Capítulo 25 ; "¿Qué estás haciendo aquí?"

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“Se que a veces quisieras rendirte, se que a veces piensas que no podrás, que todo esta perdido y que sobre todo, las fuerzas se te han terminado. Te he visto llorar cuando te has sentido incapaz, te he visto pensativo los últimos días, he  visto como has querido disimular que te sientes mal en muchas ocasiones. Se que a veces ríes mientras quieres llorar, se que tratas de cuidar tu imagen porque no quieres que los demás dejen de verte como la persona fuerte que eres, se que tienes muchos conflictos internos. Hoy solo quería recordarte lo valioso que eres para mi, ¿te sorprende? ¿por qué? Sólo quiero mostrarte que no me he olvidado de ti, que para mi eres mi especial tesoro, el niño de mis ojos, te veo y sonrío, porque veo en ti lo que tu no puedes ver aun. Yo solo quiero pedirte que te levantes y luches, no te des por vencido, no te rindas, que las presiones de la vida no te derroten, que las circunstancias que estas pasando no te desanime. Tranquilo, sólo déjame abrazarte, déjame hacerte sentir que soy yo quien esta a tu lado en este momento, quiero que sientas lo mucho que te amo y lo mucho que estoy dispuesta a hacer por ti, si me lo permites. Déjame acariciar tu cabello rubio bebé, déjame recostar mi cabeza en tu hombro, déjame cubrirte en un abrazo, besarte la frente, verte a los ojos y decirte “no te voy a dejar nunca”. Te amo y siempre estaré allí a tu lado, con el amor más puro que pudiera existir, por eso quiero que hoy te levantes y luches, por favor no te des por vencido”

Envió.

Los estados de Justin en sus redes sociales daban ciertas indirectas a la costa abajo que estaba dando su vida, era fuerte, hasta un cierto punto.

Sin embargo, seguía siendo un adolescente de 19 años. 

Negó con la cabeza antes de partir fuera del automóvil, hasta entrar por las puertas por las cuales quería volver a entrar el día de mañana y negar el echo que estaba despedida, y no saber el motivo del cual la atormentó aquella misma noche. 

Sin dejarla dormir.

___________ no paraba de pensar en qué iba a decir al entrar al despacho del director.

Sus pensamientos estaban deliberando entre ellos y cuando menos se lo esperaba se encontraba en frente de aquella puerta, que en ese mismo odiaba con toda su alma.

Suspiró por última vez y tocó la puerta con los nudillos..

-Adelante… -Dijo Thomas desde dentro.

Abrió la puerta, agarrando el pomo fuertemente hasta el punto de tener los nudillos blancos, por la fuerza que estaba ejerciendo sobre este.

Segundos después ya se encontraba dentro y con la cara confundida de Thomas delante de ella, sentado tras su escritorio.

-¿Qué estás haciendo aquí? ¿No te a llegado la carta de despido? -Preguntó, duramente.

Ella lo miró con furia. -Sí, me a llegado. Pero la pregunta es, ¿por qué? 

-¿No te haces una idea? -Preguntó a lo que negó la cabeza. 

Thomas sonrió cínicamente, antes de volver a hablar. 

-¿No eres un poco mayorcita para ir por ahí relacionándote con alumnos? 

El mundo se le vino abajo.

-¿Quie-en te a dicho esa barbarie? -Preguntó, intentando que la mandíbula no le temblara. 

Se temía lo peor.

-Otro de tus alumnos… ¿Ahora me vas a negar lo evidente? 

Ella negó con la cabeza, y se agarró a la silla que estaba delante de ella. 

-No voy a negarlo… porque después de todo, es lo mejor que me a pasado en la vida y no me avergüenzo de ello.

Thomas rió. -¿Quieres renunciar a tu trabajo por un alumno? ¿Te estás oyendo?

ereѕ nυeѕтra {נυѕтιɴ&тú} #Book 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora