Siempre cuenta conmigo (final)

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La escuela cada día se hacía más aburrida, todos los niños de mi salón son iguales, siempre suelen parecer agradables, pero luego te apartan, se alejan de ti y te juzgan sin siquiera conocerte, detesto a la gente así, y para mí mala suerte estoy rodeado de este tipo de personas que tan solo por ver mi altura piensan que soy malo o un problemático, es tonto, mi mamá siempre me dice que no escuche los comentarios de la gente mala, pero aunque no quiera, los escucho, aún más fuerte que los buenos comentarios, es por esto que elegí no escuchar ninguno de los dos, no esperare a que el mundo me aparte, me apartare por mi cuenta, de esa forma no me podrán lastimar, si estás solo, nadie ni nada te puede lastimar.
Iba de camino a casa cuando escuche un pequeño grito que provenía de lo que parecía ser una plaza.
-miren...va a llorar...realmente vergonzoso- se reían y burlaban un grupo de niños que parecían tener mi edad de un chico tirado en el suelo que coincidía con la descripción anterior, era pequeño y parecía indefenso, estaba siendo atacado por esos bravucones, aunque eso no tenía nada que ver conmigo.
-no tienen-hablo pero se detuvo- no deberían romper las flores del...parque ni ensuciarlo- sollozó en el piso el chico.
-está bien "héroe" llorón, en cambio te romperemos una pierna a ti- hablo el que parecía ser el líder del pequeño grupo.
-yo...- no fue capaz de defenderse.
-ja!-me sorprendí a mi mismo parado detrás de ellos-se ven patéticos-comenté y caminé un poco más rápido, pero no pasó mucho hasta sentir la presencia a de los cuatro bravucones detrás de mi.
-qué fue lo que dijiste?, quien te crees que eres?- hablo una vez más el "líder".
-perdona? Me hablabas a mi?, uy, lo siento, se me hizo difícil entender lo que te me dijiste enanito, repítemelo- me acerque amenazante a él sacando provecho de mi altura.
-tsk, no es nada- fue lo último que escuche antes de que se fuera por el camino contrario.
Avance en dirección a mi casa, pero no pude evitar mirar al pequeños niño que estaba aún tirado en el piso, se veía asustado.
-Gracias- escuche de la nada, me voltee a verlo, él ya estaba caminando hacia mi, su cabello era de un tono verdoso y tenía miles de pecas en todo su rostro, en especial sus mejillas.
-claro- conteste y seguí mi camino, pero fui detenido una vez más.
-puedo...pedirte un favor?- me detuve una vez más y escuche.-resulta que esos tontos estaban tirando basura a uno de los árboles y me gustaría sacarla, y tu altura serviría bastante- cuando fue la última vez que me emocione por que reconocieran mi altura?.
-está bien-acepte y lo seguí al árbol.

-lo sabía, estaba realmente sucio, te lo agradecemos muchísimo- el pecoso me agradeció con una gran sonrisa, que si la mezclamos con el parque, se veía demasiado tierno.
-agradecemos?- pregunte apenas procese que había hablado en plural.
-sip, las plantas y yo- y volvió a sonreír, pero su sonrisa desapareció lentamente a una expresión de preocupación.-ay, si, lo...lo siento, sonó extraño...de verdad- estaba nervioso, pensó que lo molestaría por...que?
-no hay de qué plantas- comenté mirando al árbol de cerezo que nos cubría y luego baje la mirada a él- no hay de que para ti también- ví sus ojos brillar de sobremanera, fui capaz de verme reflejado en ellos. Esto no está bien.
-ya debería irme- le dije y sin despedirme comencé a avanzar una vez más a mi casa.
-como te llamas?!- su grito hizo que se me erizaran los pelos.
-yo...soy Kei- no se la razón por la que le respondí, pero no me arrepiento.
-me...me llamo Tadashi- respondió a una pregunta inexistente, pero la respuesta si me interesó.
-quieres ir a...mi mamá me dio dinero y quería ir a tomar un helado, ¿quieres venir conmigo?-no se la verdadera razón de mi ofrecimiento, pero su presencia me hacía querer cuidarlo, se veía frágil, pero irónicamente fuerte al mismo tiempo.
-me...a mi me gustaría mucho- y volvió a darme una sonrisa.
Ambos caminamos juntos, él hablaba más que yo, pero no me molestaba en absoluto, me contó sobre cómo pasaba la mayoría del tiempo solo, lo molestaban por sus pecas, me pareció absurdo, fue lo primero que me gustó de él, también me contó que tenía un amigo, pero se alejó de él luego de que Tadashi le dijera que le gustaba.
-terushima era como mi mejor amigo, y me gustaba, pero creo que no entendió- se rasco la nuca y siguió caminando. Me sorprendía lo similares y diferentes que éramos, estábamos en la misma situación, pero buscamos diferentes soluciones, él buscaba a los niños y niñas más nuevos en la escuela, y se presentaba, así ellos se darían cuenta de que no había nada malo en él, ni razones para molestarlo y aunque esto nunca funcionaba él no se rendía, se veía y oía afectado, pero mientras me hablaba nunca dejo de sonreír.
-yo...tampoco tengo amigos, la mayoría me tiene miedo por mi altura, así que me alejo, de esta forma no los molesto a ellos ni ellos a mi- se lo había contado, ¿porque le conté eso a un niño que acabo de conocer?
-pero tu altura no va bien con la edad que tienes?- sabe mi edad?
-cuántos años crees que tengo?- le pregunte curioso con una sonrisa, sabía que él creía que era mucho mayor que el.
-mmh...13?- comentó con una expresión pensante, se veía tierno.
-mmh, nop, tengo 9- me reí de él repentino cambio en la expresión del pecoso.
-ah!, tenemos la misma edad?!- el asombro se veía en su rostro y ojos, pero no veía miedo, sus mejillas estaban un poco sonrojadas.-eres increíble!!, me gustaría ser tan alto como tu- su deseo se me hizo extraño.
-porque?- me molesto que pidiera eso.
-de esa forma, sería mucho más fácil treparme en árboles y podría ayudar a los gatitos a bajar de estos- estaba mirando el cielo, este chico era especial, todo lo que decía nunca tenía una pizca de maldad, su inocencia me parecía encantadora, sentí una necesidad de abrazarlo, pero me resistí.
-pero ahora...yo puedo ayudarte a trepar y ayudar a los gatos en los árboles- rasque mi nuca y nervioso y seguí caminando, mi estómago cosquilleo.
-ah!!, lo harías?!- preguntó eufórico.
-por...por supuesto, no somos amigos?- qué estoy diciendo?.
-tu...quieres ser mi amigo?- voltee para encontrármelo con sus ojos llenos de lagrimas, me abalancé a él y lo abracé.
-quiero...quiero ser tu amigo tanto como quiero gustarte- estaba muy avergonzado, pero no quería perder a alguien tan bueno como Tadashi, él me devolvió el abrazo, era pequeño, me llegaba a la mitad de mi torso, su cabello era esponjoso y estaba despeinado, olía mucho a vainilla mezclado con flores, demasiado lindo.
Una vez termino de llorar, lo tome de la mano y  fuimos en silencio a comprar el helado.

Estábamos sentados en una banca que encontramos, aún tenía su mano unida a la mía mientras que con la otra comía su helado, parecía querer decir algo.
-Gracias...por salvarme, Kei- me sonrió una vez más.
-no hay de que Tadashi, siempre cuenta conmigo...siempre te salvare- le sonreí de vuelta.
-ha!, será mi héroe desde ahora- y reímos, tadashi, era mi nuevo tesoro, y nadie podrá lastimarlo, no mientras yo esté aquí, yo quiero ser alguien para el, y no quiero perderlo ni en esta ni en ninguna vida.













Aquí está por fin lo que sería el final de este fanfic, no creí que me afectaría tanto la historia, pero me encantó escribirla, tanto como me gustó leer sus comentarios, gracias a todxs por leer, creo que ya puedo tachar "escriban libro" en mi lista de deseos :), espero que les haya gustado y nos vemos en mi próximo libro ^^<33
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siempre cuenta conmigo  (tsukkiyama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora