Capítulo XXXI

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Cuando Dante abrió los ojos, espero encontrarse en su espacio interior, pero esta vez no fue así, se encontró a sí mismo a cientos de metros de altura cayendo a toda velocidad hacia el suelo.

- ¿Qué Demonios? –Dante miro a su alrededor, debajo de él, una estropeada thunderwild caía al suelo, así que saco de su bolsillo un anillo y se lo coloco –Engine –la thunderwild se deshizo en sus múltiples parte que se repararon y empezaron a juntarse –rápido, rápido, rápido.

- "¡Dante!" –una voz resonó en la cabeza del chico.

- ¿Dragón? –Dante reconoció la voz -¿Cómo...?

- "No hay tiempo, usa esto".

Un destello verde voló hasta detenerse medio metro de la cara de Dante, en el centro de la luz se hallaba un anillo con una esmeralda verde cortada como un triángulo, los anillos de fuego, agua y tierra del chico empezaron a brillar y salieron volando de los dedos para unirse al del viento, entonces empezaron a girar concentrando su magia en el centro del circulo que formaban en el cual se formó un nuevo anillo que tenía tallado una cabeza de dragón.

Dante tomo los cinco anillos, se los coloco y dejo que el instinto hiciera lo suyo.

- ¡Dragón rise!

Debajo del chico un enorme circulo de hechizos apareció y de él apareció una gran placa de acero que se conectaba a un par de gigantescas alas de aspecto mecánico, Dante no sabía muy bien que ocurriría, pero miro las partes de la thunderwild que aún no se habían unido...

- ¡Engine!

Las partes de la thunderwild se unieron con las alas y la placa dejando el manubrio y asientos intactos el chico se sentó en este y del círculo mágico termino de salir un enorme y majestuoso dragón de aspecto mecánico con escamas de un acero negro con relieves dorados y dos poderosas alas plateadas que sacudió con fuerza y los elevó con increíble velocidad por el aire, mientras Dante se sujetaba del manillar miro a su alrededor, sorprendido y confundido tardo en procesar lo que estaba ocurriendo, pero una vez salió de la impresión inicial miro a la bestia y pregunto.

- ¿Dragón, eres tú?

-Así es –dijo el dragón con orgullo.

Dante reconoció la voz del dragón de su interior.

- ¿Eso quiere decir que... lo hice?

-Si Dante, lo has hecho, has reunido los cuatro anillos elementales –el volteo la cabeza y miro a Dante, sus ojos parecían los de un reptil, pero reflejaban tranquilidad y orgullo –bien hecho.

Dante suspiro aliviado, de pronto se dio cuenta de lo que acababa de hacer, la felicidad lo inundo, una enorme sonrisa se dibujó en su rostro, miro al cielo estrellado y mientras el aire golpeaba su cara y zumbaba en sus oídos simplemente grito:

- ¡SIIIII!

El dragón se posó con algo de brusquedad en la cima de una montaña, se irguió orgulloso, rugió y lanzo al cielo una potente llamara que ilumino el cielo nocturno con hermosas pero mortales llamas rojas, amarillas, azules y verdes, Dante quedo absorto viendo el fuego que lanzo el dragón hasta que se detuvo.

-Este es el poder que hemos ganado Dante –dijo el dragón –sabes lo que significa.

-lo sé –dijo Dante mientras se calmaba.

- ¡Alguien se acerca! –el dragón se movió con violencia permitiendo que Dante viera tres figuras humanas sobre escobas que se acercaban a él.

-Tranquilo son amigos –dijo Dante al ver que el dragón empezaba a cargar su aliento de fuego.

Ivy, Scarlett y Howard y se acercaron a ellos, pero se detuvieron asustados al ver al dragón.

El mago anilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora