Katsuki un omega que desde que supo que era omega su vida comenzo a cambiar, su familia no podia dejar que todo el mundo supieran que tenian a un omega inutil ....su vida era demasido oscura no habia luz ni esperanza para el....lo unico que podia ha...
La pregunta del bicolor lo había tomado desprevenido, el había intentado huir demasiadas veces pero siempre fracasaba en el primer intento, sus padres siempre lo encontraban, el quería huir, el quería ser feliz el ya no quería sufrir, miro la cara del alfa esperando encontrar algo que le dijera que estaba bromeando, pero no fue asi lo unico que podía observar era el triste semblante del alfa, sintió como su omega se inquietaba.
"mio, mio eso es mio, debemos irnos con el, es nuestro alfa, vamos con el, ese es nuestro alfa, quiero al alfa"
Su omega interior estaba demasiado inquieto, trato de suprimirlo pero el deseo de ser libre era mayor.
"Alfa, quiero a alfa, por favor, lo necesito"
Trato de controlarse, pero pronto el omega comenzó a vencerlo y empezaba a salir, era imposible suprimirlo ahora, al tener a su alfa de frente no podía suprimirse.
-ven conmigo omega, prometo cuidarte, nada malo te pasara si estoy contigo, asi que acompañame cachorro-
Podía escuchar la voz de su alfa llamarlo, trato de resistir el llamado de este, pero sus fuerzas se estaban agotando.
-por favor ayúdame alfa, ya no quiero sufrir mas, por favor-
Chillo con su voz de omega, el bicolor estaba sorprendido, no esperaba a que el rubio usara su voz de omega, pensó que el llamado de su alfa interior no funcionaria pero tal parecía que si lo hizo, se acerco a su omega y acaricio su cabellos este solto un suspiro y se acomodo en busca de mas mimos, shoto no pudo negarse, el aroma de duraznos lo estaba tranquilizando, y su alfa interior estaba feliz, podía sentirlo.
-asi que me acompañaras, nos iremos a donde nadie pueda encontrarnos, nunca mas dejare que vuelvan a lastimarte- le prometio el alfa bicolor.
- gracias...-susurro el omega antes de quedarse dormido, shoto al fin pudo sentirse completo, sentía una gran tranquilidad, su omega lo había aceptado y reconocido.
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Desde afuera todos escuchaban la conversación, estaban conmovidos al escuchar la voz de su hijo tan feliz, hacia demasiado tiempo que no lo veían tan feliz.
Su madre no pudo evitar llorar de felicidad lo mismo que su hermana, natsuo simplemente mantenía una enorme sonrisa estaba conteniéndose las ganas de llorar, pero sabia que debia ser fuerte.
Esa noche al fin el medio albino pudo dormir tranquilo, para el nada era mejor que cuidar a su omega. El aroma de duraznos logro tranquilizarlo, quedándose dormido de inmediato.
Al dia siguiente ninguno fue a la escuela, sus deberes fueron enviados por correo, habían recibido varias llamadas de parte de sus compañeros pero decidieron no responder ninguna.
