🍷 𝐄𝐥 𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨 𝐃𝐞 𝐌𝐢 𝐇𝐚𝐛𝐢𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 - Prólogo 🍷

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----------- El Demonio de Mi Habitación.

Argentina se había mudado a ese nuevo lugar desde hace unas semanas, pero había algo extraño, se sentía una mala vibra en su nueva habitación, no entendía porque, todas las noches tenía pesadillas recurrentes, y despertaba asustado, de verdad que vivir solo le estaba afectando, pero ya quería tener su privacidad después de todo así que por eso decidí irse a vivir solo. Todas las noches era un martirio, no podía dormir y después de las pesadillas no volvía a dormir, hasta dentro de varias horas cuando ya había salido el sol y había claridad en la habitación.

Hasta esa noche.

Abrió los ojos sintiendo un peso sobre su cuerpo, no podía moverse, solo podía mirar en frente, no entendía que pasaba, se sentía horrible, solo vio una figura bastante grande en frente de su cama, asustandose por ello, ¿Qué era eso? Tenía cola y cuernos... Acaso, ¿Eso era un demonio? Lo que faltaba en su vida, mudarse y que haya un demonio o algo en su casa y más en su habitación.

Después de unos segundos, pudo moverse, se levantó asustado, con la respiración agitada, no sabiendo que había pasado, cerró sus ojos unos momentos, asustandose cuando escuchó una voz a su lado, dando un grito al ver a esa figura a su lado, se cayó de la cama del susto.

—¡Ah, verga, lo siento!—Aquel demonio se acercó a ver si estaba bien. No era su intención asustarlo, solo quería verlo dormir más de cerca, no causarle una parálisis del sueño. Lo ayudó a levantarse, viendo que estaba casi paralizado del miedo.—Oye... no estoy feo, wey, no me mires de esa forma.

—P-p-pero...

—Ah, si... Chale, se me olvidó, soy el demonio que vive en esta habitación desde hace mucho, es un gusto en conocer a otro humano después de tanto.—Lo acostó en la cama, sonriendole, sentado en la cama a su lado.—¿Sabes? Era muy aburrido aquí solo, no había nada que hacer.

Argentina no sabía que hacer, debía de estar soñando, si, eso debía de ser. Cerró sus ojos con fuerza, tratando de despertar por completo.

—No estás soñando si eso es lo que crees.

—¡¿Quién eres y que haces acá?!—Preguntó de repente, asustado, y lanzandole una almohada en el rostro, teniendo miedo de aquel gran hombre con cuernos que estaba a su lado sentado.

—No grites, vas a despertar a los vecinos, son medio chismosos los cabrones.

—Eh... Contesta, ¿Que eres?

—¿Yo? Mi nombre es México, nomás vengo a espantar tu vida, pero la verdad es muy aburrido hacerlo, además... Eres lindo, no quería asustarte.—Hizo una pausa antes de sonreír y verlo.—Eres lindo cuando duermes, ¿Lo sabías?

¿Acaso un demonio estaba coqueteando con él?

Se levantó de la cama temblando, encerrandose en el baño. México no entendía que le pasaba, ¿Acaso era aterrador? No, solo era muy guapo eso sí, y aterrador, solo un poco.

Argentina estaba en el baño, tratando de pensar que todo eso no era verdad, que solo era un sueño, lavó su rostro varias veces, saliendo del baño, viendo que seguía ahí. México andaba revisando los cajones de ropa de Argentina, agarrando hasta la ropa interior para verla.

—¡No toques eso!—Se acercó, quitándole su ropa interior de sus manos para guardarla. Lo miró, ahora sí tenía miedo al verlo de pie, era mucho más alto, el demonio casi alcanzaba el techo con todo y los cuernos, además de que andaba sin camisa.

—... Eres muy chiquito, es tierno, igual tu ropita es tierna.—Le sonrió una vez más, mostrando sus afilados dientes que tenía.—No me tengas miedo, no te haré daño, solo estoy aquí por algo... Cómo castigo, la única forma en la que puedo volver a casa es asustando a varios humanos, no me acuerdo cuantos llevo.

—Bien... Supongamos que eres real.

—Soy real, ¿Quieres tocarme? A ti si te dejo, precioso.—Habló en un tono coqueto. Argentina puso cara de desagrado, no podía creer que era así.

A penas estaba asimilando lo que pasaba.

—... Entonces, eres un demonio, ¿Y solo estás aquí para coquetear conmigo?

—Si así lo quieres ver, pues si.

—... Deben de ser las pastillas para dormir que me tomé. Buenas noches.—Se fue a la cama, volviendo a taparse hasta la cabeza con la sábana, tratando de volver a dormir, cerrando sus ojos.

México se quedó ahí.
Parecía que no quería creer que eso estaba pasando de verdad, y pues si, ¿Quién no? Hasta parecería una alucinación, pero no lo era. México es un demonio el cual fue castigado hace dos meses, debía de pasar un año entero en el mundo humano, causando miedo en los habitantes de ese departamento.

¿El porque del castigo? Porque no podía parar de estar coqueteando con otros demonios en vez de estar haciendo su trabajo.

Se acercó a la cama, sentandose en esta y después acostándose, iba a esperar a que despierte y acepte que todo era verdad. Él solo era visible para los que vivían en la casa, para otro no, a menos que entren a la residencia.

México llevaba desde el primer día viendo y vigilando a Argentina, era el causante de las pesadillas, aunque quería hacerlas ser menos horribles, las hacía peor a veces. La única razón por la que no podía asustarlo por completo, es porque le daba algo de pena verlo llorar cuando despertaba.

Iba a tenerle una gran excepción a Argentina.

𝗘𝗟 𝗗𝗘𝗠𝗢𝗡𝗜𝗢 𝗗𝗘 𝗠𝗜 𝗛𝗔𝗕𝗜𝗧𝗔𝗖𝗜𝗢́𝗡 ! mexargDonde viven las historias. Descúbrelo ahora