Sigue al Conejo Blanco

62 12 0
                                    

Verónica inicio su charla con Frank sin molestarle en que Lucía estuviera presente.

(-Ya empezaron a ignorarte. Deberías irte, al final no se darán cuenta.-)

Viendo lo bien que su marido se llevaba con otra mujer, Lucía tomó su abrigo y sin haber pronunciado ni una palabra en todo el día, se retiró del restaurante.

Caminó a su casa, cruzó el parque y aprovechó la escasez de gente debido a la nevada para echarse a llorar. Se sentó en una banca temblando del dolor que sentía y después de unos minutos, miró su reloj para continuar su camino.

Al llegar, miró por todas partes para evitar a sus padres. Subió sigilosamente a su habitación y se encerró en el baño. En la bañera, sollozando, rogaba poder morir para desaparecer de ese mundo. Leen se puso a llorar ya que la escena le afectó tanto que Ross tuvo que abrazarla.

-Queremos ayudarte, en verdad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Queremos ayudarte, en verdad. Pero para ello, tu hermano debe morir...para que seas libre- era la opinión sincera de Ross

-Por favor....sáquenme de aquí. Haré lo que quieran, pero llévenme lejos!- entre lágrimas, Lucía miraba hacia el lavado del baño

-Espera...puedes vernos?! Desde cuándo?- Ross quedó duro

-Rusty, mira sus ojos...son...- Leen estaba shockeada

-Trébol...son tréboles! Quiere decir que eres..-

-Soy un monstruo, ayúdenme por favor! Wuahh!!!-

El cabello de Lucía se tornó blanco, sus ojos rojos y empezó a transformarse en un conejo.

-Oh por dios, eres un conejo blanco!-

-Qué demonios hace un conejo aquí? Se supone que no pueden cruzar aunque quisieran y menos usar...magia de camuflaje!-

La duda empezó a roer sus cabezas. Los hombres bestia, al cruzar tomaban la forma predefinida para avanzar en la trama sin olvidar su objetivo ni origen, siempre fue así, excepto para los conejos y liebres. Al no poder usar magia, carecían del derecho a portar una varita y a poder ingresar a las historias. El mero hecho de intentar tal cosa podría hacer que quedaran varados en la nada e incluso la historia los absorbería, haciendo que olvidaran quiénes eran para terminar como simples conejos o liebres.

Por ello permanecían como rastreadores en el mundo exterior, para evitar que algo se saliera de control. Leen no salía del asombro, encontraron un conejo blanco y este sabía quien era a pesar de llevar allí quien sabe cuanto tiempo. Ross incluso llego a relacionar la profecía de la noche anterior con el desafortunado encuentro de hoy.

-Arthur dijo que debía llevarme a alguien. También mencionó nieve y a una persona llorando. Leeny, creo que se refería a esto. Hay que sacarla de aquí-

-También me di cuenta. Ella no puede seguir sufriendo. Tranquila tesoro, iremos a casa pronto- Leen abrazaba a la joven que temblaba de dolor

Planearon como evitar que cayera en desgracia para poder sacarla de la historia sin que nadie se diera cuenta de su ausencia. No podían dejar que su familia volviese a tocarla, menos Claude, que posiblemente estaba más loco que sus padres.

El Hada Madrina mató al Príncipe Azul (Reboot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora