𝐔𝐍𝐈𝐂𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄

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Pov Chaewon 



Todas las noches espero ese momento donde pueda quitarme el peso y la presión de la vida de encima, el momento donde donde el viento que mueve las hojas de los árboles y yo nos volvemos uno mismo y nos fusionamos, donde la leve brisa acaricia mi cara como si fuera lo más importante del mundo; donde a veces la nieve también recorre mi cuerpo con total tranquilidad, paseando por cada centímetro de mi ser, relajándome y dejándome en un estado de relax como si fuera del bosque no pasara nada.

Esas magníficas sensaciones me hacen sentir que soy la única persona en el mundo y que todo está bien.

Ese día iba a hacer mi rutina diaria, no sería nada distinto, no de momento.

Yo me encontraba boca arriba en mi cama esperando a que todos estuvieran durmiendo para poder escabullirme a mi tan querido lugar.

Las ramas de los árboles tocaban con impaciencia mi ventana, reclamando mi llegada, haciendo que me impacientara más por sentir el frío de los troncos en mis desnudas manos.

Eran la 1 y media de la mañana y ya tenía todo para mi reencuentro, no con alguien, si no con el viento que recorre uno de los lugares más fríos de todo el bosque, mi preferido.

Abrí la ventana siendo recibida por un frío abrazo de parte de la reconfortante brisa. Salté y bajé el árbol, era un segundo piso pero no me daba miedo caerme, estaba acostumbrada a bajar por ahí todos los días, y si me caía tampoco creo que a alguien le importara.

Una vez abajo traté de ocultar mi emoción y agarré mejor la libreta en la que solía escribir cuando estaba ensimismada en mi mundo. Comencé a caminar recorriendo los caminos que conocía como si fueran mi verdadera casa, aunque a veces lo veía como un hogar real para mi.

Este bosque tiene más historias de las que podría tener en cualquier otro lugar en toda mi vida, aunque eso no es muy difícil teniendo en cuenta que no tengo amigos y se podría decir que familia tampoco. A eso me refiero cuando digo que este lugar me salvó la vida, estaba al borde del suicidio cuando lo descubrí. Incluso pensé el colgarme de alguna de las ramas de los tantos y numerosos árboles que hay. Hubiera elegido el más alto, para experimentar la infinita caída, pero en vez de eso decidí investigar un poco más la zona y buscar comodidad en ella. Finalmente encontré la paz y tranquilidad como nunca antes, quién lo diría.

Llegué a mi lugar donde siempre me sentaba a pensar en las cosas de la vida, olvidándome y evitando todos mis problemas, los cuales eran bastante. A veces escribía en mi tan preciada libreta...Definitivamente esta era mi zona de confort.

Puede que esté exagerando, pero para mi era lo mejor. Ese lugar, rodeado de árboles donde descansaba un viejo árbol caído, un lugar cerrado pero que dejaba pasar la luz clara y pura de la luna. Al ser de noche no se escuchaban a los usuales pájaros alegres piando, pero si los vivos y despiertos búhos ululando y los vientos alisios disfrutando del bosque, removiendo sus hojas a su gusto y reblujándome el pelo como un viejo amigo.

Me senté en el tronco viejo apoyando mi espalda en un joven árbol notablemente fuerte y poderoso, estoy segura que incluso sus ramas más finas podrían con mi débil cuerpo. Estuve un rato escuchando los diversos sonidos de la noche, desde los ya nombrados búhos hasta antiguas hojas cayendo, creando un ligero sonido al chocar con sus compañeras.

Después de media hora, decidí abrir mis ojos dispuesta a escribir, pues estaba inspirada tras un rato relajándome, topándome con una silueta mal dibujada entre los arbustos. Apenas era visible debido a que estaba cubierta por las egoístas sombras de los árboles.

𝐓𝐡𝐞 𝐟𝐨𝐫𝐞𝐬𝐭 - 𝐇𝐲𝐞𝐰𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora