—¿Quién soy? —la voz de Hoseok sonó a mis espaldas y sus manos cubrían mis ojos.
Sonreí por mera inercia y mi corazón volvió a latir con fuerza, queriendo salirse de mi pecho para caer en sus manos y entregarse por completo. Tenerlo así de cerca me ponía de los nervios y me temblaban las piernas, ya no era una persona, era una masa gelatinosa que se derretía bajo su toque que arruinaba el maquillaje de mis ojos.
—Como si no conociera tu voz —le dije y aparté sus manos de mi rostro para girarme a verlo.
—Se suponía que debías adivinar —formó un puchero con su boca, era como un niño.
—Está bien —volví a darme la vuelta y supe que él estaba sonriendo mientras volvía a colocar sus manos sobre mis ojos.
—¿Quién soy?
Reí por lo bajo, Hoseok era tan tierno y era sorprendente puesto que su figura no daba ningún indicio de ser adorable, sólo su cara aniñada podría guiarte un poco en cuanto a su personalidad tan juguetona.
—No lo sé —le seguí el juego—. ¿Eres Soojin?
—¡No! ¡Soy yo!
Sus manos bajaron de mis ojos hasta mis hombros para darme la vuelta con suavidad, sus manos eran tan grandes que abarcaban toda la zona de mis hombros. El pensamiento me sacó una gran sonrisa, a Hoseok le encantaba el contacto físico y eso no era ningún problema para mí que me encantaba que él me tocara.
—Que tonta, Soojin no tiene la voz grave —siguió bromeando, todavía sin soltarme.
—Tú eres el tonto.
—No, tú.
—Que no.
—Que sí —volvió a sonreír y yo volví a rodar los ojos—. Ven, vamos a comer, yo invito.
Soltó mis hombros sólo para pasar su brazo por entre estos y caminar juntos de esa manera, él no podía darse cuenta de lo mucho que me emocionaba estar así con él.
En el camino a la cafetería nos encontramos con Soojin, mi mejor amiga, ambas estudiábamos lo mismo aunque ella se estaba especializando en japonés, compartíamos muchas clases juntas y éramos cercanas, lo suficiente para que ella supiera de mis sentimientos sobre Hoseok. Pues según ella, sólo un ciego o un idiota no se daría cuenta.
—Aquí está, mi pareja favorita —bromeó ella cuando se nos acercaba, con ese sarcasmo de siempre.
—Tú serás la madrina en nuestra boda —le siguió Hoseok, perturbandome como siempre con esas tontas bromas que me llenaban de esperanzas.
—No esperaba menos —a Soojin pareció no importarle demasiado aquello—. Haeun, ¿tienes lo de lenguaje?, me quedé dormida y no fui —preguntó.
—Claro —antes de que pudiera buscar el cuaderno en mi mochila, Hoseok habló.
—Si quieren vayan a buscar la mesa, yo voy por la comida.
—¡Ah! Que bueno eres —Soojin le tendió su tarjeta para que comprara su comida pero este no la aceptó y simplemente se marchó, ya sabía cuáles eran nuestros gustos así que ni falta hacía que nos lo preguntará—. Haeun, tienes que darte prisa con él, en cualquier momento te lo van a ganar.
Se me enrojecieron las mejillas y tomé asiento en la primera mesa que encontré. Mi amiga me siguió y por fin pude darle el cuaderno que necesitaba. Llevaba una coleta alta y mal hecha, no se había maquillado y las calcetas de distinto color sobre sus pies me decían que se había despertado a arreglarse como una loca y tomó lo primero que encontró para no llegar tarde.
—¿Qué estuviste haciendo anoche? Tienes unas ojeras de muerte.
—Pues nada, sólo conocí a un chico de ingeniería mecánica —frunció el entrecejo—. No, creo que era de ingeniería civil. No lo sé.
—¿Y era guapo?
—Que mis ojeras respondan tu pregunta.
—¡Eres increíble! —negué con la cabeza.
—Ni me digas nada —deshizo su coleta y le pasé mi cosmetiquera para que pudiera arreglarse un poco—. Tú puedes quedarte persiguiendo al mismo tipo toda la vida, yo voy a aprovechar.
Suspire derrotada, desde mi lugar podía ver a Hoseok haciendo fila para comprar nuestra comida. Dejé caer mi cabeza sobre la mesa, derrotada, había estado persiguiéndolo por dos años pero nada parecía funcionar, él seguía viéndome como su mejor amiga con la que podía ser cariñoso y nada más.
—Ni lo menciones, su comentario sobre nuestra boda todavía me tiene mal —volví a acomodarme en mi asiento y Soojin sonrió con pena.
—Es que eres demasiado pasiva. Lo que tienes que hacer es plantarte frente a él y decirle: "si respiras entonces serás mi novio" —simuló tener un arma con sus dedos y su voz sonó tan seria que me causó una gran carcajada—. O algo como eso, es fácil.
—Claro, voy a decirle eso, estúpida.
—Yo sólo estoy dándote mis humildes consejos —se encogió de hombros y siguió maquillándose.
Pronto Hoseok vino a la mesa con nuestra comida, era increíble cómo podía llevar tres charolas con comida sin ningún esfuerzo. Soojin retiró los cosméticos que había regado por la mesa y los guardó en la cosmetiquera para después entregarmela.
—Aquí tienen, cerdo para Soojin y pollo para Haeun.
—Esa soy —celebré, dejando que el delicioso olor de la comida entrara en mi nariz.
Hoseok me sonrió, se había sentado junto a mí y con él había traído unos jugos para acompañar la comida. Abrió el mío y lo dejó a mi alcance, como si yo fuera una niña pequeña.
—Las he reunido hoy aquí para algo importante —comenzó a decir. Soojin arqueó una ceja, mientras sonreía burlona, esperando a que Hoseok dijera alguna tontería—. Necesito pedirles un favor a ambas.
—Ya decía yo que era demasiado bueno para ser cierto —suspiró mi amiga.
—¿Qué necesitas? —pregunté yo.
Hoseok juntó sus manos, miró a Soojin e hizo su mejor cara de perrito atropellado, sin saber que en ella no servía de nada.
—Necesito que me ayudes con mis clases de japonés.
—Haeun también lleva clases de japonés, pídeselo a ella —la castaña comenzó a comer, ignorando los gestos suplicantes de Lee.
—Es que de Haeun necesito otra cosa.
—¿Para qué? —hablé yo.
Hoseok me miró como lo había hecho con Soojin, en mí sí funcionaban sus encantos. Si él usaba las palabras correctas, yo podría ir corriendo hasta la torre más alta y tirarme de ella sólo para hacerlo feliz.
—Mi amigo necesita ayuda con el inglés, ¿podrías ayudarlo?
—También te puedo ayudar a ti, sólo tendría que organizar mi tiempo y...
—No, no —interrumpió—. No podría abusar así de ti. Por eso quiero que Soojin me ayude a mí.
—No lo haré —dijo esta.
—¡Por favor! —Hoseok volvió a juntar sus manos—. Te pagaré.
Los ojos de mi amiga se iluminaron y volteó a ver a Lee, sonriendo.
—Debiste empezar por ahí, ¿cuándo y dónde?
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Chocolate!! || Son Hyunwoo, Lee Hoseok
Fanfic❝ Sé que eres más dulce que el chocolate. Inconscientemente mi mirada se detiene sobre tus labios, ¿por qué conozco el sabor de algo que nunca he probado antes? ❞ .__________🍫__________. Donde Haeun es como la chocomenta a Hoseok no le gusta la c...