capítulo cuatro; mink.

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farah.

— namjoon, tienes que venir a ver esto.

ignoré a yoongi llamando a namjoon, y seguí poniendo mi mirada en la del chico frente a mi, quién extrañamente, no despegaba su mirada de la mía.

mis ojos picaban como el infierno, quería llorar. 

de tan solo pensar que si dejaba de mirarlo, iba a volver a ver blanco y negro, mi estómago se arrugó y solté un sollozo.

— ah, m-mierda, tú en verdad eres real, m-mi abuela tenía razón. — hablé entre dientes — dios, en serio voy a colapsar aquí.

podía jurar que llevaba ya un buen rato sin parpadear, y sentía cómo mis ojos me pedían parar por un segundo, ¡pero vamos, no quería dejar de verlo!

el chico me observaba con confusión, casi con disgusto, y yo aparte de sentirme abrumada y pequeña bajo su mirada, me sentía levemente decepcionada.

por su mirada, sabía que algo malo o algo no bueno pasaba por su mente, algo dentro de mi me lo estaba diciendo.

— oye, deja de verme. — el habló, casi con coraje.

sentí mi corazón explotar cuando apartó su mirada, y volví a ver blanco y negro.

me acerqué a él con rapidez y busqué su mirada casi con desesperación, haciendo que retrocediera y se escondiera detrás de namjoon, quien recién había llegado.

traté de tomar de la mano al chico, pero el la quitó con desagrado y me miró mal.

— ¡ya, pareces una loca!

— ¡hey! — regañó namjoon.

— ¡es que no deja de verme, me da miedo! — dijo mientras fruncía el ceño — aparte huele mal, como a basurero. ¿en dónde te metiste, eh? no solo me ves como una loca apunto de hacerme algo, sino que también tu puro olor me está dando asco.

wow, bueno, eso en verdad me había dolido.

yo sabía que no lo conocía, y que no tenía por qué dolerme la mierda que había dicho de mi, pero dios, literalmente estábamos hablando de mi generador de colores, mi alma gemela —por más que odiara llamarlo así—; era imposible que no me calara aunque fuera un poco.

y como si fuera una bebé, lloré.

yoongi tomó mi brazo por atrás, y jaló hacia él. temblé bajo su agarre y comencé a tartamudear con torpeza.

— y-yoongi. — murmuré.

mi amigo habló; — ¿qué sucede?

— no quiero dejar d-de verlo. — lloriqueé mientras cerraba mis ojos de golpe y volteaba hacia él, para luego abultar mis labios en un puchero inconsciente — no quiero ver blanco y negro otra vez.

tapé mi rostro con mis manos, y por inercia mis hombros se sacudieron con mi llanto.

— creo que deberías entrar. — la voz neutra de yoongi sonó.

no supe cuál fue la reacción de nadie, simplemente me quedé refugiada en el pecho de mi amigo, quien sobaba mi espalda lentamente.

díganme, ¿ustedes cómo se sentirían si el amor de su vida, literalmente, les dijera que parecen locas y que huelen feo? mal, lo sé.

tal vez estaba exagerando la situación, tal vez tenía que parar de llorar y enfrentar al chico dentro de casa de namjoon, pero mi tristeza y decepción era mayor, así que simplemente me quedé parada como tonta.

soul tells 색상 ; park jimin.Where stories live. Discover now