Capítulo 1.

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ASHLEY DAVIS:

—Tu tienes la culpa de todo—Dijo entre dientes, aún con su dedo índice apuntando hacia mi. Aún con la mirada llena de odio y rencor.

¿Y como eso era posible? 

Mis ojos picaban de lo caliente que se sentían. El gran nudo en la garganta no era nada comparado a las piedras que sentía en la boca de mi estómago, y el vacío en el pecho que sus palabras me habían generado.

Pero, después de todo, tal vez tenía la razón. Mi madre podría ser muy dura a veces, pero la verdad era lo que dolía.

—Si, todo es mi culpa—Dije cargada de ira, que nunca podré soltar.

Mordí mi labio inferior e hice lo posible para que las lágrimas acumuladas, solo se queden en su lugar. Y sabía que ella iba a seguir con la discusión, y yo no me pondría un límite a contestarle. Pero estaba segura de que si seguía de pie justo ahí, no lo iba a soportar mas y me largaría a llorar. Eso era lo que no quería. Demostrarle que sus acciones me afectaban.

Por eso junte el valor de darme media vuelta y dirigirme a la entrada principal. 

—¡No se te ocurra irte de esta casa!—La oí, cuando comencé a ponerme mis zapatillas.

—¿Y para que quedarme?—Pregunte sin tener importancia alguna de que me escuche o responda—. ¿Para que me sigas tratando como basura, después de todo lo que he hecho por ti?.

—Mejor vete. No soporto verte la cara. ¡No te soporto!—Y cerré la puerta detrás de mi.

Baje los pocos escalones y me dirigí a la acera, donde se encontraba Nolan apoyando su peso sobre su auto, con la cara pálida y la expresión de mera preocupación.

Al verme, reafirmó su postura y metió las manos en su bolsillo. Sin saber que decir o si decir.

—Vámonos—Dije evadiendo las ganas de llorar.

—¿Estas segura de que...

—Que nos vayamos, Nolan—Lo corte al borde de un colapso nervioso.

Me abrió la puerta del copiloto sumisamente y me adentre en el auto con rapidez. Aproveche el momento en el que Nolan le dio vuelta al auto para subirse a su asiento, y antes de que me viera, con la maga de mi sudadera seque el lagrimal de mis ojos.

—¿A donde quieres ir?—Preguntó con la voz cargada de nervio e incertidumbre.

—A donde sea, pero sácame de aqui—Pedí, calmando mi temblor.

Asintió aun dudoso y puso en marcha el auto.

Las piernas me temblaban y mi corazón iba a mil. Retorcía mis dedos mientras intentaba despejar mi mente. No quería pensar mas. No en mi madre, ni mucho menos en sus palabras. No después de todo.

Soltaba resoplidos de a ratos por el estrés que estaba pasando, y en eso, podía ver por el rabillo de mis ojos que Nolan se giraba hacia mí, observándome con pena y duda. Me sentía mal, porque sabía que no solo estaba preocupado por mi, sino que quería hacer algo para yo estar bien, pero no encontraba las palabras correctas para hacerlo. O simplemente no juntaba el valor. 

Aun así, por parte, lo agradecí. No quería hablar, porque iba a desplomarme justo ahí, y eso para mí podía ser lo peor. No iba a permitirlo.

Pasando las horas, la luz del día, se fue desvaneciendo. La música que sonaba del estéreo era de ayuda, ya que me había hecho pensar en otra cosa. No sabía a dónde nos dirigíamos, pero de seguro era mejor que estar en mi propia casa. 

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2022 ⏰

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