"Me da miedo decir: 'Te amo'."

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—Claramente no tienes nada de lo que debas preocuparte, no infecciones, ni enfermedades, nada de nada—mencionó el doctor, para después retirarse—¿contento?—Wei Ying asintió.

—Eres el novio de mi sobrino, me preocupaba que llevar tu vida sexual de esa manera te dejara consecuencias contagiosas—Wen Ning rodó los ojos ante las palabras de su amigo—yo siempre llevaba cajas de condones en mi mochila, en mi auto y en cualquier lugar disponible—aclaró.

—Puede que haya desconfiado un poco de ti—soltó.

—Además, yo jamás hago orales, son incómodos para mí, prefiero que chupen mi pene—Wei Ying se rió—de todas las personas que conozco, jamás esperé que tú te expresaras de esa forma—soltó una carcajada.

—Acostúmbrate, porque yo hablo así todo el tiempo...cuando mi hermana no está cerca—ambos salieron del hospital.

—Por cierto, ¿qué pasó con el asunto de Li Zhuo?—Wen Ning suspiró—no lo he vuelto a ver, y espero jamás hacerlo—comentó.

—Bien dicho—animó Wei WuXian.

—Mañana grabaré el video de la canción que hice, por lo que no estaré en mi apartamento todo el día—Wei WuXian se le quedó viendo—¿y por qué me dices a mi?—Wen Ning suspiró—avísale a JingYi, yo tengo que arreglar todo para el video, sabes cómo soy con esas cosas—Wei Ying asintió.

—Bien, bien, yo le aviso—.

. . .

Usualmente a una persona que fue lastimada emocionalmente le cuesta el doble decir lo que siente, por no decir que le duele, por lo qué hay que tratarlas con un poco de paciencia.

Por eso jamás se lo ha dicho.

Wen Ning se había puesto a leer las conversaciones que había tenido con la orquídea, ahora que eran pareja, todos los "Te amo" eran de parte de la orquídea.

Probablemente él ni siquiera lo haya notado, pero Wen Ning nunca ha respondido.

Pero eso se debía a que tenía miedo.

La última vez que dijo esas palabras lo engañaron, lo lastimaron, lo manipularon y lo destruyeron, como a un viejo muñeco de trapo.

No se atrevía a decirlo o a escribirlo, tenía miedo de decirlo y resultar lastimado nuevamente.

No es que no lo sintiera, sólo que no podía ponerlo en palabras, por lo que prefería demostrarlo con otros gestos.

¿Por qué decirlas, si puede demostrarlas de mil formas? Una de ellas es el sexo, pero aún no era tiempo.

Así que debía conformarse con los gestos simples, como los dulces, las flores, y los besos.

Aunque su imaginación solía volar un poco cuando tenía ganas de tocarlo,

—Debo darme una ducha fría—mencionó en un susurro observando su notoria erección—Lin Lin, tienes que ser paciente—se levantó dirigiéndose al baño, regañando de manera extraña a su pene.

. . .

Así como hizo cosas buenas en su vida pasada para merecer a sus amigos y a la orquídea, algún error debió cometer para que le pasara esto.

TímidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora