1 step forward, 3 steps back ♡ jaeyong

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Dentro del auto se podía oír las risas de un niño debido a las tontas y aburridas bromas que hacía su padre Jaehyun, pero a pesar de ser aburridas le causaban muchas risas al niño, quien contagiaba eso a su otro padre, Taeyong.

Se dirigían hasta su casa, luego de pasar una linda tarde junto a las madres de Taeyong, Irene y Seulgi. Después de unos minutos más de camino entre risas y caras raras para hacer reír al menor, se empezó a oír un suave ronquido proveniente del asiento trasero, Mark cayó en los brazos de morfeo.

— Corrió tanto, debe estar tan agotado — habló Taeyong mientras doblaba su cabeza para ver al niño dormir plácidamente.

— Solo espero que no se despierte en medio de la noche — habló Jaehyun, aún manteniendo una de sus manos sobre el volante tomó la mano de su esposo, entrelazando sus dedos, y acercando esta hasta sus labios para dejar un pequeño beso.

A Taeyong le fue imposible no sonreír y dirigir su mirada a Jae, sintiendo como muy levemente el color tomada poder de sus mejillas cuando este le dedicó una mirada rápida antes de seguir concentrado en el camino.

Siguieron un poco en silencio, simplemente disfrutando de las canciones que pasaban por la radio y las luces de los autos que iban en dirección contraria, a diferencia de que ahora la mano de Jaehyun se posaba en el muslo izquierdo de Taeyong.

— Oh, olvidé hablar con yuta para mañana — soltó el rubio de repente, sacando su teléfono de su bolsillo trasero para comenzar a chatear con el amigo japonés de ambos.

— ¿Y para qué necesitas hablar con él? — cuestionó Jaehyun curioso.

— Voy a pedirle si mañana puede cuidar a Mark, no voy a llegar a recogerlo porque debo ayudar a Doyoung con los preparativos para el cumpleaños de Jeno — Taeyong estaba hablando tranquila y normalmente, Doyoung era su mejor amigo desde pequeño, básicamente crecieron juntos pero Jaehyun solía ser bastante celoso con eso, desde que empezó a salir con Jae la relación que tenía con su mejor amigo se había ido deteriorando, mucho más cuando él y Jaehyun se casaron y terminaron viviendo juntos. Si bien habían vuelto a hablar ya no podían verse como antes, Taeyong prefería no verlo tanto a tener que soportar las palabras hirientes de Jaehyun. Y de alguna manera se ilusionó con que Jaehyun superará esa etapa de celos, pero se dio cuenta que no cuando la mano que reposaba en su muslo se tensó y se apretó fuertemente alrededor de este, causándole algo de dolor.

— ¿Y es que acaso no tiene a otra persona que llamar? — el auto frenó justo frente a la bonita casa que compartían.

Taeyong no va a negarlo, tembló cuando el semblante serio de Jaehyun se volteó para mirarle, y pudo notar como su mandíbula estaba tensa. No podía hablar, simplemente no podía hacerlo.

— Incluso tranquilamente podrías llevar a Mark contigo, no necesitan estar solos para hacer esa mierda.— Jaehyun retiró su mano del muslo ajeno, miró por última vez al rubio que observaba sus propios pies con los ojos llorosos, para luego bajarse del auto y entrar a la casa mientras tronaba su cuello.

Eso era algo que siempre le dolía a Taeyong, la desconfianza de su marido a él. Taeyong jamás le dio alguna señal o falta para que tuviera ese tipo de desconfianza sobre él, los celos de Jaehyun siempre salían a la luz con todos los amigos del rubio, a excepción de Yuta, Jaehyun confiaba más en él que en su propio esposo. Y el enamorado Taeyong siempre le perdono todo a Jaehyun, lo perdonó cuando lo encontró besuqueandose con su secretaria, cuando se olvidó de ir con él a hacer los papeles de adopción de Mark, también cuando Jae le insultó frente a todos sus amigos, e incluso cuando intentó golpearle en medio de una discusión. Sí, tal vez tuvo que alejarse de Jaehyun cuando pudo.

Ahora debía pensar en una forma de decirle a dodo que tal vez no podría ir, si llevaba a mark con él se estaba arriesgando a que el chismoso de su hijo le cuente todo a Jeno sobre su fiesta de cumpleaños sorpresa, y no, no quería arruinar la sorpresa de Doyoung para su hijo.

Mientras aún las saladas lágrimas caían por su rostro, hacía bastante esfuerzo para llevar a un mark dormido en uno de sus brazos y algunos bolsos en el otro, pudo entrar a su casa, logrando oír el ruido de la ducha de fondo.

Dejó los bolsos en la sala y pudo cargar de mejor forma a su pequeño leoncito, yendo camino arriba hasta la habitación de Mark, para recostarle y arroparlo en su cama con forma de auto, apagó las luces y se retiró no sin antes dejarle un pequeño beso en su frente.

Soltando un pesado suspiro entró a la habitación, y sentándose en el borde de la cama matrimonial se quitó sus zapatos y demás ropa, para poder colocarse su pijama y tirarse sobre la cama acurrucandose entre las sábanas, aún sintiendo ese nudo en su garganta.

El lado sobrante en su cama se hundió e instantáneamente sintió un pesado y musculoso brazo reposar en su cintura, también sintió los pequeños besitos en su nuca.

— descansa, yongie amor — fue lo único que dijo.

— descansa, jae. — murmuró, acostumbrado a la sensación de siempre dar un paso adelante pero tres en reversa.