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Amber.

Resumiendo, acababa de chocarme con mi nuevo hermanastro en la calle y ya nos odíabamos a muerte en apenas minutos.

-Es tu nueva hermanastra, fiera, y no parece que le hayas dado una muy buena primera impresión- dijo Harvey poniéndose a mi lado.

-Pues que mire por donde anda en lugar de ir distraída con el móvil y chocando a la gente- dijo él mirándome con desprecio.

-¿Piensas volver a casa?

-¿Y a ti que te importa enano?

-Quizás deberías conocer a tu "nueva madre" y compartir al menos una cena en familia con nosotros. No sé eh, digo.

-Me importa una mierda quien viva en mi casa, Harvey- dijo él.- Volveré cuando me apetezca volver, y no vais a hacer que cambie de opinión.

-Papá te castigará en cuanto vuelvas, pero tú verás Ethen, eres mayorcito para saber las consecuencias de tus actos.

Me sentía demasiado incómoda estando enmedio de una discusión entre hermanos, entre MIS hermanos. Nunca me había visto en una situación tan incómoda, y entendía completamente a Harvey. Este chaval tenía pinta de ser imbécil, y esa era la única opinión que podía tener de él. No me iba a llevar con él como con Harvey, y podía verse a leguas que Ethen y yo no encajábamos en absolutamente nada.

-Esta noche voy a la fiesta de Bryce. Dile a papá que ya volveré mañana, que duermo con Nathan- dijo Ethen antes de rodearme ignorando mi presencia y de continuar andando hacia donde iba antes de todo este embrollo.

-Ethen, yo también voy, y pienso llevarme a Amber. Pórtate bien a no ser que quieras asustar a tu hermana- dijo Harvey antes de agarrarme del antebrazo y tirar de mi para seguir andando hacia el lado contrario.

-Lo dices como si yo me portara mal, venga ya, si ni siquiera bebo- escuché gritar a Ethen desde una distancia ya considerable.

Mientras caminábamos, Harvey iba susurrando cosas inentendibles para si mismo. De vez en cuando, levantaba la mirada para mirar la playa y volvía a llevar la vista al suelo.

Ethen Williams era un imbécil y solo me habían hecho falta un par de minutos para comprobar que no le importaba nadie más que él mismo. Nunca había sido de prejuzgar a la gente, pero solo viéndole de lejos decía a gritos que era un niño rico.

-Oye Harv...- rompí el silencio sacándole de sus pensamientos.

-Dime Amber.

-Esa fiesta...

-No voy a obligarte a ir si no te apetece, solo intentaba asustar a Ethen, aunque no lo parezca, a mi hermano le gusta dar buena impresión a la gente.

-Me cuesta creerlo.

-Va enserio, parece un capullo, de hecho es bastante probable que lo sea, pero lleva muchas cosas por dentro. No voy a contarte nada porque Ethen me mataría, pero creo que poco a poco os llevaréis bien...- murmuró un suave o eso espero casi inaudible.

-¿Irá Maika?- le pregunté con curiosidad.

-Probablemente, Bryce es su mejor amigo de toda la vida así que veo imposible que no la haya invitado a su fiesta- me dijo caminando con la vista fija en sus pies.

-Entonces está bien, iré, además, necesito disfrutar de mi primer verano aquí antes de que empiece el curso y conocer a gente intetesante si quiero que esto sea mi nuevo hogar ¿no? Pues exprimamos esa fiesta.

***

Unas horas después, ya estábamos volviendo a entrar en casa, ambos con nuestros vasos de starbucks medio vacíos en una mano y las gafas de sol de Harvey a modo de felpa en la cabeza. Su padre salió del cuarto donde estaba metido, que supuse que sería el despacho, cuando escuchó la puerta principal cerrarse.

Ramé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora