8.2

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Escucho el sonido de la puerta a través de la bruma del sueño sobresaltando a Andrew. La habitación estaba extrañamente iluminada. Parpadeó. No era su habitación. Parpadeó de nuevo. Había una silla junto a su cama y una ventanilla en la puerta. Se arrastro fuera de la pesadilla – ¿o era un recuerdo? No que hubiera mucha diferencia. Todas sus pesadillas eran en realidad, recuerdos.

Un par de parpadeos más y estaba en el presente. Podía escuchar el sutil movimiento en el cuarto cuando Neil apareció en su línea de visión, furtivamente preparándose para dormir. Neil se sentó lentamente en la silla, luego se detuvo cuando vio los ojos de Andrew en el.

"Lo siento," susurro. "No quería despertarte."

"¿Cuánto tiempo estuve dormido?"

"Solo un par de horas. Puedes volver a dormir. Ya no hare ruido."

Pero por primera vez Andrew no tenía sueño. Y juzgando por la forma en que Neil le sostenía la mirada una vez que se acomodó en la silla, tampoco él lo estaba. "Qué."

Neil parpadeo en confusión. "¿Qué?"

"Estás mirándome."

"Siempre estoy mirándote."

"Sí, pero ahora lo haces por una razón."

Neil desvió la mirada, jugando con sus manos. "Odio esto," dijo al fin. Andrew espero. "Odio que solo puedas recordar las cosas malas."

Andrew no sabía cómo responder a eso. No sabía cómo decirle que recordaba otras cosas – recordaba pedazos y fragmentos de comidas y viajes en auto y juegos y cigarros compartidos en la azotea, el peso de la boca de Neil en la suya y el cómo se sentía su piel, el sonido que hacía cuando le faltaba la respiración. Porque nada de eso se sentía real. Nada de eso era posible, contrario a la evidencia que estaba sentado al lado de él.

"Vuelve a dormirte, junkie," dijo, no totalmente seguro de donde salía el apodo, y los ojos de Neil volvieron a los suyos. "No es todo lo que recuerdo."

La sonrisa que recibió en respuesta era ridícula, y la ignoro mientras se acomodaba, acomodando las sábanas a su alrededor. También como ignoraba la mano de Neil descansando a un borde de la cama, como siempre parecía hacerlo. Y si al despertarse a la mañana siguiente encontró las puntas de sus dedos entrelazados con las de él, no comentaría nada y tampoco Neil.

La atmosfera en el hospital fue diferente ese día. Parecía que de repente todo lo que había estado en cámara lenta, ahora estaba a toda velocidad. Tomo otra resonancia magnética a primera hora de la mañana, y esta vez los audífonos con cancelación de ruido fueron suficientes para que no vomitara al terminar. Las luces eran más brillantes y caminó por más tiempo e incluso le dejaron tener una revista. Neil desapareció para ir al gimnasio, con una risueña promesa de no agredir a ningún periodista.

Aaron y su novia aparecieron justo cuando Neil regresaba con un croissant relleno de chocolate que le dio a Andrew de inmediato. La novia saludo a Neil con un abrazo y le paso una bolsa llena de cosas, y Andrew entendió por qué Neil le había advertido que no tenía permitido matarla. Especialmente cuando ella le dio un beso a la mejilla a Neil cuando este tomaba la bolsa. Andrew miro a Aaron, quien lo recompenso rodando los ojos.

La novia platicando sobre Nueva York y el estrés en el laboratorio de anotomía mientras Neil se bañaba. Andrew quería callarla, pero no había algo más que pudiera llamar su atención. Aunque viendo a Aaron... la mayoría de lo que Andrew recordaba de Aaron era de antes. Esto era interesante, para ponerlo simple.

Luego cuando Neil sale del baño y Andrew decidió que tal vez no odiaba a la novia del todo. No si escogía esas ropas. Joder. Realmente no sabía qué estaba mal. Bueno, aparte de todo el asunto de la fractura de cráneo. Los doctores no habían mencionado esto como un síntoma potencial. Pero también, dado que las memorias su cerebro estaba desenterrando, tal vez se trataba de alguna condición preexistente. Una manifestación de lo bipolar, o algo así. Porque deseo era algo normal. El deseo era algo biológico. El entendía el deseo, lo había hecho desde la correccional. Pero esto era más como una necesidad. Y la necesidad era irracional. La necesidad era peligrosa. Necesidad era lo que lo había llevado a las líneas en sus antebrazos, a él entrando a casas y tiendas hasta que había sido detenido, a que lo que quedaba de su corazón fuera destruido.

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⏰ Última actualización: May 24, 2021 ⏰

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