Capítulo cinco: El chico del ascensor, ¿recuerdas?

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Mi vida a dado otros cuarenta y cinco grados en estas dos semanas, la gente se ha vuelto completamente loca y me están volviendo loca a mí también. Y todo por culpa de -otra vez- Justin Bieber. Con tal sólo oír su nombre tan nombrado los nervios se me ponen de punta. No lo he visto desde que me dejó a las afueras de mi departamento, y tampoco tengo muchas ganas de verlo. Y todo por sólo tres preguntas y tres respuestas.

"¿Es ella tu novia?"
"¿La amas?"
"¿Desde hace cuánto se conocen?"

"Lo sabrán luego."
"Es una excelente chica."
"No mucho."

No parecen ser relevantes, pero para los medios de comunicación de adolescentes (canales de chismes y cotilleos sobre famosos) lo son, y mucho. Mi teléfono a colapsado debido a tantas notificaciones que me llegan desde Twitter e Instagram, gracias al cielo mi cuenta de Facebook se encuentra desactivada desde hace más de cinco meses. Mi madre me ha llamado tantas veces cómo no lo ha hecho nunca y sus mensajes no cesan ni de día ni de noche. Steph, se encuentra -otra vez- furiosa, pero por lo menos esta vez no es conmigo.

"Ése engreído, ¿Qué se ha creído? ¡Arruinar tu vida, sin siquiera avisarte!" Fue lo primero que vociferó cuando le abrí la puerta de mi departamento, eso fue el comienzo de una larga cadena de insultos y maldiciones: "¿Desde cuándo lo conoces, Amy?, han hablado en total cómo tres días, ¡Tres malditos días!"

Yo no digo nada, y más me vale no hacerlo. Puedo apostar que esta chica por dentro se encuentra en llamas.

"Deberías llamarlo ahora mismo, Amy. Que aclare de una vez este ridículo enredo en el que te ha metido, ¡sólo necesita teclear que se encuentra soltero!"

"Steph, comprendo tu enojo, créeme yo me encuentro mucho más que furiosa. Pero no puedo hacer nada para arreglar esto; simplemente no puedo" me encuentro a sólo una etapa de volverme histérica. Ella me mira y trata de relajarse.

Abre sus brazos hacia mí: "Ven acá, corazón" su voz suena tan maternal, que me desarmo. "Tranquila, todo estará bien" me susurra mientras acaricia mi cabello, mis lágrimas salen tan deprisa que no puedo controlarlas.

"Muchas personas me han llamado zorra." Le cuento, gimiendo debido al nudo que se encuentra en mi garganta. "Yo ni siquiera sé el por qué, q-quiero decir, sólo m-me ha ofrecido que le ayude con un proyecto."

Steph se mantiene en silencio aún acariciando mi cabello, nos mecemos de un lado a otro de la misma manera que una madre mece a su bebé para hacerlo dormir. Cuando me siento reconfortada me alejo de ella.

"Muchas gracias, Steph." Y realmente se lo agradezco con el alma. Ella asiente y me besa la mejilla.

"Para eso son las amigas, cariño. Sé que no lo sabías, te quiero." Me susurra en el oído y sonrío al escucharla. "Vamos a dejarle bien claro a ese Bieber, que con Amy Ford no puede jugar".

(***)

Es la novena vez que la rubia marca el número de Justin, y ya nos estamos desesperando. Nos encontramos tendidas en mi cama atentas a mi teléfono.

"No contestará." Sentencio. "Y si oye esos agresivos mensajes que le haz dejado, dudo que devuelva la llamada."

"¿Sabes qué? Tienes razón, hemos malgastado toda esta tarde preocupándonos por la estrellita. Nos ocuparemos de ti." Se levanta de la cama y se acomoda su ropa, para luego tenderme su mano.

"¿De mí?"

Steph, rueda los ojos en señal que se encuentra frustrada. "¡Tenemos que sacarle provecho a esta situación! Quiero decir, hay gente que te sigue: fotógrafos y reporteros chismosos. ¡Fans de Bieber que te aman!" Grita.

La fotógrafa |Justin Bieber|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora