No me Juzgues, Ponte en mi lugar

Capitulo 36

El invierno ya ha pasado, la primavera ha dado comienzo con un sol radiante llenando los campos con hermosas flores de varios colores. El tiempo transcurre pero nuestros recuerdos siguen manteniéndose en nuestra mente.
Denisa cierra sus ojos y esas palabras ofensivas que Dymas le dijo no dejan de retumbar le en la cabeza. Que camino ha de coger, esta indecisa, ¿qué debe hacer, dejar todo y marcharse o decirle a Dymas lo que realmente siente por él?

La boda de su padre es en unos días, ni Zaira ni ella se han separado de Macarena para ayudarle con los preparativos. Está muy feliz por el acontecimiento, Zaira lo vive en primera persona, no se le puede ver mas contenta al lado de su padre. Mientras tanto Denisa es feliz a ratos, rodeada de gente se olvida de todo, pero la soledad de cuatro paredes todos los recuerdos van comenzando a surgir llenándola de tristeza entre penumbras insostenibles por el amor que siente hacia él. 

Agarra su móvil, hace amago de llamarlo pero opta mejor por no hacerlo, dejándolo encima de la  mesa lo mira atentamente. Lo llama.

Tragando saliba unas cuantas veces con sus nervios fluyendo por todo su organismo escucha al otro lado la voz de Dymas.

-—Hola Dymas , cómo te encuentras.

-—Denisa, que tal, bien ya estoy totalmente recuperado. Gracias por preguntar.

-—De nada. Solo quería saber si...esto...vas asistir a la fiesta que van a celebrar nuestros padres para su despedida.

-—Si por su puesto que asisteré.

-—Irás solo, o en compañía.

-—Con mi novia, te la tengo que presentar Denisa, es fabulosa, encantadora, cariñosa, divertida, estoy loco de amor hacia ella. No veo el momento de que acepte para vivir juntos. La deseo tanto, cada noche que estoy solo sin ella es como estar en un penumbra solitaria. Tan solo ella me llena de luz con su sonrisa, cuando me mira mi mundo se desmorona, ella es lo más importante para mi. La quiero tanto, que no me gustaría estar ni un solo minuto lejos de ella.

-—Vale, Vale, Dymas me enterado, estas loco de amor. Bueno nos vemos en la fiesta. 

Termino de hablar con él, si desde luego soy tonta a que lo tengo que llamar, a que me suelte esas memeces de su novia. Pero que asco de tío de verdad. Lo odio, no lo soporto, Dymas Fonseca eres un engreído, imbécil que te lo tienes muy creído.

—-Denisa, me llama la atención mi amiga. ¿con quién hablas?

-—Con el gilipollas de Dymas. Que asco de criatura de verdad. Lo llamo para intentar una reconciliación con el, y el muy payaso me suelta que me va presentar a su novia que esta enamorado y no se que más imbecilidades me ha soltado.

-—Hija tranquílizate te va a dar algo. Es normal habeís estado mucho tiempo separados, y Dymas está buenísimo, es normal que haya encontrado otra chica.

-—Si lo que me faltaba, que tu te pusieras de su parte.

-—Denisa, no te pongas así que yo no tengo culpa de nada.

-Lo siento, es que me da por saco que esté con otra tía.

-—Denisa, por que no hablas con el, por que no le explicas lo que verdaderamente sientes hacia el.

-—Si le escribo un poema, ya se lo he dicho mil veces, pero el siempre acaba juzgándome, nunca se pone en mi lugar, siempre pensando lo que no es. Ya estoy agotada de sus hipocrésias.

-—Denisa, amiga, ánimo. Si no es Dymas será otro.

-—Celine sabes que no puedo amar a otro hombre mientras no me arranque del corazón a Dymas. Ya me gustaría estar felizmente casada como lo estas tú con Moses y esperando este hijo tan orgullosos.