Nuevo Mundo III.

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Sekiro cortó a la mitad un hombre con su katana para luego subirse con su gancho a un tejado, María al verlo, saltó procediendo a mirar desde el tejado el entorno.

- Entonces, ¿Y ahora qué? - preguntó María.

- Paciencia.

María guardó silencio y escuchó las voces de unos hombres pero el idioma en el que hablaban le era imposible de entender pero Sekiro oía atento toda esa charla mientras descendía lentamente para matarlos rápido y con sigilo pero se percató de que había otro de ellos escondido en los árboles por lo que usó su gancho para ponerse detrás del hombre y matarlo.

- Puedes descender sin preocupaciones. - dijo Sekiro apareciendo delante de María.

- Entendido.

Ambos bajaron por unas escaleras llegando a un patio donde un hombre apareció acompañado de tres perros. La cazadora sacó la Chikage y su nueva espada para matar sin problemas a los perros mientras que Sekiro decapitaba al hombre. Las espadas fueron limpiadas para ser enfundadas y los dos siguieron explorando topándose con tres guardias armados.

- ¿Lista? - preguntó Sekiro desenfundando su katana.

- Siempre lista. - respondió María sacando la Chikage.

Los guardias se puesiron en pose de combate y se abalanzaron sobre los dos. Las espadas chocaron ferozmente, Sekiro frenaba a dos de los guardias sin dificultad mientras que María lidiaba con uno de ellos con leves problemas, el guardia atacó a la mujer y en un fugaz movimiento fue degollado cayendo muerto al suelo al igual que sus compañeros.

- Nada mal.

- Lo mismo he de decir.

Sekiro se dió media vuelta, vio un bordillo y se subió al mismo lo que confundió un poco a María por lo que ella se subió también al mismo bordillo que Sekiro. El hombre usó su gancho y se trepó a un tejado y María tuvo que saltar para ponerse a su lado. Lobo caminó un poco encontrándose con un pequeño monedero el cual agarró y sacó las monedas del mismo.

- ¿Monedas de oro?

- Sen, la moneda de este lugar, ¿Que usan en tu tierra?

- Es.... Complicado de explicar.

- No importa, sigamos.

Lobo se enganchó a una rama llegando a otra zona en donde encontró unos raros dulces y algo de hierro pero de la nada cayeron unos lagartos venenosos y Sekiro tuvo que huir por donde vino y le entregó el hierro a la mujer.

- Encontré algo de los materiales, pero se necesitará más de eso.

- Bueno, algo es algo.

Los dos volvieron por donde vinieron, oyeron un sonido y se asomaron levemente por un borde del tejado viendo a un hombre gordo con martillo y a su lado estaba otro acompañado de dos guardias.

- ¿Algún plan? - preguntó María susurrando.

- Si, pero tendrás que actuar después de mi. - respondió Sekiro susurrando.

- Entiendo.

Sekiro arrojó un trozo de cerámica distrayendo a uno de los guardias lo que le dio la oportunidad de saltar del tejado y mató al gordo para luego saltar y decapitar al otro gordo. María salió del escondite y atacó a los guardias logrando darles muerte.

Ambos caminaron por otra escalera encontrando un puñado de cenizas y hierro que fue guardado en la bolsa. Se dieron media vuelta y bajaron por una escalera a la derecha, se subieron a un muro del cual se bajaron unos momentos después entrando a un amplio patio. Sekiro caminó y agarró unos raros dulces rojos que procedió a guardar.

Amor Entre Cazadores (Lady María x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora