capitulo 9: una vuelta al pasado

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Narra la dama búho.

Cuando era muy joven, mi familia eligió tomar las decisiones de mi vida y la de Lilith, por lo que se, mis padres habían obedecido las palabras de una miembro del aquerrele de oráculo, las cuales eran " sus destinos pueden ser brillantes o una desgracia" .

Esto a nuestros padres la idea les aterraba y a la vez, la añoraban.

Nuestra familia era una de la más ricas he importantes, si significaba que había una alta posibilidad de qué la grandeza de la familia aumentara, entonces, la aprovecharían.

Ahí fue cuando el General Belos apareció, con un oferta de permitirnos a mi y a Lilith vivir en el palacio imperial del mundo celestial.

Nuestros padres también temían que si había un futuro terrible para ambas, sería por su culpa, debían mantener nuestro futuro a salvó.

Aquella oferta era la cereza del pastel que nos aseguraría a mi y a mi hermana la grandeza.

Pronto dejamos de vivir con nuestros padres, ellos nos visitaban, pero sus visitas se fueron reduciendo hasta volverse complemente nulas... Honestamente los desconozco actualmente.

Lilith y yo los extrañamos por un tiempo, eventualmente comprendimos que habíamos sido olvidados por nuestros propios padres.

Pero había alguien con nosotros aún, el jamás nos había fallado hasta entonces y nos veía como sus propias hijas aunque tuviera una actitud dura con nosotros... Aquel era el General Belos.

Muy amado por todos los angeles. El tenía a todos a sus pies.

El General Belos nos enseñó que no teníamos que confiar en demonios, que todos aquellos eran unos traidores a los ojos de Dios y al lado de los angeles.

Era muy joven, tan solo tenía 10 años, así que creía cualquier argumento de mi "padre".

- vaya, los demonios ¿como pueden siquiera intentar robar los alimentos sagrados del mundo celestial? - se quejo mi padre, Belos, con una voz que no parecía llena de odio.

Lo llamaba así entonces; " padre".

- Tal vez tenían mucha hambre- dije en defensa de los dos niños demonios que fueron encontrados merodeando por ahí.

- Eda, no hay justificación para las acciones que cometen los demonios -

-Pero... Papá... ¡Ellos tenían hambre!- defendí.

El primer general Belos se molesto, no solo por la justificación, si no también por el hecho de llamarlo " padre". El temible angel se acercó a mi y me propuso una fuerte cachetada, considerando otras amenazas o daños físicos, esto era de lo más relajado.

- no me llames padre, Edalyn Clawthorm - dijo con su voz gruesa pero sin intentar ser ruda.

Mi " padre" no era específicamente el que daba los golpes duro, normalmente ordenaba que otras personas lo hicieras, pero cuando se trata de sus discípulos era un completo demonio.

-de acuerdo, General Belos- me disculpé.

Recuerdo habe visto las miradas llenas de terror de aquella niños de aproximadamente 7 años, luego de ellos vi que fueron encerrados en el cuarto de experimentos del palacio real y jamás los volvía ver.

Mi vida era así, tenía que permitirlo, no había otra salida, no existía otro lugar a donde ir. Siendo realistas tampoco tenía pensado escapar en eso entonces, una parte de mi aceptaba que la rudeza era muy importante para la funcionalidad del individuo.

Ángeles y Demonios: Mundo SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora