Hoy cuento la historia de dos mujeres que una vez fueron amigas y un poco más. Pero gracioso es el destino que me hizo decirte que nuestro sueño se hizo realidad, pero otra mano es la que toma la mía y no la tuya.
Pedir perdón no tiene sentido cuando en el vientre llevo el fruto de tanto dolor, pero curioso es el destino yo a ese fruto también llamo amor. Lo amo no puedo mentir, aunque quisiera que fueras tú la que formarás nuestra unión y decir que tenemos una familia llena de ternura gracias a tanta pasión. Gracioso es el destino que me hizo decirte que nuestro sueño se hizo realidad pero otra mano es la que hoy toma la mia y no la tuya.
Mi mente fue tan buena que mientras el me tocaba pensé que eran tus manos las que me armaban. Mientras sus besos hacían grehetas en mi corazón, mi mente jugaba a qué tú limpiabas mi dolor. No sabes cuántas veces quise ser valiente y luchar por nuestro amor. Pero hoy solo dejo un rostro lleno de rencor....