14. El pasillo de Matthijs.

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Merci, amie

Adrien

-Ah que mi panita turco!- Cuadrado y Merih se ríen al mismo tiempo. Los intentos de Merih para bailar igual que Juan son de colección. Saca demasiado el trasero pero contrasta con sus movimientos superiores que son muy robóticos.
-Sabes que te he superado, Juan- le dice Demiral, bebiendo un trago de su cerveza.
-No,  no, la cumbia es un arte, mi hermano, y tu entrenamiento aún no está completo.
-Ahora te crees el señor Miyagi de las cumbiax?
-CumbiaSSS - corrige Juan- y sí, eso exactamente soy.
-Pues con Adrien no hiciste un buen trabajo, Maestro Colombia- Merih me mira, alzando su vaso.
-Hey! Yo sé bailar muy bien- digo. Adriana a mi lado se ríe.
-Claro que no!- dice ella.
-Claro que sí!
-No recuerdas?- la mirada de Adriana me transporta unos años.
-No recuerda, qué? No recuerda qué??- dice Merih, con interés y morbo. Yo la miro a ella y la juventud de hace unos años me golpea en el rostro como una ráfaga.

Veinte años.

Adriana se mordía las uñas con nerviosismo. El banquete ya había terminado, las palabras y el brindis también, ahora solo restaba el baile. Pero no para ella. Su graduación no era un evento al cual deseaba asistir. Era la Licenciada en Letras más joven de la generación al haberse graduado con dos años de ventaja que los demás y era difícil que los compañeros le dedicaran atención alguna, la veían muy joven aún. O quizá simplemente no les gustaba, pero Adriana prefería pensar que la veían como una niña y que por eso , a pocos minutos del baile, ella sería la única en quedarse sentada. Era la tradición que toda la generación egresada abriera la pista con una clásica tarantela italiana . En otras generaciones había sido "Bella ciao" y por lo que se comentaba, ese año también lo sería. Era lindo porque la generación bailaba la tarántela y de inmediato al finalizar esta, la música se transformaba en algo mucho más moderno, dando asi, inicio a la verdadera fiesta . Pero Adriana tenía miedo, no quería estar en la pista y bailar la tarantela para después quedar sola en el centro , sin pareja y resignada a volver a su mesa, como una perdedora.
-Hola- una voz conocida la hizo girar la cabeza.
-Adrien?
-Cosa fai?- le había preguntado él en un italiano ensayado. Adriana sonrío con preocupación, lo que faltaba, ahora el amor de su vida llegaba para ver la humillación pública de quedar sola en la pista de baile.
-Que haces aquí?- pregunto ella.
-Como que qué hago? Mi prima también se gradúa en esta generación, no recuerdas?- respondió él. Adriana miró al otro lado del salón. La prima de Adrien también era mayor que ellos , estaba ya de pie con sus amigas, todas emocionadas por la noche a empezar.
-Cierto...
-Me ha dicho que toda la generación tiene que exhibirse en una tarantella.
-No es una exhibición- Adriana se rió- es sólo un estupido baile.
-Ya... y estás lista para ese estupido baile?
-Eh... la verdad me siento un poco cansada, sabes?
-Adriana...
-Es decir, me duele el tobillo, me tropecé esta mañana...
-Adriana Fontana...
-Me duele el estómago?
-Adriana Fontana Arlegui...
-Ugh!!! Ok, va bene, no quiero bailar esa estupida cosa porque no tengo pareja y cuando la tarantella termine, me quedaré en la pista, sola como un perro callejero- respondió al fin. Adrien se rio.
-Serias un bonito cocker spaniel - le dijo a la vez que tomaba un mechón de su pelo entre las manos.
-Muy gracioso, Rabiot- Adriana lo fulminó con los ojos.
-En fin, ven, vamos- él le ofreció su mano como ya tantas veces lo había hecho en su vida.
-A donde?
-a bailar la tarantela!
-Adrien, sabes bailar una tarantela?
-Me ofendes con tus dudas!
-Sabes o no?
-Ya improvisaré- Adrien la jalo hacía la pista y cuando las notas de "Bella Ciao" empezaron , Adriana deseo haberse quedado sentada. Su compañero de baile y mejor amigo, iba de un lado a otro moviendo la cadera y las manos como John Travolta.
-Cual es tu obsesión con Vaselina, Adrien?- le murmuró ella.
-Sólo sigue mis pasos, Adriana- le había contestado el francés, con gran seguridad en lo que parecía más bien una posesión diabólica mezclado con danzas africanas.

Merci, amie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora