El 2013 fue el año que le dio un giro de ciento ochenta grados a la vida de Alma Larco, una adolescente de 16 años que en algún momento de su vida se consideró una chica como cualquier otra. Venía de buena familia, tenía buena posición económica y buenos amigos; sin embargo, uno de ellos era especial para ella. Alex Rivadeneira fue, por muchos años, su única compañía. Su único amigo desde muy pequeña. No fue coincidencia que cuando ella tenía apenas dos años, una pequeña familia de tres se mudara a la casa de al lado; para ella, el destino unió a estos dos infantes para estar juntos por el resto de sus vidas. Con el tiempo y muchas visitas en casa de los Larco, se volvieron inseparables y crearon un vínculo envidiable para cualquier otra adolescente. Alex era muy atractivo; de 1.81m, su contextura delgada le proporcionaba una imagen famélica para muchos, pero ella sabía que él comía cual camionero y nunca había sido capaz de subir su peso, por mucho que lo intentara. Sus ojos verdes y su cabello negro lo diferenciaban significativamente, y desde los 15 años empezó a dejarse una sutil barba, la cual, si bien sus padres y el director del colegio odiaban, Alma siempre había encontrado adorable. Siempre sintió mucho respeto por Alex, y su amistad se había convertido en una de las cosas más preciadas en su vida. Él era el único que la entendería verdaderamente, y el único que es arriesgaba a defenderla de todo mal que se pusiera en su camino.
Entonces, ¿qué ocurre cuando esa persona tan incondicional es arrebatada de tu normalidad? Dejar de reírte con la misma persona, sentir que no tienes a nadie más en el mundo porque esa era TU persona, y nunca más estará.
A los 16 años, Alma se ve obligada a interpretar un nuevo papel en el teatro de la vida. El asesinato del Alex lleva consigo una gran parte de su alma, arrancando sin piedad los parches que sujetaban su estabilidad emocional. Con el tiempo, las personas empiezan a preguntarse qué habrá pasado con aquella muchacha dulce y responsable que conquistaba a todos con su sonrisa, y enternecía hasta los que no saben sonreír. Un poco de esa personalidad perdida suele notarse en algunos momentos de su día, pero es imposible disimular el dolor y el agujero que dejó la partida de su persona especial, su Alex. Y es que, después de clases y fingir una normalidad permanente, ella se ha visto envuelta en una oscuridad profunda que no le permitirá convencerse a sí misma que aquel trágico incidente había sido superado. Alma Larco, a sus 16 años, no volvió a encontrar aquella añorada tranquilidad; encontró cosas mucho peores.
ESTÁS LEYENDO
La vida según Alma
Teen FictionTras la muerte de su mejor amigo y amado Alex, Alma se adentra en una confusa historia llena de misterios, lagunas mentales y sentimientos encontrados que no la permitirán volver a la normalidad. Siente que está sola desde el incidente, pero él, Rub...