Capítulo XXX

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Si los espíritus podían pedir piedad, Dante quería que el espíritu del aire pidiera piedad, no pasaron ni diez minutos para tener la thunderwild, su equipamiento y todos sus anillos defensivos y ofensivos listos para luchar.

-Le ordene a uno de mis autómatas que siguiera al espíritu, actualmente él y la tormenta que lleva consigo están en las montañas cercas de Hogsmeade –dijo Dante mientras se colocaba el casco y subía en la thunderwild –tratare de alejarlo, pero ustedes tendrán que estar vigilando para que nada suceda.

-Asi que iremos los cuatro –dijo Scarlett mientras buscaba una escoba voladora.

-No puedo pelear contra una tormenta como esa y proteger el pueblo al mismo tiempo, por suerte los tengo a ustedes –Dante encendió la thunderwild.

- ¡Espera!, ¿saldrás por la ventana? –pregunto Howard alarmado.

-Claro que no, mira arriba –Dante señalo al techo.

Encima de ellos un traga luz del tamaño de la puerta de un garaje se estaba abriendo con un ruido seco debido al roce de la roca de la cual el techo estaba hecho.

-Sabía que algún día iba a necesitarlo –Dante se elevó con la thunderwild, mientras que Howard, Ivy y Scarlett lo seguían en unas escobas comunes –Mist –una espesa niebla gris empezó a salir por los pliegues de la túnica del chico y rodeo a los cuatro amigos –con esto no nos vera nadie.

Los cuatro amigos salieron del castillo volando, no tardaron ni cinco minutos en llegar a donde la tormenta se estaba formando, en esos momentos cubría gran parte del cielo sobre las montañas y los truenos que retumbaba ensordecían los oídos.

-Es grande –dijo Howard con seriedad cuando vio la tormenta, mientas se detenían a varios metros de las nubes.

-Si... si que lo es –dijo Dante con tranquilidad.

- ¿Se supone que el espíritu es toda la tormenta? –pregunto Ivy.

-Eso se supone.

- ¿Crees poder con algo tan grande? –pregunto Scarlett.

-No lo sabré hasta que lo intente –Dante miro a sus amigos, había tenido tiempo para calmarse, pero un estaba muy molesto, incluso si tomaba toda la noche, no se iría hasta que doblegara al espíritu –recuerda solo actúen si ven que el pueblo está en peligro, aparte de eso no interfieran en la pelea.

-Tu tranquilo, no teníamos intención de hacerlo –dijo Howard.

-Buena suerte Dante –dijo Ivy.

-Gracias Ivy, la necesitare.

- ¡Dante!, recuerda que Slytherin gano el partido así que me debes esa cita, no mueras –dijo Scarlett.

-Ahora tengo una razón para volver –Dante sonrió a sus amigos y después acelero la thunderwild para internarse en la tormenta.

Al llegar al centro de la tormenta, se hizo un corte en la palma y cubrió con la sangre que salía de la herida, un anillo en blanco una esmeralda verde y un trozo de cuero del ala de un dragón.

- Yo, Dante Blake descendiente de los ancestrales dragón lords y ultimo mago anillero, en nombre de mi sangre invoco a los incontenibles y destructivos espíritus del aire que recorren el mundo con liberta y los reto a un duelo, para someter al perdedor.

Dante lanzo los objetos, se perdieron de su vista en unos segundos, al segundo siguiente un destello se asomó a lo lejos, los vellos del cuello se le erizaron así que tiro del manillar, acelero y logro esquivar un rayo que casi lo golpea, momentos después un dragón hecho completamente de electricidad salió de las nubes y se lanzó sobre él, el chico acelero la thunderwild y se alejó del dragón.

El mago anilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora