♃ 27/5/2021: presentación, escritura

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Qué grande me queda este espacio. Renuncié a escribir por ordenador para sentirme más recogide, más íntime. Decidí que los cuadernos se me antojarían más íntimos. La fugacidad de escribir a lápiz en papel se me antoja muy finita, como la vida misma. Muchas veces al contemplar mis diarios siento lo fácil que podría deshacerme de ellos con un gesto tan artístico como quemarlos. El calor del fuego y la manera en la que va curvando las páginas formando pliegues tan pequeños hasta que no sean percibidas. La tranquilidad de poder defender lo que está en los diarios como un: "¡Eh! Esto que escribo es temporal. Lo pongo por escrito para poder dejar en algún lado este pensamiento. Para volver sobre ello más tarde. No quiere decir que piense así ahora." Pero ello no quita la dificultad que tiene que alguien pueda leerlo en algún momento. Es decir, admito los nervios que supone dejar por escrito algo frente a la palabra viva y espontánea que sale de la voz. Aun así, siento, pienso y creo que he sido capaz de sincerarme y exponer lo que siento y pienso en ellos. (No sé cómo unir mejor esos tres estados con una palabra). Las insuficiencias de mis estados han intentado quedar plasmadas cada vez que escribo algo. No conozco otra forma de vivir. Me resulta irrenunciable. Admito, con ello, lo duro que resulta tanto para mí como para los demás este acto de sinceridad.

(La importancia del "yo". A veces siento las ganas irrefrenables de opinar sobre algo de forma ¿vehemente? Diría más bien entusiasmada, pero entiendo que pueda leerse de ese modo. La importancia de ser sincere creo que me ha llevado a hablar de lo que quizás quieran oír. No por ello no pongo frenos a esta conducta. Entiendo que a veces enmudecer es necesario por las implicaciones que tiene una conversación. Hay más aspectos presentes en un diálogo que la mera "sinceridad". Me pregunto si en ámbitos de ironía o de risas no soy sincero. Supongo que se sobrentiende la broma del contexto. Creo que suelen perturbar más mis aseveraciones radicales, extremas y sinceras sobre un tema que las gracias risibles que pueda hacer. Lo cual entiendo que desconciertan bastante. Defender una postura tajantemente podrá amedrentar a las demás personas. Pero, téngase en cuenta que es una forma muy directa de exposición. Cualquier puede realizar una pregunta que desautorice esa postura. Me encantan esas preguntas. Deshacerme de toda autoridad o imposición para invitarme a seguir reflexionando. Hace tiempo ya que no siento malestar en aceptar mi dificultad para hablar de un tema. Siento una profunda vergüenza de haber mencionado pinceladas de algo que no he asimilado bien. Hacer manifiesta esa dificultad me anima a volver a ella. Entiendo que este aspecto perjudica mis aptitudes sociales. Tampoco me impone el conocimiento que pueda tener una persona sobre un ámbito. Este aspecto también va en contra del modus operandi social. Nos guiamos por referentes y referencias constantemente. Del modo más egoísta posible —mi referente soy yo, al hacerme cargo de lo conozco de los demás — abandono la competencia por mi persona.)

Mi cambio a escribir por ordenador permite que mis ideas se plasmen con mayor facilidad. Cuando escribo en mi cuaderno es para obligarme a saber poner en palabras lo que siento. Realizar el ejercicio racional de contar qué me ocurre y por qué me ocurre. Este acto me resulta a veces es difícil. Los sentimientos no me ayudan a que me aclare el pensamiento o quizás, lo que menos quiero, es tener que saber qué me ocurre. Resultaría más fácil contar lo que me ocurre y ya está. Bueno, aquí también entran en juego mis ganas de intentar conocerme. A veces, la lucidez que puedo tener en un momento desaparece al instante cuando escribo a lápiz por todos los problemas de la imperfección: escribo letras confusamente y las corrijo para que sean legibles, escribo muy lento o la postura en la que estoy apoyade me dificulta escribir mejor. Otro aspecto positivo de escribir a ordenador es que siento la inmensidad de mis palabras. Puede resultar chocante el problema que presenta renunciar a la privacidad, pero entiendo que puedo hablar en clave cuando me refiera a un hecho/acto verdaderamente traumático o si quiero nombrar a alguien. Al menos pretendo hacerlo así, de modo contrario carecería de sentido que escribiera. Enfrentarme a la inmensidad me obliga a ser más coherente con lo que escribo y a explicar de un modo más claro lo que quiero transmitir.

Por otro lado, también existe un abandono de otras experiencias realmente agradables de la escritura en papel. Los colores, los dibujos y la propia letra se pierden en el rígido texto electrónico. No sé qué destino cobrará la escritura manual, si me centro en la electrónica. Sólo sé que, en la escritura manual, pensando en cartas y no en mis diarios, busco todo lo contrario a la universalidad. Reducir los ámbitos de comprensión casi a la privacidad del lenguaje que se refiere a las vivencias tácitas que sólo conozco con la otra persona.

[Yo quería hablar de la soledad y la angustia que sentía estos días confinade y, al final, me ha salido una introducción.]

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⏰ Última actualización: Dec 11, 2021 ⏰

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