31 de diciembre, año 2195
Unos pasos metálicos resonaron por los pasillos repletos de celdas, dentro de estas había mujeres, hombres, niños y un número mínimo de ancianos, todos encerrados sin ninguna razón, excepto el echo de ser humanos. Los pasos imponentes se dirigían a una celda en específico, cuando llegó a esta posó su tarjeta sobre el escáner y los láseres mortales desaparecieron de la entrada de la celda.
Dentro de la celda había un joven, no más de 17 años. Estaba en los huesos, y su rostro y ropa estaban sucios y dañados, en sus muñecas tenía unas esposas que le dejaban marca y limitaba su movimiento, en su cuello llevaba un collar que también le dejaba marca y casi le dejaba sin respiración, todo esto lo llevaban todos los prisioneros para tenerles controlados. El joven de cabello oscuro levantó la mirada lentamente con miedo, ante sus ojos se mostraba uno de los seres que les hizo esto, los robots.
— Tú, humano, de pie —Ordenó el ser metálico. Su voz sonaba como la de un humano, con solo escucharlo pensarías que es una persona cualquiera— ¡Arriba!
El chico tardó en reaccionar y empezó a levantarse con dificultad, ya que sus piernas estaban débiles. El robot le agarró el brazo con brusquedad, le sacó de la celda y lo llevó a rastras. Por poco se cae por el tirón, sus piernas temblaban. Pasaron por las demás celdas y el chico con desesperación intentó buscar a su madre en una de ellas.
Su mirada un momento se posó en un lugar en específico y abrió los ojos con sorpresa. En un rincón se encontraba un gato de pelaje negro, sentado mirándole fijamente con sus ojos de diferente color, el izquierdo azul cielo y el derecho ámbar. Por un momento escucho como una voz le susurra en el oído, le llamaba por su nombre una y otra vez "Abraxas...". Sintió la mirada del gato intensificarse hasta que algo hizo separar su mirada haciendo que la voz cesara. El guardia le dio un empujón para que avanzara hacia la salida de ese pasillo. Obedeció y cuando volvió a mirar aquel rincón, el gato ya no estaba.
El chico siguió caminando hasta llegar a su destino, un simple restaurante, ahí era donde Abraxas trabajaba, o donde era esclavo. Así era su vida, despertar hambriento y dolorido, ir a trabajar, recibir malas palabras de parte de los robots, intentar buscar a su madre con la mirada mientras le llevan devuelta a su celda, recibir un simple pan duro y un baso de agua, y dormir en el frío suelo.
Le entregaron su uniforme de trabajo y le llevaron al vestidor. Antes de entrar le quitaban las esposas para que pudiera cambiarse, puede que ese fuera su momento favorito ya que se sentía más libre sin las esposas cortándole la circulación. Entro en los vestidores junto con su guardia donde se encontraban más humanos cambiándose para trabajar, todos tenían una complexión delgada, casi desnutrida. Se acercó a su taquilla la cual necesitaba un código para ser abierta y marcó los dígitos '0099' abriendo esta. Los números marcados en la taquilla eran simplemente el nombre que le habían puesto los robots, no podría acordarse esta chatarra de un simple nombre y lo complicaban más con números. Cada humano tiene un número de cuatro dígitos, este está grabado en la mejilla izquierda del recluso para que sea visible.
Abraxas se empezó a desvestir y dejó la mugrienta ropa en la taquilla. Se estaba colocando la camisa cuando algo le hace parar de hacer lo que estaba haciendo. Dos humanos de edad adulta se estaban peleando fuertemente cerca de él y los robots no hacían nada para detenerlos, la mayoría se encontraba apartados hablando de un partido de futbol que hubo la anterior semana. La pelea se iba acercando a él y este se intentó alejar, pero ya fue tarde ya que uno de ellos empujó al otro haciendo que este chocara con Abraxas. El choqué causó que cayera de espaldas y se diera un fuerte golpe contra las taquillas. Los de la pelea le restaron importancia y siguieron peleando. Abraxas se toco el hombro derecho con dolor, estaba en el suelo por el impacto. Una mano se extendió delante de él y al levantar la miraba vio a una chica rubia con una mirada preocupada.
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·//(2195)\\·
Science FictionEn el año 2190 los robots decidieron rebelarse, así gobernando el mundo. Los humanos son encerrados y usados como esclavos, como los robots lo fueron años atrás. Ellos gobernaran por siempre el mundo. O eso creían hasta año nuevo de 2195... //Esta s...