Capítulo 4

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Interés

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Todos en el edificio de JJK estaban trabajando con prisa, se podía ver el cansancio y estrés en las facciones de los empleados. Cada área tenía su propia preocupación, desde el trabajador con el cargo aparentemente insignificante, hasta los gerentes que supervisaban que todo se desarrollara correctamente. El ambiente en JJK siempre se transformaba cuando los lanzamientos de nuevos modelos de automóviles se aproximaban. JJK, una de las marcas más reconocidas por todo Japón, vehículos con lo último en tecnología, diseños sofisticados y de buena calidad, se habían posicionado como la mejor marca de automóviles, ganando el premio nacional por tercer año consecutivo y el CEO Yaga Masamishi pretendía volver a ganarlo este año. Para ello, el nuevo plan de acción desarrollado por el gerente comercial, consistía en aumentar la producción realizando 2 lanzamientos al año. Cada lanzamiento debía incluir un evento para exhibir el prototipo, para luego hacer la exhibición definitiva abriendo la sala de ventas. Era un desafío importante para todos, pasar de un modelo con todas sus variedades, a dos al año y con 4 eventos a desarrollar, se estaba volviendo una pesadilla para todos menos para quien hizo el plan de acción, Satoru Gojou.

Kasumi oía a su jefe cantar risueño desde su escritorio, a pesar de estar atareada organizando los nombres de los invitados, no podía evitar sonreír mientras lo escuchaba. Sí, el señor Gojou podía ser un poco demandante, con el trabajo a última hora que le encargaba, o por sus mandados imprevistos, o porque se le escapaba sin firmar los documentos, y en esos momentos se repetía constantemente "amo mi trabajo", pero también le hacía reír mucho. Su jefe era un hombre divertido, a veces se encontraba sola riéndose de sus ocurrencias, mientras cocinaba la cena para sus hermanos o cuando iba en la locomoción colectiva.

Revisó su bandeja de correo electrónico, corroboró que no hubiera nada importante y tomó las carpetas que tenía bien organizadas en el mesón. Caminó hacia la oficina del gerente y dio golpecitos suaves, esperó por una respuesta, e insistió a los minutos cuando solo oía los cantos del señor Gojou.

—¿Señor Gojou? —preguntó, esperó por unos minutos más y giró el picaporte. Asomó solo la cabeza, no tardó en encontrar a su jefe, que movía con entusiasmo su cabeza al ritmo de la canción que sonaba de sus parlantes—señor Gojou, iré a dejar la lista de los invitados a la recepción y con eso termino por hoy —dijo levantando un poco el tono de voz. Satoru miró en su dirección y borró su sonrisa habitual, Kasumi tragó saliva, al mismo tiempo que sus labios se fruncen hacia el lado—¿Pasa algo?

—¿Cómo que terminas por hoy? —preguntó mirando la hora en su móvil—van a ser las 6 recién.

—Hoy es el evento —explicó confundida, con las cejas encorvadas mirándolo con extrañeza—¿Se le había olvidado? Hemos trabajado toda la semana en esto señor Gojou —dijo en tono de reproche. Satoru soltó una risita que a la joven le pareció más como una burla. Se encogió en su sitio, sus ojos azules brillaban con inquietud, desviaba la mirada como si esperara por un regaño que no merecía.

Satoru disfrutaba momentos como ese, donde podía jugarle alguna broma a su linda asistente, más cuando parecía que no le entendía pues era más sencillo burlarse de su inocencia. Apartó su mano derecha del mouse y le hizo un gesto con esta para que se acercara. Contuvo la risa cuando la vio entrar, abrazándose mientras pegaba las carpetas a su pecho. Su coleta se meneaba lentamente, parecía dar pasitos cortos, como si no quisiera acercarse.

Mi horrible jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora