Ella estaba sentada en ese banco de madera con una concentración inmensa, Margot suele hacer eso día a día, está comiéndose las uñas de las manos hablando con alguien extraño, ella siempre lo hace. Muchas veces me hace pensar si ella tiene algún dolor en su corazón o algo que marcó su vida. Margot y yo somos familia, la conozco como cada chupaflor conoce cada una de las flores de las que se alimenta, las flores le dan vida al chupaflor y yo siento que Margot me la da ami. Cuando la veo sonreir, Cuando se arregla para salir hacer las compras a la abuela. Mi corazón siente dos cosas muy extrañas, siente algo tibio cuando me mira directamente a los ojos, me dan nervios. Pero también siento que me estoy enamorando de la misma sangre que llevo dentro, y se siente un poco extraño, no se como se lo explicaría a toda mi familia, tampoco se cual seria la reaccion que todos tendrían. Aún no estaba seguro de lo que era, no estaba seguro si Margot pensaba lo mismo que yo, solo se que se ella se veía lastimada, con una herida profunda como la que el primer amor te deja cuando te entregas por completo sin poner límites a nada.
Amaneció de nuevo y ella otra vez esta sentada en ese banco, se despertó muy temprano hoy sin razón alguna, solamente para contemplar los insectos como saltan de un lugar a otro en frente de ella. Ella habla sola nuevamente, le habla a alguien que no existe, le habla al abismo, le habla a algo que quizas jamas la escuchara. La abuela se le acercó a preguntarle si quería algo para desayunar, ella dijo que no y lo volvió a recalcar cuando se lo pregunté yo. Cuando alguien que aprecias te da ese mismo gesto que ella me dio al decirme que no quería nada para desayunar se siente como si algún fenómeno cavara dentro de tu corazón y te hace daño. Me le acerqué lentamente y me dijo, -Todo lo que me dijo la abuela era cierto, porque no la escuché, ¿porqué habiendo tanta maldad en el mundo Dios se concentró en mí? Me abrazó fuertemente y se quedó apoyada de mi hombro por un buen rato. Para ser honesto no supe que contestarle porque no sabía porque situación ella estaba pasando ni tampoco sabia como ayudarla. En ese momento su mamá llegó (mi tía), me vio abrazando a su hija con mi boca cerca de su cuello como dandole calor y consuelo, ella trato de fingir haber observado el momento y se regresó para adentro de la casa. A mi no me importó que mi tía nos haya visto, lo que me tenía preocupado era lo que sentía al estar serca de mi prima Margot.