Holaaa
Les traigo un One Shot que me he surgido unos días atrás.
Espero que os guste.PD: Espero que mi pesimo español no sea muy dificil de entender.
XLuisita pasó todo el día en el despacho mirando a todo momento la pantalla del móvil. Los minutos iban pasando tan lentamente que hasta creía que las agujas del reloj volvían atrás. Era el último día de su tortura, un mes lejos de Amelia.
La actriz estaba grabando una película en Berlín en los últimos días, y claro que Luisita estaba muy contenta por su esposa, de hecho, fue ella quien insistió para que Amelia aceptase la propuesta, aún teniendo en cuenta que tenía que ir a Alemania para grabarla. Era una oportunidad única en la carrera de la morena, y mejor aún era un personaje del colectivo. Una chica lesbiana que después de la perdida de su pareja buscaba reencontrarse con su pasado y su historia para así poder dar un paso adelante con una nueva persona.
Es verdad también que desde el día uno Luisita sentía la falta de su morena, de su carcajada en las mañanas, sus desayunos saludables, su yoga mañanero en el balcón, su guitarra sonando, sus besos de buenos días y buenas noches, su cuerpo helado en la ducha, sus manos traviesas. Se hablaron todos los días desde que Amelia se había ido, hacían videollamadas, tenían conversaciones subiditas para calmar la necesidad de ambas. Pero nada en comparación a tener una a la otra entre sus brazos.
El teléfono sacó a Luisita de sus pensamientos. - Sí.
-Luisita. - Su hermana Marisol ocupaba el puesto de secretaria por las tardes después de las clases.
- Ha llegado un paquete para ti.
-No espero nada Merysun, pero trae.
La joven adentro el despacho de Luisita, la agencia de publicidad que había dado inicio con su amiga Marina iba creciendo cada día y ahora ocupan dos salas en la 8º planta de un edificio imponente en el centro.
Marisol le entregó la caja, algo larga y un tanto pesada, era blanca y tenía un lazo azul en la tapa.
-Anda, ábrelo. No tiene tarjeta ya lo vi. - Marisol miraba expectante a la caja sobre el escritorio de su hermana.
-Pero... No tengo privacidad. - Luisita sonrió divertida a su hermana pequeña. No la incomodaba para nada, segura de que se trataba de un cliente agradecido.
Tiro el lazo y abrió la caja, dentro había un ramo de margaritas con colores mezclados, Luisita sonrió enternecida, amaba las margaritas y eso no era un secreto para nadie. Junto a las margaritas había una cajita con bombones y pegado a ella una tarjetita escrita en el ordenador:
"Te echo de menos y cuento los minutos para verte...
A.L."
Su corazón le dio un vuelco y volvió a latir apresurado. Miró la hora en el reloj de la pantalla, Amelia aún estaba en Berlín, su vuelo solo saldría en tres horas. Seguro que había ordenado todo eso vía internet. Luisita olió las flores como si fuesen el cuello de su esposa.
-Dios, te echo de menos. - exclamó en alto.
-De quien hablas Luisi? - pregunto extrañada.
La joven no había visto la tarjeta que Luisita mantenía entre sus manos. Le entregó el papelito a su hermana que, al leerlo, sonrió junto a ella, mientras ganaba uno de los chocolates rellenos con crema de maracuyá.
Luisita subió un story al Insta con la caja abierta, el ramo y los chocolates y después su hermana le trajo un jarro para poner las flores en agua, mientras Luisita le mandaba un mensaje a Amelia dándole las gracias.