El dolor de un engaño

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Al día siguiente, Ray esperaba en su habitación del hospital porque alguien llegará, fue cuando a primera hora de la mañana, entró su hermana, justo a la persona que quería ver.

—Buenos días, Ray—Susan entró con una gran bolsa — Te traje frutas — Ella entró para sentarse en el sillón y poner las frutas.

—Gracias — Ray le miró con indiferencia — El doctor ya paso — Le dijo esto, mientras Susan sonreía.

—¿Y qué dijo? — Preguntó ella ansiosa.

—Estuvimos hablando, y me dijo que podía terminar el tratamiento en la casa — Susan sonrió ampliamente.

—Eso es genial, Ray— Ella junto sus manos frente a ella — Mamá y papá estarán muy contentos con tenerte en casa — La chica no cabía de la dicha.

—En realidad, quería ir a mi departamento — Ray le comentó.

—Oh... entiendo, entonces le diré a Anna que... —

—No es necesario que le digas a Anna — Ray la interrumpió, Susan ya iba a sacar su celular.

—Pero no puedes estar solo, si algo te pasa — Susan ya iba a replicar.

—Ya le dije a mi novia que viniera a recogerme — Ray le dijo aquello, mientras Susan se quedaba callada.

—Ah, ya le dijiste a Anna — Ella volvió a sonreír aliviada.

—No, le dije a mi novia — Ray rectifico, pero Susan no lo entendía para nada.

—Pero... Anna es tu novia — Susan susurró, hasta que logró reconocer la mirada de furia del chico.

—Sabes perfectamente que ella no es mi novia — Susan tragó en seco, mientras se sentía descubierta.

—¿Recuperaste tus recuerdos? — Susan frunció también sus cejas, muy molesta.

—No — Le aclaró Ray, pero la chica no dejaba de estar enojada.

—¡No me digas que esa mentirosa vino a buscarte! — Ella se levantó de la silla, bastante enojada.

—A mi me parece que la mentirosa es otra — Ray estaba muy decepcionado.

—Claro que no, ¿le vas a creer a una extraña antes que a tu propia hermana? — Le cuestionó ella — Anna lleva diez años contigo, siendo tu pareja desde que estaban en secundaria, apoyándote, esforzándote por la relación — Susan le comentó, mientras Ray no cambiaba su expresión.

—Eso no cambia el hecho de que me engañaste — La voz de Ray era seria, lo cual hizo enojar aún más a Susan.

—¡Ray! — Ray desvió su mirada — ¡No puedes creerle a esa chica!, ¡es una vividora y aprovechada! — Pero él no le prestaba atención.

—Ya vete — Susan estaba demasiado enfadada, para su mala fortuna, Anna entró también en ese instante.

—Anna... — Susan le miró, con una cara lastimera — No dejes que Ray sea engañado — Ella corrió hacía ella para tomarle de las manos.

—¿Qué ha sucedido Susan? —Preguntó ella, viéndola tan molesta y abatida.

—Esa maldita perra se lo va a llevar otra vez — Anna le miró con sus ojos azules, algo consternada.

—Oh... ya veo — Ella soltó un largo suspiró.

—¡Dile algo! — Susan le tomó de la muñeca, para llevarla hasta el pelinegro.

Tú cambiaste mi mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora