Gilbert
Todos notaron como Anne se quedó tan quieta como una piedra.
Sin poder contenerme tome aire y lo empuje.
– No vuelvas a decir eso Andrews.
– ¿O qué?¿Me harás lo mismo que a tu madre? – Eso fue algo que solo el y yo pudimos oir. Sin embargo apreté mi puño con fuerza y sentí mi mandíbula endurecer.
– Te lo advierto, Billy.
– ¿Acaso quieres que todos sepan tus secretos? ¿Sabes que pasaría si una chica que sufrió violencia familiar se entera de que uno de sus amigos más cercanos es una bestia cuando prueba el alchol y... Otras cosas? – Mi corazón tembló por un momento. – Solo piénsalo, ¿Anne te perdonará junto con tu pasado? Porque... Si te soy sincero, si tú no te aceptas ella menos.
Mi nariz estaba roja al igual que mis ojos, quería llorar pero no quería que ese infeliz me viera. Lo solté y me gire para ver a Anne.
– Perdón.
Salí sintiéndome culpable por no poder defenderla como se merece y Jerry me alcanzó afuera.
– ¿A dónde vas?
– Jerry, necesito que me ayudes.
– ¿Ayudarte a que?
– Realmente necesito un trago. Por favor te prometo que trataré de controlarme lo más que pueda pero quiero olvidarme de todo.
Sin quejas y sin pensarlo acepto.
Respiré aliviado cuando la primera gota de alcohol toco mi boca. Tome sorbos pequeños y disfrute cada trago que daba.
Según Jerry estaba aquí para cuidarme y se había puesto más ebrio que yo.
– ¿Tu crees que a Cole le guste Diana? No digo que a mí me guste, es decir me gustan las chicas, especialmente las de cabello negro, ojos cafés y que miden 1.50 de estatura . – Dijo arrastrando un poco las palabras.
– ¿Cómo Diana? – Pregunté suspirando levemente, ¿Realmente está era la manera en la que nos enteramos de las chicas que nos gustan?
– ¡Si!¡Exacto! ¿Cómo supiste que hablaba de ella?... Espera, ¿De que hablaba?
– Espera, ¿Te gusta Diana?
– Me gusta Diana.
– ¿Y a ella le gustas?
– A ella le gustó. – Dió un sorbo a su botella.
Levanté ambas cejas confundido.
– ¿Y porque no están juntos?
– Pues porque... – Fue como si de la nada se le prendiera el foco a Jerry. – Tienes razón, Gilbert. Debo proponerle matrimonio a Diana. – se levantó de su silla y comenzó caminar.
– ¡¿Qué?! No, no, no. No me refería a algo tan drástico.
Lo seguí por unos minutos y entramos a una tienda de abarrotes que estaba en la esquina.
Compro una bolsa de Buala, estos eran unos pequeños cuernitos con chocolate adentro, sin embargo, dentro del paquete llevaban un anillo de juguete.
– Con esto le propondré ser la dueña de mis quincenas.
– Jerry, tus quincenas no alcanzan ni para comparte un colchón decente.
El me miró indignado y caminamos por la calle oscura hasta llegar a casa de los Barry. Mi amigo francés lanzo una piedra a la ventana, sin embargo, no calculo la fuerza con la que la lanzó y termino rompiendo el vidrio.
- Mierda.
Una pelirroja tocando su cabeza se asomo furiosa y Diana la acompaño desde arriba.
- ¡¿Que demonios les pasa?! Acaso no conocen el tim...
Nuestros ojos se encontraron y por un segundo crei que Anne era una Diosa. Ella le estaba dando la espalda a la luna y tenia pusta una crop top de color rojo. Por un segundo pense que babearia pero me contube.
- Diana, ya no puedo contenerme mas, ¿Quieres bajar y salir conmigo?
Se pudo ver desde abajo como la pelinegra se ruborizo, lo cual me parecio extraño ya que crei que estaba acostumbrada.
- ¿Y porque pretendes que lo haga? ¡Tu me rechazaste!
- Lo se, y soy un idiota por demostrar mis sentimientos de esta manera tan absurda - Supe enseguida que lo decia por estar ebrio. - Por favor, salgamos.
Anne y yo estabamos de la misma manera, nos sentiamos fuera de lugar.
- Anne y yo iremos a un antro de Charlottawn. Ella y yo ya quedamos en que nada de chicos. Lo siento por ustedes.
Cerro la cortina de su habitacion y nos dejaron con las palabras de la boca. ¡Yo ni siquiera hable!
Esto no se acabara aqui. Si ellas van al fin del mundo, nosotros iremos con ellas.
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Enserio les ofrezco una disculpa por tardar en actualizar. pero como recompensa les tengo 3 Capitulos
PARTE 2/4
- Ly❤️
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80's || Anne With Ann e
FanfictionMi padre era el típico chico malo. Mi madre una alegre porrista. La pareja perfecta según la sociedad. Nadie imagino nunca que el chico malo, era verdaderamente malo. Tenía 16 años cuando no pude evitar que mi padre asesinara a mi madre. Cómo castig...