𓄹㆐ 𝖡𝗈𝗇𝗇𝖾 𝖭𝗎𝗂𝗍 (𝖵𝗈𝗅. 1)

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Su mirada se hundió entre el arrebol y su aflicción, bastante aburrido

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Su mirada se hundió entre el arrebol y su aflicción, bastante aburrido. El aire fresco que le proporcionaba aquella máquina vieja era algo inefable de explicar, como saborear su platillo favorito o ver las cortinas bailar en el aire. A Sonic le encantaban los detalles como esos.

La habitación en la que se encontraba empezaba a pintarse de colores fríos y oscuros gracias a que el cielo empezaba a apagarse y la luna a brillar. Eso le daba paso a las pegatinas de estrellitas para encenderse y dar un espectáculo en el techo del azulado; a él le gustaba contarlas hasta quedarse dormido o simplemente contemplarlas como a una obra de arte. Sus pies descalzos llegaron hasta la suave y gran cama de cobijas calientes que ocultaban el cuerpo de la eriza quien le observaba curiosa.

Sonic sonrió escabuyéndose entre la guarida de sábanas.

─¿Día largo?. ─preguntó ella.

─Como no tienes idea. ─respondió el chico, hundiéndose más en la cama, llegando a recostar su cabeza en la almohada blanca y perfumada.

Sus manos llegaron hasta el cuerpo de Amy, para empezar un pequeño juego de cosquillas que hizo sufrir por un breve momento a la mencionada. Rieron al terminar y suspiraron al mirarse; ya más cansados y agotados.

─Tienes una bonita ciudad de cobijas aquí.

─Me tomó un tiempo armarla. ─confesó la eriza para ponerse más cómoda y continuar mirando los iris de su novio. Un opiáceo silencio se armó entre los dos. La incomodidad no existía y nunca surgía allí, en el reino de las cobijas.

─Reina de las sábanas, ¿puedo abrazarla?. ─dijo el de ojos esmeraldas ante su gran longevidad de mutismo.

─Permiso concedido, caballero. ─sonrió para luego ser envuelta en sus brazos, moviendo las cobijas y destruyendo su puesto como reina del pequeño lugar.

Los suspiros derrotados y las muecas de cansancio del día largo de Sonic siempre eran recompensadas con risas y chistes. Él se sentía mejor a su lado y Amy se sentía cómoda.

La rutina era un arma de doble filo, pero no para aquella pareja que siempre le daba su pequeño toque con juegos y anécdotas. Hablando de su día a día y poniéndose al tanto de la vida de sus amigos; como los nuevos inventos de Tails y las respuestas cómicas de Blaze. La imaginación era siempre la fuente de poder en su rutina nocturna.

Pero había algo más entre las palabras graciosas y los chismes, algo que Amy nunca correspondía por temor a quedar como una tonta ante el azulado.

Bonne Nuit, Amy. ─susurraba siempre Sonic a los pocos segundos de epifanía e irse a dormir. Lo decía con un hito de dulzura, con cuidado y cariño; un ruido melifluo para la rosada.

Una de las tantas habilidades de su novio, dejando de lado su belleza. La capacidad de hablar un fluido francés surgió de una trival charla en el sofá viendo un maratón de películas al estar desocupados. Este siempre la molestaba diciendo palabras en aquel idioma haciendo frustrar a la chica por no saber sus significados.

Era una lástima que ella no supiera que Sonic la cortejaba en francés.

Una simple oración pero no sabía cómo se escribía o peor aún, cómo se pronunciaba. Hace algunos días ni siquiera sabía su significado, ya era el colmo.

Por eso, aprendió algo de francés en su tiempo libre, nada fuera de lo normal, como saludos y despedidas.

Apretó la cobija entre sus dedos y preparó su boca nerviosa. Sonic ya estaba a punto de cerrar sus ojos en un descanso etéreo.

Beaux rêves, Maurice. ─sin darse cuenta, lo había llamado por su segundo nombre.

Probablemente lo había dicho horriblemente mal, o el traductor le había traicionado. Ya daba igual. En ese momento, ir a su reino de cobijas y vivir para siempre allí no le parecía mala idea.

La risa baja del chico la hizo quedar estupefacta. Esa era otra habilidad de aquel, siempre sorprenderla con sus acciones enigmáticas.

─Jamás creí que aprenderías algo de francés ─murmuró entre dientes mientras le acariciaba los cabellos rosados─, realmente eres muy curiosa.

Alzó una ceja en modo de pregunta. Supuso que lo había dicho bien, por lo que se calmó y acostó al lado de su chico favorito. Pudo oler el aroma del contrario y eso fue suficiente para querer dormir por horas.

Je t'aime. ─salió de sus labios pero esta vez Amy comprendió tan dulces y cortas palabras en francés. Y se quedó plácidamente dormida en el pecho de su chico siendo acunada por la respiración lenta del erizo.

Ahora su rutina nocturna estaba completa.

"Ni todos los idiomas posibles podrán expresar todo lo que siento por ti", ambos durmieron tranquilos con aquella idea en mente.

"Ni todos los idiomas posibles podrán expresar todo lo que siento por ti", ambos durmieron tranquilos con aquella idea en mente

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〈 ☁️ 〉⃗   Bonne nuit, AmyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora