📖TREINTA Y CINCO📖

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... Era tan diferente del Levi que veía cada día.

Se acomodo con su mano izquierda (la que estaba de mi lado) escondida debajo de su cabeza, en un intento de impedir que le viera la cara por su brazo; su otra mano la dejó sobre su estómago, algo brillo en su mano, ¿ese era su anillo de bodas? Lo observe de pies a cabeza un poco, el silencio se estaba prolongando y eso no era bueno.

-mamá se lo quita para dormir, dice que se le inflama la mano mientras duerme y luego el anillo le deja unas marcas muy feas - comenté para romper el silencio.

Mi voz no era ni muy alta ni muy baja, estaba al nivel suficiente para que el me escuchara. Sino lo hubiese invitado a pasar, justo ahora estaría leyendo el diario, quizá esto era mejor.

El alzó la mano donde llevaba su anillo y lo inspeccionó un poco mientras le daba una vuelta.

-nunca me lo he quitado - confesó más para si mismo.

-entiendo - no lo hacía, pero tampoco se me ocurría algo mejor que decir.

Me acomode de costado, viendo hacia el, escondí mis manos debajo de la almohada haciendo que mi cabeza estuviera un poco más elevada, si conseguía el ángulo perfecto podría ver su expresión a través del pequeño espacio existente entre sí brazo. Lo único que conseguí fue ver directamente al cajón donde había ocultado el diario.

-lo siento - solté, no quería estar en silencio, no toleraba estar en silencio.

Escuché el roce de su cabeza con la almohada y luego su brazo se levantó un poco, para, a través del pequeño espacio por el que yo quería mirar, él me devolviera la mirada.

-creí que no te disculparias - comentó desconfiado.

-no me disculpo por lo que dije, sino por la actitud - explique.

Volvió a acomodarse como antes y juraría que lo escuche suspirar pesadamente.

-lo que sea con tal de no estar en silencio, ¿cierto? - dijo, no sonaba molesto, al contrario. - ¿hasta cuando continuará tu guerra con el silencio?

-no es una guerra, simplemente que cuando estoy acompañado no me gusta estar en silencio - comencé a explicar con un poco de queja - estando solo esta bien, lo tolero, pero si estoy con alguien más siento que debemos hablar.

Solo un poco más su brazo para bajarlo y que esta vez pudiera verle su perfil izquierdo, sonreía.

-lo mismo decía Ami - comentó divertido.

A esto me refería, siempre decían cosas del pasado, se les escapaban o algo, pero nunca parecían ser censurar todo.

-¿y tu que le decías? - pregunté calmado, no podía perder la paciencia como horas atrás.

-que fingierá que estaba sola para que dejara de molestarme con sus preguntas y comentarios - respondió con una mueca, su paz primero - le duraba el gusto un par de minutos, después no aguantaba más y comenzaba a hablar de nuevo.

-eso debió ser hace mucho, ahora parece controlarse muy bien, parece que cedió - respondí riendo un poco, me imaginaba a mi madre tratando de llamar la atención de Levi y el solo la ignoraba.

-en realidad yo cedí - me corrigió, para mi sorpresa - quizá entendí que a veces el silencio no era lo mejor, así que terminé respondiendo sus preguntas.

Se me esfumó la sonrisa, si había cedido a la ruidosa vida de Ami, entonces porque no cedía conmigo. O quizá, ¿era yo quien debía ceder? Mire más allá de él, al cajón donde estaban todas las respuestas, donde el ruido era intenso. Quizá debía ceder al silencio, en ocasiones eso era mejor. Quizá está vez, el silencio debía ganar, por el bien de todos, así como el ruido había ganado antes por el bien de mis padres. Si Levi pudo ceder, yo podría hacerlo...

-no lo hagas - su voz me trajo de nuevo a la realidad, tenía la mirada clavada en mi, estaba muy serio.

-¿eh? - dije incapaz de formular la pregunta, ¿me había leído el pensamiento?

-no cedas, ni renuncies a la curiosidad que sientes - repitió, había algo en sus ojos, no era su clásica mirada, eso era ¿arrepentimiento?

-hace unas horas dijiste que eso era lo que querías - le recordé entrecerrando los ojos a modo de reproche.

-lo que se quiere y se necesita no siempre es la misma cosa - comentó como si eso lo explicara, al ver que no entendí añadió - si quiero que dejes de insistir, pero se que eventualmente te enteraras de todo, solo quizá quiero postergarlo el tiempo que sea necesario...

-¿por qué? - eso es todo lo que quiera saber.

Suspiro y desvío la mirada al techo, era una pregunta sencilla, no pedía mucho solo quería una razón aceptable, solo necesitaba saberlo.

-porque vi demasiadas miradas vacías consumidas por el dolor y la tristeza, pero también vi miradas perdidas por tener que abandonar su propósito en la vida - hablo apenas en un susurro audible. Lo escuchaba, pero por alguna razón desee que no fuera así -, no quisiera tener que ver alguna de ellas en tu rostro, no me lo perdonaría...

La respuesta siempre había estado frente a mi, me lo habían repetido tantas otras veces en los últimos días, pero había estado renuente a aceptarla. El diario apenas si me narraba la mitad de lo sucedido en su pasado de mis padres, no era tan gráfico y no había leído demasiado, pero aún así, estaba consciente de que esas escenas aún más grotescas, que esos sentimientos hervían dentro de mis padres, vivían en constante reproche y arrepentimiento, y no me querían decir para protegerme. Pero, en algún momento todo va a estallar, no son superhumanos, no son insensibles, y cuando ya no puedan más tendrán que soltar todo. Incluso sus penas del pasado, no debían cargarlas solos, para eso éramos familia.

-pero somos familia... - repetí en voz alta, más allá de mis pensamientos.

-también lo eran los demás y no los protegí - respondió arrepentido, me preguntaba si había olvidado que hablaba conmigo o si simplemente era la honestidad nocturna que a todos nos afectaba - quiero al menos protegerte a ti.

Todo el mundo quería protegernos de los fantasmas del pasado, pero no lo lograrían si solo nos ocultaban en lugar de enseñarnos a luchar con ellos. Ami, Levi, las tías, los tíos, nuestros amigos, nadie debía seguir huyendo del pasado. Todos comenzaban a entenderlo, sabían lo que significaba “huir”; pero ni Ami, ni Levi entendían esas palabra, no estaba en su vocabulario, ellos siempre luchaban, así que no se daban cuenta de que estaban escapando del pasado y, por ello, no aceptarían a su escandaloso pasado en su presente.

-no tienes que protegerme de nada, soy fuerte, como tu y mamá - dije, no había mejor forma, Ami lo había dicho, teníamos que recordarle que no nos perdería - yo también quiero protegerlos a ustedes...

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora