Capítulo 2

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Al día siguiente. Deseaba manifestarle a alguien la alegría que sentía por esta oportunidad que el cielo me estaba dando. Recordé que llevaba días sin hablar con  Ann, mi mejor amiga del instituto, cuya personalidad es totalmente opuesta a la mía. Ella es físicamente perfecta, su cabello es rubio y extremadamente liso. Sus ojos son azules, los cuales resalta con sombras muy llamativas. A diferencia de mi, ella si se maquilla. Esa es una de las tantas diferencias nuestras. Ann "vive la vida", como cualquier adolescente. Estudia poco y aprueba. Se va de fiesta con cualquier pretexto y sin ninguno también. Su filosofía, es una: "La vida son dos días, y ya estamos en el segundo". Bien, pues, una filosofía que a mi parecer es errónea porque claro, soy la típica amiga de la guapa, a la que todos miran por defecto, ya que se encuentra al lado de "la barbie", como muchos la llaman. A pesar de ser tan diferentes, nos llevamos muy bien. 

Me aventuré a llamarla, quizás estaba consciente, o quizás no. Mientras sonaba el telefono, había empezado a imaginarme, en que situacion se encontraba mi loca y atolondrada amiga, cuyo paradero desconocia por completo, puesto que esta es tan impredecible como el tiempo. 

- ¿Ann?- pregunto en cuanto contesta al teléfono.

Esperaba que estuviera cabal, es decir, con todos sus sentidos puestos.

- ¡Lauren! ¿Cómo estas, cielo?- contesta con su voz, tan dulce como siempre.

Me alegraba saber que estaba bien. 

- ¡Bien! Deseaba contarte algo, por esto que te llamo.

-Oh, pequeña. Dispara, que yo te escucho.

-Iré a una fiesta, para celebrar el día del libro. ¡Es una oportunidad fantástica!- le digo entusiasmada

- Lauren, cariño, es genial. Pero, ¿Porqué?

-Mike Yagger, quiere presentarme a sus amistades. Cree que pueden cogerme para hacer practicas en alguna editorial.

-¡Eso es realmente genial!

-¡Lo es!

-Pero, te das cuenta que es la primera vez que "Iré a una fiesta" sale de tu boca.¡Y es por los libros!- dice, e inmediatamente se echa a reir.

Pensandolo así, tiene mucha gracia y me uno a ella. Termino de contarle lo de la fiesta y de como se ha puesto mi madre. 

Por suerte, Ann se alegra por mi. El resto de la conversación se basa en los descontrolados días que tuvo después de salir del instituto. ¡Si es que Ann, es la fiesta en persona!. Al terminar de hablar me despido de mi alocada amiga y cuelgo. Como no tenía nada que hacer decido volver a leer uno de mis libros favoritos " Matar a un ruiseñor". Es un clásico de 1960. 

Estoy muy ansiosa por lo de la fiesta así que, decido concentrarme completamente en el libro. Aunque pocos minutos después mis ojos empiezan a cerrarse. Mientras esto sucede mi móvil suena. Me levanto de un golpe  y contesto.

- ¡Lauren! Menos mal, creía que no me ibas a contestar- dice una voz muy ronca.

¡Era Mike!

- ¡Claro que sí! Llevo todo el día esperando su llamada señor Yagger.Estoy muy ansiosa.

LLevaba todo el día deseando que me llamara, porque realmente quiero ir. Aunque no me acepten en una editorial siempre viene bien relacionarse con gente importante y más si están en mi mismo ámbito.  

- ¡Bien, pues a las 7 en punto pasará un coche a recogerte! Tienes que estar preparada para entonces.

- Gracias- y cuelgo.

 Los nervios han aumentado. Son las 2 de la tarde, tengo 5 horas para arreglarme e intentar estar lo mejor posible para la ocasión. Decido volver a ducharme por segunda vez en el día. Así el agua caliente me relajaría un poco.

Al salir de la ducha, me encuentro a Doña Perfecta sentada en mi cama, con los brazos y piernas cruzados. Enarcando una ceja y con cara de pocos amigos. Genial. Espero que no me ponga problemas. Pero lo dudo. Si no hago las cosas como ella quiere, siempre tendré problemas. Me pongo en frente de ella y antes de que pueda articular palabra empieza:

- Lauren, jovencita, me ha llamado Denisse a decirme que has aceptado la invitacíon-Ladra.

- Sí mamá y deberías alegrarte por mi...

- ¿Alegrarme? ¿Porqué? No voy a alegrarme porque mi hija gaste su tiempo con montones de papeles. Ya que eso son los libros, papeles!- lo dice en un tono burlesco. 

Es un demonio pelirrojo digo en mis adentros.

Me dan tantas ganas de darle una bofetada o decirle algo. Pero la que pierde soy yo. Ella es capaz de llamar a Mike y comerle la cabeza para que abandone la idea de llevarme a la fiesta. O es capaz de cualquier cosa con tal de que suceda lo que ella quiere. Así que me contengo las ganas de gritar.

- Mamá, voy a ir te guste o no- digo en un tono muy cortante.

No pienso desaprovechar esta oportunidad. Son solo caprichos de mi comprensiva y empatíca madre. Se que quiere lo mejor para mi. Pero lo que ella quiere y lo que yo quiero no coinciden.

-Mira niña- odio que me llame niña, ya no lo soy- Te dejaré ir porque Mike te lo ha ofrecido, de lo contrario no saldrías por esa puerta.

Sin decir más yo tan solo asiento. Leonor sale por la puerta dando un portazo y dejándome allí de pie. No voy a dejar que me amargue el día y menos esta oportunidad. Así que continuo arreglandome. Me pongo un vestido negro. Es un Miss selfriedgede la temporada pasada. Es adecuado y elegante para la ocasión. Ni muy corto ni muy largo y es ligero. Me aliso mi cabello castaño rojizo y me hago rizos en las puntas. Nunca me maquillo pero este es un buen día para hacerlo. ¡Oh como desearía ser Ann!. Me pongo polvos en la cara, un poco de rubor en las mejillas y rimel para que resalten mis ojos azules. No utilizo sombras como mi madre y Ann. Al final después de tanto pensar, decido ponerme los labios de carmesí. Me doy cuenta de que estoy muy nerviosa porque al ponerme Los Tamaris las piernas me tiemblan. Los Tamaris son casi tacones pero muy bajos. Ideales para mi. La última vez que me puse tacones, terminé en el hospital con un esguince en el tobillo. Mala idea, muy mala idea Lauren.

Justo cuando termino de ponerme los aros en las orejas, suena la bocina de un coche. Es el coche del que me habló Mike. Bajo las escaleras corriendo y me encuentro a mi madre con los brazos cruzados. Con mala cara. Otra vez. Maldita sea. Esta mujer no hace más que poner problemas.

- ¡Que vergüenza... te pareces a tu amiga, ¿Cómo se llamaba?  ¡Ah sí, Anna!- dice con su mayor cara de asco y desaprobación.

- Es Ann y ¡Gracias mamá, yo también te quiero!- me limito a contestar y cierro la puerta antes de que me conteste.

No tengo ganas de discutir con mi madre. Bajo las escalerillas rápido y me subo en el coche.

- ¡Hola Señorita Bennett! El señor Yagger la esta esperando en el Club- dice el chófer sonriendo y yo le devuelvo el gesto.

-¡Muy bien, Gracias!- le contesto amablemente.

Espera ¿Qué ha dicho? ¿Club?. Esperaba que fuera en un salón o una casa. Pero un club, es de un alto nivel social, al cuál solo van los altos magnates y ejecutivos. Esto hizo que mis nervios aumentaran. Mucho más  y me empiezo a marear. No sabía que iba a ocurrir ni mucho menos sabía que me esperaba. 


Las Sombras De CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora