No quiero olvidarla

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Eren

El día que Mikasa se fue de viaje no quise ir a trabajar por la resaca que tenia, me quede en casa de Connie y recibí una visita inesperada, era Mina.

--Me entere que no habías ido a trabajar porque estabas enfermo, le pregunte a Connie y me dijo que estabas en su casa, se me hizo raro y me dio la dirección, pensé en venir a darte una mano. -dijo ella sonriendo, tenia una bolsa con comida y algunos medicamentos. "Maldito Connie" pensé.

--No era necesario Mina, no estaba enfermo solo tenia una resaca. -dije riéndome mientras me sobaba la cabeza.

--oh, y ¿Te encuentras bien?¿Quieres alguna pastilla?. -dijo ella dándome la bolsa de medicamentos que había traído pero negué con la cabeza.

--Estoy bien enserio, mejor vuelve al trabajo, eso me ayudaría mucho, y gracias por preocuparte. -dije mientras aceptaba las cosas pues la cara de Mina se veía deprimida y no me quedo de otra.

--Vale, hasta mañana Eren, espero te recuperes, cualquier cosa puedes llamarme. -dijo Mina con una sonrisa antes de irse. Cerré la puerta y me recosté. "Quizás pueda darle la oportunidad a un nuevo amor.... pero por mas que intento, no puedo sacar a Mikasa de mis pensamientos"

Regrese a mi casa por la tarde, mi madre había salido con la señora Ackerman, así que no tenia a nadie con quien hablar, recordé que tenia el numero de teléfono de Armin, el único amigo que logre hacer en el campo.

Quería contarle todo y pedirle algún consejo, el era un chico muy inteligente y sabio.

--Hola Eren, pensé que nunca me llamarías, debes estar muy ocupado con tu nuevo trabajo, ¿Cierto?. -pregunto Armin.

--Si, algo ocupado, pensé que pronto vendrías tu también a la ciudad, eso habías planeado. -dije mientras salía al balcón.

--Si, aun estoy arreglando unas cosas pero pronto te alcanzare. Por cierto, ¿Cómo están las cosas con Mikasa?. -pregunto Armin con interés en su voz.

--Mal supongo, te juro que no entiendo a las mujeres, menos a Mikasa, es una mujer hermosa, inteligente, y muy complicada. -dije con una sonrisa en mi rostro.

--Por como lo dices, creo que no has tenido un buen progreso. -dijo Armin.
--ohh claro que si, llevaba un buen progreso, pero lo arruine todo cuando me apresure. -le dije, sentándome en el piso del balcón.

--¿Qué hiciste?... No me digas que... -pregunto Armin con curiosidad.

--No, no me sobrepase, o eso creo, solo la bese antes de decirle lo que sentía por ella. -le dije mientras las lagrimas inundaban mis ojos.

--Y eso la confundió, Eren, eres un tonto, tu aquí me dijiste que le dirías la verdad de lo que sentías desde hace 8 años por ella, y lo loco que te trae, y ahora me cuentas que solo la besaste de repente sin decirle nada, sin avisarle, hace apenas unas cuantas semanas que te fuiste a la ciudad, creo que es obvio que esa pobre chica esta tratando de procesarlo. -dijo Armin con un suspiro al final tratando de mantener la calma.

--Lose Armin, pero tengo miedo de que cuando ella regrese de su viaje no quiera saber nada de mi. -las lagrimas corrieron por mis mejillas y trate de no quebrar mi voz.

--¿Pues que mas se puede hacer?... solo esperar a que ella vuelva, hablas con ella, y estoy seguro de que podría entender el porque la besaste, sabes que a las mujeres se les entiende hablando, a veces tomar la iniciativa con una mujer que tiene experiencia es bueno, pero si esa mujer no esta acostumbrada a que un extraño lo haga de la nada, puede dejarlas confundidas, porque tu para ella puedes ser un extraño, estuviste 8 años lejos Eren, tienes que tomar las cosas con calma. -dijo Armin, su voz era tranquila y daba consuelo.

--Entiendo. Solo date prisa Armin, voy a necesitar tus consejos cuando vengas a la ciudad. -le dije mientras limpiaba mis lagrimas y mantenía una sonrisa en mis labios.

--Vale Eren, espero no demorarme tanto, ya sabes que puedes pedirme consejo de lo que quieras, solo espero que los tomes en cuenta, es mas difícil tener que consolarte después de que metiste la pata a pesar de los consejos que te doy. -dijo Armin mientras se reía por teléfono.

--Si, no tienes que recordármelo, seguimos en contacto, Adiós. -colgué el teléfono, mire el cielo nublado para después mirar la ventana de Mikasa, ella no estaba ahí y eso me hacia extrañarla bastante.

Al día siguiente me dispuse a ir al hospital, tenia que trabajar, no podía estar deprimido en mi cuarto todo el día como un adolescente. Al llegar me encontré con Connie y cada uno se separo en su respectivo piso de trabajo, revise algunos de mis pacientes. Mina trato de estar a mi lado ayudándome con cada uno de los pacientes y eso me incomodaba, su presencia no me molestaba, pero su insistencia y las palabras que Connie me había dicho en nuestra conversación sobre ella me causaban ansiedad.

Y así pasaron los días. En uno de esos Mina me había invitado a almorzar con ella, pero yo había quedado con mi madre para almorzar juntos, tome el atrevimiento de invitarla conmigo y mi madre, ella con gusto acepto, teníamos el día libre así que nos dirigimos al apartamento. Abrí la puerta invitándola a pasar.

--Hola mamá, ya llegue, traje a una compañera para almorzar, si no te molesta. -dije al mismo tiempo que cerraba la puerta atrás de mi, mi madre me vio algo sorprendida y rápidamente una sonrisa se dibujo en su rostro.

--Hola, mucho gusto, mi nombre es Mina y trabajo junto con Eren en el mismo piso. -dijo Mina sonriendo mientras le extendía la mano en forma de saludo.

--Mucho gusto Mina, yo soy Carla, y eres bienvenida, siéntate donde gustes, ya casi esta la comida. -dijo mi madre después de estrechar sus manos y señalándole el comedor. Le ayude con los platos y sirviendo la comida. Comimos mientras ellas charlaban y yo solo escuchaba.

Y eso no fue cosa de una ocasión, Mina ya sabia donde vivía y me visitaba a mi o a mi madre, la cual siempre la recibía incluso cuando yo no estaba, y no me gustaba hacia donde estaban yendo las cosas, en cualquier momento mi madre empezaría a hostigarme sobre Mina y yo no tenia planeado tener algo con ella todavía, si es que lo estaba empezando a considerar.

Ya había pasado una semana desde que Mikasa se había ido de viaje, no me había atrevido a llamarla por miedo a que ella se molestara mas o por lo menos creí que debía darle su espacio. Todas las noches yo miraba por la ventana con la esperanza de verla en su cuarto pero simplemente no sucedía. Me sentía nervioso el pensar que algo malo le había pasado y le preguntaba a mi madre si la señora Ackerman le había contado, pero solo me decía que ella estaba bien pero su trabajo era muy complicado y le llevaría mas tiempo del que creía. Ellas ya estaban acostumbradas a los viajes largos de Mikasa, pero yo no, ¿Qué se suponía que debía pensar?, estaba ansioso por verla.

Me dolía pensar que ella no sintiera lo mismo, pero ya estaba decidido, le diría lo que sentía sin importar su respuesta, necesitaba sacar todo de mi pecho si es que, de ser necesario, tuviera que olvidarla, no quiero olvidarla, no quiero, pero tampoco quería vivir aferrado al sentimiento de rechazo que ella me daría.

Un día en el trabajo note a Mina muy sospechosa, revisaba su celular cada 5 minutos y en las horas de descanso trataba de contactar a alguien, desde que llegamos al trabajo hasta el ultimo turno, cuando finalmente le llamaron ella se escabullo por los pasillos, ni siquiera note hacia donde se había ido. Cuando yo me dirigía a la sala de descanso por mis cosas escuche su voz, y era tan diferente a como hablaba normalmente, su voz era seria y desinteresada, no como la típica voz torpe y tierna que tenia. No era mi intención escucharla a escondidas, hasta que la voz atrás del teléfono se me hizo conocida e hizo que mi piel se erizara, era la voz de un hombre, y sentí curiosidad, y acerté, ella sin darse cuenta pronuncio el nombre de ese chico, era Jean.

Atracción a través de una ventana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora