vez que se asoma del carruaje mira hacia las escaleras. Así que lo complazco en ese pequeño deseo. Los caballos se escucharon más cerca, Olivia permanece a mi lado, es mi asistente en la preparación de mis perfumes. Vi ingresar el carruaje de mi marido acompañado de varios lacayos en caballos a su lado y lo primero que hizo fue asomar su cabeza. Le sonreí.
Esperé a que subiera las escaleras, yo bajé un escalón y él subió uno más para quedar a mi estatura, acunó mi rostro y sus suaves besos me embriagaron.
—¿Cómo te fue en los sembrados?
—Agotador. Me daré un baño y luego estaré en el despacho. Querida, el viaje se adelanta, me llegó carta informando que uno de nuestros barcos llega en un mes a puerto. Por eso debemos partir a más tardar en una semana.
—Como dispongas —se acercó a mi vientre y lo besó—. ¿Cuándo volvemos Iain?
—Después que nazca nuestro bebé podemos pasar una temporada larga, quiero traer a mi hermana y madre.
—No sería mala idea, ¿podemos invitar a mis padres y hermana?
—Esta hacienda es tuya. Seria reconfortante pasar una temporada en familia lejos de los protocolos aburridos.
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Apariencias - ¡Mírame...! No podrías amarme (libro 1).
RomanceEs mi tercer hijo el que viene al mundo, mis tíos y familiares conocedores de la desgracia que empaña nuestra sangre están aquí para verificar si no se ha ensuciado mi descendencia, mis dos hijos anteriores son normales, el heredero al ducado es un...