Capítulo 4

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Lan Zhan está perdiendo mucha sangre. La sábana de algodón entre sus piernas está manchada de un carmesí profundo, como la nieve donde un cuerpo yacía momentos antes. Wei Wuxian no puede pensar en lo que eso significa - no puede pensar en absoluto más allá del zumbido en su cabeza.

El sonido de la puerta al abrirse rompe el silencio. Se estremece, crispándose de forma protectora alrededor de su compañero herido, su labio superior levantándose en un gruñido silencioso.

Es solo Sizhui, quien regresó de buscar al Doctor Feng. Verlo llena a Wei Wuxian de amor y tristeza a partes iguales. Su espalda está rígida y sus ojos mojados, llenos de lágrimas que se niega a derramar. Está tratando de ser valiente, chico tonto.

La doctora Feng está con él. Desearía poder ver su rostro. Ella le parece tan familiar - sus gestos, su forma de habla, su olor. Se siente como si la conociera de toda la vida.

"Joven Maestro Wei", dice tajantemente. "Necesito echar un vistazo a su marido".

Wei Wuxian levanta la manta con un permiso sin palabras, exponiendo el cuerpo acurrucado de Lan Zhan al aire fresco de la habitación, a pesar de que cada parte de él esta gritando que necesita mantenerlo caliente. No puede ver la expresión de la doctora Feng, pero escucha su fuerte respiración entrecortada al ver la sábana arruinada.

Una lágrima cae por la mejilla de Sizhui. Se da la vuelta, con una mano sobre su boca.

Wei Wuxian sabe que es demasiada sangre. Lo sabe. Y, sin embargo, una parte de él no puede evitar esperar que no sea demasiado tarde. Lan Zhan todavía huele a luz solar, piel de gatito y a otras cosas suaves y delicadas. Aun huele a omega embarazado, como si hubiera una pequeña vida dentro de él necesitando protección. Seguramente eso tiene que contar para algo.

La doctora Feng se acerca al nido y se inclina sobre el cuerpo tendido de Lan Zhan. Inmediatamente, su postura se pone rígida. "Ha sido drogado".

Es cierto. El aliento de Lan Zhan está teñido con la dulzura distintiva del opio, su cuerpo esta inerte y flojo por algo más profundo que el sueño normal.

"Lo encontraron así", dice Wei Wuxian en voz baja. "Me preguntaba si esa podría ser la razón por la que él ..."

"Podría ser", dice la doctora Feng, levantando la camisa de dormir de Lan Zhan y colocando la palma de su mano sobre su vientre. "¿Cuándo comenzó la hemorragia?"

Ella tiene las manos pequeñas, sus uñas están limadas en puntas lisas y redondeadas. La vista de ellas tira de algo en la que se encuentra en el fondo de la mente de Wei Wuxian - un recuerdo de dedos enroscados alrededor de una pequeña taza de barro, presentándosela como una ofrenda.

"No lo sabemos", confiesa. "Un discípulo lo encontró acostado inconsciente en la colina de atrás. Nadie sabe cuánto tiempo estuvo allí".

La túnica de Lan Zhan esta empapada en sangre, el olor de la misma es espeso en el aire. Un grito animal sin palabras había salido de la garganta de Wei Wuxian al verlo. Solo el suave resplandor de la presencia de su marido en el fondo de su mente le había impedido dar cazar a quien le había hecho daño y descuartizarlo.

Tan solo había tenido suficiente presencia mental para enviar un talismán de mensaje a Zewu-Jun, quien se había ido al Reino Inmundo hace una semana. Había ido a pedirle un favor al Cultivador Jefe Nie, quien durante el último año había demostrado ser un político astuto, mucho más allá de las expectativas de cualquiera. Si alguien podría impulsar al mundo de la cultivación hacia una visión más iluminada de los matrimonios alfa / omega, es él.

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