˜Capitulo 2˜

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Durante el resto del día la situación fue muy incómoda entre Leo y yo. Andres y yo estuvimos hablando un rato pero luego cada uno se fue ha continuar a hacer sus tareas. A mi y a Emanuel nos habían asignado la tarea de bajar las cajas de empaquetar al basurero.

- No te pareceas en nada a tus hermanos.- Le comente en uno de nuestros viajes.

- Me lo dicen muy a menudo, la diferencia es que a mí me crió mi madre y a Leo mi padre. Mi padre le enseñó que enseñar sentimientos es malo y por eso es tan cerrado con la gente. Pero no te preocupes que ya te cogerá confianza. Eres una chica super maja y divertida como para no quererte.

- Gracias- reí- Como sigamos subiendo y bajando cajas nos vamos a poner en forma para el verano que viene, yo aviso- Ya llevábamos mínimo veinte viajes de casa al basurero y vuelta.

- No sería mal plan. El último que llegue coge la caja más pesada- con ese aviso Emanuel empezó a correr de vuelta a casa. Cuando me di cuenta de su jugarreta empezaba a correr tras él pero iba a ser imposible cogerle, era demasiado rápido. En general yo soy una chica muy deportista, voy a basquetbol y natación. Y ambas se me dan muy bien, pero a la hora de correr no tengo ningún tipo de fuerza al contrario que Emanuel, que hace atletismo como Andres. Leo hace fútbol y es el capitán de su equipo, gracias a él llevan ganando 3 años seguidos todos los campeonatos en los que participan.

- No es justo- le grite pero lo único que obtuve de respuesta fue una sonora risa.

Antes de que nos diéramos cuenta la noche ya había llegado, nadie en la casa tenía ganas de cocinar así que propuse pedir una pizzas. Todos me dijeron que si y a la media hora estábamos todos sentados en el sofá comiendo nuestras pizzas y riendo. Carolina y mamá nos estaban contando historias de cuando eran pequeñas.

- No se que os dirá vuestra madre, pero yo os aviso que era un mal bicho a vuestra edad- Les dijo mi madre a los chicos, ellos se rieron en respuesta.

- No hablará la monja del grupo, la que se escabullia de clase para ver a los chicos entrenar y la que se cambiaba en el ascensor- Carolina contraataco. Mi madre se empezó a reír y le tiró una patata frita a la cara. Ambas tenían unas sonrisas enormes en sus caras, se notaba que se querían mucho. Mi madre se veía más relajada, y yo sabía que era porque sabía que ahora no estaba sola, sabía que a ella le gustaba que tuviera compañía para cuando ella y papá de Iván de misiones.

- Bueno gente, yo me tengo que ir ya a la cama que mañana tengo un vuelo muy largo- carolina se levantó del sofá. Mi madre la siguió.- Yo también me voy que tengo sueño.

- Buenos noches Carolina, Buenas noches mamá- Dieron un beso a todos y subieron a sus cuartos. Mi casa era una casa bastante grande, teníamos 3 plantas contando el desván bastantes amplias. En la primera están el salón, la cocina, el baño de invitados, el primer cuarto de baño y el comedor. También está la salida al jardín. En la segundo están, mi cuarto, el de mis padres, dos estudios que solemos usar mi padre y yo y dos baños. Y luego está la buhardilla, con su propio baño.

- Bueno en diez minutos empieza un partido de fútbol, ¿Os quedáis a verlo?- Mi padre nos preguntó a los chicos y a mi.

- Yo no que tengo mucho sueños, me voy a subir a mi cuarto ya- Mi padre asintió. Los chicos dijeron que si se quedaban así recogí las cajas de pizzas y las servilletas que quedaban en la mesa y las llevé a la cocina. Cuando termine de recoger la cocina subí a mi cuarto de baño, me lavé los dientes y me quite el maquillaje. Me cambié al pijama y fui a mi cuarto. Como era costumbre me tumbé en mi cama con mi ordenador para ver un par de capítulos de mi serie favorita. Ya llevaba unas dos horas viendo mi serie cuando escuche que los chicos se iban a sus cuartos, supuse que el partido ya había terminado. Mire el reloj eran la 1:30 de la mañana, decidí terminar de ver el episodio que estaba viendo y luego me iría a dormir. Estaba a mitad del episodio cuando escuche como alguien abría la puerta de mi cuarto.

-¿Hola, quién es?- Llame.

-Elina- Una voz suave sonó, la reconocí como si fuera mi propia voz, Era él.

-Leo- Tragué saliva, estaba todo oscuro solo se veía el contorno de su cuerpo apoyado en la puerta, se veía tan sexy y se notaba que no llevaba camiseta, lo que hacía que se viera mejor- Entra y cierra la puerta- Estaba temblando ,qué hacía él en mi cuarto a las 2 de la mañana. Se sentó en mi cama y cogió aire un par de veces como si estuviera pensando en cómo poner en orden sus ideas.

- No se como voy a expresar esto, porque se me da muy mal eso de los sentimientos y que otra gente los vea. Pero lo voy a intentar. Necesito que no me interrumpas hasta que termine.- asentí y apoyé la mano en la cama, pero acabé apoyándola en su pierna. El examinó mi mano antes de posar la suya sobre la mía- Hace una semana decidimos dejar nuestra relación por las dificultades que nos podría traer, pero he estado analizando y no hay ningún tipo de complicación que vaya evitar que te quiera y que quiera estar contigo, no la hay. Elina esta última semana ha sido una mierda sin ti, y más con mis padres divorciándose, al final se lo acabe contando todo a Andrés por que no paraba de preguntarme que porque estaba tan en la mierda, porque casi no comía ni hablaba ni hacía nada.- Empezó a mover su mano hacia mi muslo y la posó hay. De repente fue como si todas las memorias y todos los recuerdos que tuvimos juntos vinieran a mi. Todas las tardes en el parque, en el centro comercial escondidos del resto, los paseos por el centro, los atardeceres en la montaña, las tarde de piscina, todo. En tan solo un verano me había enamorado de él y lo sabía. Queria decirselo pero primero le debía preguntar por que me decía esas cosas ahora

-Leo, por qué me dices esto ahora y no cuando me dejaste. Lo pase fatal, los dos primeros días no salí de mi cama, y más cuando me habéis dejado por texto. Eso fue lo que más dolió.- de repente una gota de agua cayó a mi mano.- ¿Leo está llorando?

- No- Dijo mientras se sorbía los mocos. Le acune la cara con mis manos y le limpie las lagrimas- Elina te digo esto ahora por qu cuando lo dejamos pensé que es lo que tu querias y yo solo queria hacerte feliz, por que quiza te sentirás incomoda con mis amigos o yo que se, actue como un idiota. Te juro que cuando lo dejamos se me derrumbó el mundo y me dolía el corazón. Esta tarde cuando te vi en la puerta tan guapa se me cayó el corazón al suelo y lo único que quería hacer era tirar todo al suelo y cogerte en mis brazos pero me acordé de que no seguíamos juntos y me detuve antes de hacer una locura. Te echo mucho de menos, y quiero volver y decirle a todo el mundo que eres mia y solo mia y asegurarme de que nunca nadie te haga mas daño.- Yo me reí al último comentario que hizo. Escucharlo decir todo eso, hizo que mi corazón se diese cuenta de que en verdad lo echaba mucho de menos y también quería volver. No podía formular palabra así que me abalance sobre él y le puse un suave beso en los labios, al cual él respondió al segundo.

-¿Esto significa?- Rompió el beso.

- Esto significa que vamos a ir lento, y que nadie puede saberlo. Solo Andrés- Le mire con cara seria. Se que el quiere que todo el mundo lo supiera pero yo todavía no estaba preparada para que la gente lo supiese. Muchas personas se intentaron meter entre nosotros y primero tengo que asegurarme de que lo que tenemos va para largo o solo un par de semanas.

-Lo que sea por mi princesa- Se me derritió el corazón. El por fuera en público se hacía pasar por un fuck boy, sin sentimientos ni corazón pero en verdad era mi osito de peluche.

Lo único que le podía pedir al destino era que si no salía bien que no me doliera mucho. 

˜Leo˜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora