Capítulo 9

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Halloween se acercaba y en mi grupo estaba armando planes.

Ya éramos bastantes grandecitos para pedir caramelos o jugar al tesoro escondido por la plaza. Acordamos que cenaremos en los terrenos a las afueras del poblado.

Esto lo habíamos charlado durante el recreo pero al volver para buscar a Virginia no pude evitar sentirme mal. ¿Qué haría ella para celebrar? Nadie más que yo tenía contacto con ella, sabía que no saldría con nadie.

Quería invitarla a nuestro pícnic nocturno, daba por hecho que no necesitaba disfraz si deseaba representar a una belleza transformada en demonio. Mas hacer que viniera conllevaba un reclamo por parte del grupo por no avisar.

Hay que ser buenos compañeros . Traté de convencerme de que no era un capricho y necesidad mía.

Vir aceptó no muy segura ya que ese día tenía que ir a la capital para cumplir un compromiso y llegaría sobre las 20:30 pm.

Lo que predije sobre mis amigos sucedió pero no le dieron más importancia ya que no se esperaban que apareciera finalmente. Estábamos hablando de trivialidades y contando chistes malos, yo aprovechaba para contemplar a Diana, su hermosa sonrisa, sus ojos tan dorados como la miel que contrastaban con su piel tostada y su cabello color chocolate.

Ni hablemos de su atuendo. Un maravilloso vestido blanco, casi translúcido y holgado. Con un corte similar al que utilizaban las cortesanas inglesas pero poseía un detalle adicional: la falda tenía una abertura más allá de la rodilla.

El disfraz representaba a una prostituta de época, básicamente. Aquello en la pacífica Diana era algo inesperado pero muy original y llamativo.

Yo si apenas me había elaborado unos andrajos para ser unos piratas espantosos con Nahu.

Sin embargo, cuando aquella belleza bajo del Audi, que resaltaba entre los tractores del pueblo, no existía disfraz que lo opacara.

Virginia venía enfundada en un vestido compuesto por un corsé y una falda de diferentes largos. Este se ceñía a su cintura, realzaba sus pechos y mostraba sus torneadas piernas. El tono de todo el conjunto era un degradado de blanco, pasando por tonalidades grises para terminar con el negro.

Usaba unas sandalias simples y de tacón bajo cómo calzado (una era negra y la otra blanca) y un recogido con mechas sueltas para finalizar.

Inmediatamente me levante y tome su mano para guiarla a la manta donde estamos sentados. Un silencio de un segundo extremadamente eterno lo siguió. Gracias a el sinvergüenzas de mi amigo este se rompió.

- Buenas noches, señorita Virginia - dijo llamando la atención de todos, principalmente la de ella - Por más que su disfraz me haya dejado sin palabras, debo preguntarle que representa usted - las tácticas argentinas que utilizaba para ligar salieron a la luz.

- Encantada de responder a sus dudas - dijo ella manteniendo el juego - simbolizo al espíritu que atrae los más oscuros recuerdos y pensamientos y los convierte en pesadillas. A cada uno le muestro sus mayores miedos e incertidumbres. Sus mentes están a mi disposición.

Algunos se quedaron asombrados y otros resoplaron ignorándola, mientras la conversación volvía a su dinámica.

Yo jamás volví a la realidad y las palabras de aquel "espíritu" vagaban constantemente por mi cabeza.

¿Admites delante de una de tus víctimas que eres tú quien me quita el sueño o me lo convierte en pesadillas?

Deja de atormentarme mi atractivo, adictivo y nuevo amor.

Sácame de las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora