Vous Apprenez (Mericcup) [#1]

Capítulo 3

Me desperté por el hambre que me estaba dando, malditos antojos, gemí cuando me llegó un olor demasiado agradable, eso me daba a conocer que Hiccup estaba cocinando y podría volver a repetir... ¡Malditos antojos!

Acaricie mi vientre y sonreí, no sabía la razón por qué, pero tenía esa costumbre, cuando me tocaba el vientre sonreía, pero era una experiencia inexplicable saber que tenía a un pequeño o pequeña allí.

Me levante con cuidado de la cama ya que la mayoría de las veces que me levantaba sentía esas náuseas.

Me dirigí al espejo y me miré, tenía mi cabello pelirrojo totalmente despeinado en chinos y mis labios hinchados... También tenía la manía de morderme los labios mientras dormía, lo se, me tomarán como loca pero así era yo.

Salí de "mi" habitación y me dirigí a la cocina donde Hiccup se encontraba leyendo el periódico mientras tomaba lo que parecía ser café.

-Bueno días Mérida ¿cómo durmió?

-Buenos días señor Haddock -al decir eso noté como hizo una mueca -. Y gracias, dormí bien.

-Mérida le agradecería que no me tratara como "señor"

-Lo siento, sólo que pienso que por haberme salvado de morir allá afuera tengo que tener un respeto por usted.

-Lo sé Mérida, y lo entiendo, pero sólo que no me gusta que me traten como "señor".

-Está bien, pero prefería que no me tratara de forma formal -arrugue la frente y el sonrió.

-Claro -y se levantó y después regreso con un plato -. Te preparé Hot Cakes ya que era lo único rápido que podía hacer mientras estabas dormida -me puso el plato en la barra y sonreí deleitándome con aquel olor tan exquisito.

1-. Ya no me trato de forma formal.

2-. Amaba los Hot Cakes.

3-. ¿Cocinaba?

Y claro mi tentación por preguntarle me ganó.

-¿Cocinas? -sabía que la pregunta era un poco tonta, ya que era demasiado claro que él había echo el desayuno. Ya que no podía ver a ninguna empleada rondando.

-¡Claro! Es como mi pasatiempo favorito -sonrío mostrando todos sus dientes.

-¿Puedo preguntarte algo?

-Claro. Como casi no nos conocemos creo que sería una buena idea.

-¿Trabajas en algo importante? Lo digo por la mansión y eso... -sentí mis mejillas arder mientras hacía un ademán con las manos, me metí un pedazo de Hot Cake a la boca y él hizo una mueca y sus ojos se oscurecieron-. Oh lo siento no debí...

-Tranquila si será raro para ti -suspiró -. Como soy hijo único mis abuelos eran presidentes de una empresa famosísima y ellos murieron hace dos años y todo lo que ganan se me pasa a mí y ahora mi padre es el presidente pero él quiere que todas las ganancias las tenga yo.

-Oh -fue lo único que pude articular antes de seguir comiendo.

-Bueno Mérida como no nos conocemos bastante te voy a hacer preguntas las respondes y yo te respondo mi misma pregunta.

-Sí -le sonreí de lado.

-¿Quién empieza? -preguntó con diversión.

-Tú.

-¿Película favorita?

-Votos de amor.

-No tengo película favorita.

-Oh. ¡Aburrido!

-¿Color favorito? Y no soy aburrido -rió.

-Sería el verde... -respondí pero sonó mejor como pregunta y me encogí-. No sé.

-Sería el café -rió y entrelazo sus dedos-. ¿Música favorita?

-Bueno, el reggaeton, ya sabes, la música que le gusta a todas las mujeres -hice un pequeño además con la mano restándole importancia mientras rezaba por haber sonado convincente.

Su rostro se transformó completamente en confusión e incredulidad. Sus ojos se entrecerraron para descubrir si mentía o no.

-¿Es en serio?

-¡Claro que no! -y estallé en carcajadas contenidas mientras él me seguía-. No tengo música favorita, tengo de toda en mi celular-dije cuando al fin logré apagar la risa.

-Estamos en la misma posición. ¿Canción favorita?

-Tendría que elegir entre muchas -dije alargando la "u"

-Me gustan todas. ¿Eres virgen? -trató de soñar serio pero una pequeña risa se le escapó de los labios.

¿A que clase de hombre le pregunta eso a una chica embarazada?

-¡Claro que sí! En bebé que llevo ahora es porque un hada madrina agitó su pequeña varita mágica allí y apareció por arte de magia.

-Nadie lo sabe -y me dedicó una sonrisa y después miró hacia su reloj de mano-. Oh mierda, voy tarde a la cafetería.

-¿Cafetería?

-Sí, acordé encontrarme con mi mejor amigo, Jack, ahora mismo tiene muchos problemas amoroso -rió.

-Bien, que te vaya bien.

-A sí, Mérida ten -y de su bolso saco una caja de un IPhone a lo que yo forme una perfecta "O" con mis labios-. Lo mande a comprar para ti está mañana, ya está cargado, tiene algunas canciones que logre comprar antes de que te despertaras y espero que te gusten, ya tiene mi número grabado, más tarde te enviare un mensaje. Adiós -dijo saliendo por la puerta.

Me quede viendo la caja unos cuantos minutos. Esto era demasiado precipitado, ¿regalarme un celular costoso cuándo no llevábamos ni un día en conocernos?
Tuve la sensación de que Hiccup tenía un gran corazón.