《11》

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El goteo del suero quirúrgico era constante, casi hipnotizante. Su mirada se hallaba en el brazo de uno de los tantos pacientes que debía vigilar ocasionalmente. En su mano, una jeringa estaba cargada y lista para ser inyectada. Rápidamente introdujo el líquido en el brazo pálido de la persona inconsciente en la cama, deshaciéndose de los guantes que traía puestos y tirando los artículos que habían sido usados previamente. Tomó asiento a un lado y suspiró, apoyando su mejilla contra el dorso de su mano, su codo siendo mantenido en su propia rodilla.

Últimamente, sus pensamientos recurrentes eran un lío en su cabeza, y la agotaban tanto que prefería simplemente ignorarlos; pero ahora que el silencio reinaba en la habitación y no tenía mucho que hacer, sólo podía concentrarse en esas conversaciones, esas palabras vacías, pero que aun así sonaban un poco sinceras, un poco reales. Y eso le daba esperanza, pero odiaba que fuera de esa forma. Porque detestaba saber que aún lo quería.

Sus ojos grises estaban perdidos en algún lugar del muro frente a ella, pero en su mente estaba la clara imagen de Bogum. Evocaba los recuerdos de un hombre un poco más chico, más inmaduro, más grosero. Específicamente con ella. En su mente se proyectaban todas las ocasiones en las que lo observaba con devoción, admiración, cariño. Pero su aprecio no fue respondido con más que indiferencia, y solía dolerle tanto.

─ Manoban, necesito toallas nuevas en la habitación doscientos cuatro. ─Habló el doctor, irrumpiendo en la habitación y acercándose inmediatamente al paciente, fijándose en el monitor de signos vitales─.

─ Claro, doctor Park. Las llevaré de inmediato. ─Se apresuró a la salida, pasando al lado del hombre, su brazo siendo tomado y deteniendo su huida─.

─ Lisa. ─Llamó, su expresión denotaba angustia. Sus labios fruncidos y sus ojos caídos con preocupación─.

«Quisiera salir contigo.» Lalisa se soltó ágilmente, dándole la espalda.

─ No me tardaré. ─Respondió con seriedad, refiriéndose a la última orden que le había sido dada, saliendo de la habitación─.

Durante los últimos días le había estado resultando sumamente molesto el compartir el mismo espacio a solas con Bogum. Era insoportable y se sentía completamente agobiada, el aire le faltaba y sólo quería encerrarse en una habitación y llorar hasta sentir que ya no podía más.

Mientras ponía las toallas en el cuarto que carecía de estas, un suave toque en su hombro la sacó de su mente fría y nublada.

─ Déjame hacerlo a mí, Lalisa. Gracias por tu ayuda. ─Una de las enfermeras le sonrió dulcemente y continuó colocando las toallas─.

Lisa sonrió de vuelta como pudo y caminó por el pasillo, llena de pensamientos sombríos, hasta que dos personas entraron en su marco de visión, uno mucho más alegre que el otro.

─ ¡Lisa! ─Llamó el pelinegro con energía, empujando la silla de ruedas que sostenía a su compañero, para acercarse─.

─ Hola, Tae. ─Saludó, sintiéndose un poco más tranquila. Su mirada bajó un poco a los ojos del paciente, sus ojos tornándose salvajes─. ¿Señor Jeon, ya no puede caminar que deben llevarlo ahí? ─Cuestionó, estando muy segura de la respuesta─.

El chico se limitó a sonreír con sarcasmo.

─ Es por mi propio gusto, señorita Manoban.

Ella abrió sus ojos con sorpresa.

─ Bueno, si ya puede darse ese tipo de gustos, entonces no debería estar más por aquí. ─Retó, sonriendo con malicia─.

─ Lisa. ─Reprendió Taehyung, observando, divertido por su conversación. Feliz por poder presenciar la interacción entre ellos─.

This is Pretty Too [TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora