Capitulo 1.

28 1 5
                                    

Comienzo del Fin

Para Rossie Meyer los únicos deseos de su corazón eran la ansiedad de morirse contando con la casi inexistente esperanza de que su recordado esposo regresara de lo inerte.

Todos estos veintidós años de su vida ha recibido los suficientes "castigos" en su entorno como para no desear seguir viviendo.

Ya no quería seguir observando como los seres que amaba se desvanecían en tiempo y espacio, obligándola a convertirse en un monstruo sin sentimientos.

Estaba segura que si ella se iría, todo estaría mejor, todo volvería a la auténtica y desconocida realidad.

Pero la única verdad que no sabía, era que apenas comenzaba su pesadilla.

Nunca apuestes por la muerte, porque ya estás muerta en vida...

Cuando sabes que tus padres ya no están para aconsejarte, que tus tres mejores amigos han desaparecido y que la única persona viva que te queda, está hace trece meses postrada en una cama luchando por su vida, ahogarse internamente es sólo una pequeña manera de sentir que te estas muriendo.

Rossie Meyer, como hace cinco días no podía recobrar el sueño, se sentía tan atormentada que tenía miedo de que al dormir, un vecino, alguien cercano a su casa, desapareciera y ella como siempre no pudiera ayudarle. Sus pupilas lucían secas, sus ojos tan blancos como asustados y ese esmeralda intenso, había perdido su intensidad.

Se veía completamente despeinada, sus cabellos enmarañados como un salvaje follaje boscoso, abstracto y oscuro, el color castaño de hace dos años ya no era nada comparado con esos olvidados y rasgados cabellos desorientados.

Sus manos temblaban fuertemente, ya no sabía como dejar de acobardarse y terminar lentamente con su vida.

Tomó con cuidado sus llaves, que comenzaron a tiritar levemente por el nerviosismo de sus manos, se colocó su chaqueta de cuero negra y colocó las llaves en el bolsillo izquierdo, luego busco en su viejo armario los pantalones desgastados de su marido, al que según ella visitaría por última vez, se los colocó como si el único contacto que podría tener con él fuese por medio se sus pantalones, lenta y sutilmente, deseando ver de nuevo a aquél perfecto chico con el que siempre había soñado. Terminó abrochando su pantalón con cierta melancolía y cierto pesimismo que le recordaba que su vida era un completo asco (y en realidad lo era). Se colocó sus zapatos Converse negros y luego observó su casa por última vez, completamente desordenada, al igual que su vida lo era, extraña, completamente inexplicable e inverosímil.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 19, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Muerta en VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora