Capitulo 6

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Las luces la encandilaron, ya había oscurecido por completo, y estaba en medio de la nada con un hombre moribundo encima.

El auto se detuvo en una orilla y de este una figura robusta salió, aún entre la poca luz distinguía sus rizos castaños y sus ojos azul cerúleo.

-Oli- La mujer se incoó y la abrazo, miró al muchacho con compasión pero no dijo nada, la ayudó a subirlo al auto y se pusieron en marcha.

-Tendremos que hacer una parada, no creo que tengamos tiempo de buscar un lugar seguro.

-Vamos a casa.-

-Avery, sabes que si tu hermana lo ve sabrá de inmediato y...- La preocupación de su parte la reconfortaba, llevaban meses sin verse, su cabello se veía más largo y claro que antes pero seguía siendo la misma niña.

- Si fuera a morir, me gustaría que al menos ella supiera lo que soy.- Si moría... al menos quería confesar sus pecados a la persona que más amaba en el mundo.

Cinco años, cinco años con terror de este momento, cinco años en los que no quiso enfrentar la decepción. Cinco años llenos de vísceras y sangre, para mantener una sonrisa que ese día se apagaría.

Una vez Oliver salió, Cecilia soltó un suspiro para mantener la calma, cosa que no le funcionó.

–¡¿De verdad Avery?! ¿Creíste que era buena idea entrar a este mundo de nuevo?!-La mujer se puso roja de coraje, hablaba tan fuerte y molesta que se le salió el acento,

Estaba segura de que la habría golpeado de no estar pegada a la silla de ruedas. Con rabia y lágrimas respondió la acusación.

–Era la única manera para mantenerte viva.-Gritó cambiando el idioma, llevaba meses sin hablar español.

–¡Por dios! No eres mi madre, no eres una heroína, pudiste encontrar una manera que no fuera esto.-Cecilia seguía hablando en inglés, con algunas palabras en español entre cada oración. Las lágrimas también caían de su rostro pero eso no la detuvo de sacar toda su ira.

–Pues no la había ¿Cómo mierda se supone que te sacara de ese infierno con 17 años? ¿Cómo pagar una deuda tan grande?-El volumen fue disminuyendo mientras avanzaba la frase, apenas podía mantener la voz, el nudo en su garganta la estaba ahogando.

–Eres exactamente igual a Kira, eres la misma mierda que nos quitó a la familia y que me llevó a las manos de Romain.- La propia Cecilia se sorprendió de lo que dijo, pero no se retractó.

Katherine o más bien Avery ,salió de la casa, al patio, el único lugar donde no podría alcanzarla por la silla de ruedas.

Aun sabiendo que los últimos años no fueron más que una farsa el dolor seguía presente, incluso si nunca sintió que fuera alguien que mereciera amor o al menos alguien decente ahora se sentía como la cosa más asquerosa sobre la tierra.

Y por mucho que buscara alguna justificación ninguna era suficientemente válida para su situación.

Los años que pasó su hermana prostituyéndose estaban grabados en su memoria, las noches llenas de alaridos de dolor, las horas en el hospital rezándole a cada dios que conocía para que su hermana estuviera viva.

La única persona que mantuvo su cordura entre tanta muerte le reclamaba por su sacrificio. ¿Era de verdad un sacrificio? ¿O solo jugaba a ser una heroína como Kira?

La hipocresía que había en estar tras de Kira, una redención disfrazada de heroísmo que la guiaba a salvar prostitutas no eran más que una máscara, lo que en realidad  era peor que un proxeneta o que un dealer.

Todo lo que ellos hacían tenía un remedio, existía una recuperación, pero lo que ella hacía no, era la pérdida definitiva de una persona que en muchos casos fue inocente.

Headless MonarcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora