Por las calles de Yokohama Hiba una chica castaña a paso apresurado, llegaba tarde y a su primer día de trabajo con una tostada en el hocico y sus cosas metidas de forma desordenada en su bolso. Al por fin llegar a la agencia armada de detectives se quedo en el primer piso puesto que ese está su trabajo, camarera de la cafetería situada en el primer piso.
La chica poseia una habilidad pero para esta no era muy útil que digamos, ella podía crear "barreras" tipo cubos imposibles de romper dónde podía encerrar a la gente o simplemente escudarse "cuídame" era el nombre de la habilidad. Sin dar más vueltas vio al gerente de la cafetería y se dirigió a el para que la indujera
Después de un rato ella ya tenía su delantal puesto y estaba limpiando el mostrador. En descanso de la agencia comenzó y no se hizo esperar que algunos empleados bajarán a la cafetería encontrándose con una nueva camarera. En especial a la chica le llamo la atención un chico pelinegro, con aspecto de antisocial, al verle se ruborizó algo, desvió su mirada con rapidez y siguió limpiando. Al verles sentarse le dirigió a su mesa con una libreta en sus manos para preguntar y anotar sus pedidos
-¡Buenos tardes! ¿Que les gustaría tomar hoy?- pregunto de manera feliz
Todos hicieron un pedido, variando entre bebidas y algún postre, lo que le llamo la atención a la chica fue que el pelinegro de antes había pedido un montón de golosinas, sin darle importancia llevo todo lo pedido a la mesa
-¡Gracias vaca-chan!- exclamó contento el de anteojos refiriéndose a los ganchos de pelo con orejas de vaca que traia la chica
-soy..._____.. no una vaca-dijo ella algo apenada y ruborizada por el apodo
-y yo soy el amor de tu vida, pero me puedes llamar ranpo- contesto burlón el chico cosa que provocó que el leve sonrojo de la chica se incrementará, y como respuesta solo pudo correr
-¿No tienes otro lugar donde decir estupideces? Mira ya la asustaste- regaño Yosano ante el comportamiento de ranpo, el solo se encogió de hombros
La chica se había encerrado en los baños tratando de aplacar los tonos rojos de su rostro, sinceramente el "piropo" del chico le hizo gracias y le gustó, el pensar en la mínima probabilidad de que aquel chico se fijará en una simple camarera
Se distrajo de sus pensamientos cuando escucho unos pasos aserce y la persona que entró nunca se la espero, pues era nada más y nada menos que un chico rubio pecoso conocido como Kenji
-no le hagas caso a los comentarios raros de ranpo-san, ¡me parece que eres una linda vaca de fresa!, Me gusta criar vacas... ¡Y luego comerme las! ¿Te gustan las vacas _____-san?- pregunto inocente aquel solecito
-sip, son mis animales favoritos, vengo de Barrancabermeja, pero llegué aquí en busca de una mejor calidad de vida y mandar dinero a mi familia- hablo ella
-¡Wow!, Yo también soy de hay, me gustaria ser tu amigo..ummm, por cierto ranpo-san te envía esto- entre el bolsillo de su overol y saco un papel para después entregárselo a la chica