ᴛʀᴇᴄᴇ

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—Fefi voy, al baño. ¿Me podrías cuidar mi bolso?— pidió el favor Lorraine.

—Claro que si babe, tú ve, seguiremos jugando, yo tiraré por ti— la muchacha confío y le dio un pequeño beso en su mejilla para después ir al baño.

Lorraine fue hacía al baño y entró. Había sentido un líquido en su parte íntima, sabia perfectamente lo que significaba eso y lo peor es que traía un pantalón blanco.

—Diablos, no traigo toallas— se desesperó.

Estaba esperando a que alguien entrara para ver si podría pedir al menos una toalla, tardo un poco ya que no había mucha gente, esperó y esperó hasta que por fin oyó la puerta abrirse.

—¿Lorraine?.

Diablos, no sabía si contestarle, me iba a dar mucha pena saber que estaba empezando mis días, pero, pensándolo bien, es un tema que se debería hablar naturalmente.

—¿Hyunjin?— pregunte. —¿Lorraine?, por que tardas, tienes. ¿Te sientes mal?— preguntó acercándose más a la puerta.

—Hyunjin escúchame bien, yo, no quiero que esto te incomode pero, no se como decirlo, Hyunjin yo, yo tengo un peq...— fue interrumpida.

Fue interrumpida ya que el el muchacho se agachó y le enseñó una toalla sanitaria, ella vio aquel acto y agarró delicadamente la toalla.

—Gracias— susurró, pero como estaba totalmente vacío, el muchacho pudo escuchar y responder con un "De nada".

Lorraine trato de no hacer ruido con la bolsita que cubría la toalla sanitaria, podía ver perfectamente los zapatos de Hyunjin, quien este la estaba esperando afuera pero, ¿Por que no se había ido, si es el baño de chicas?. Mientras sacaba lentamente la bolsita, la peli negra hacía muecas.

—No tengas pena Lorraine, un día Kyung pasó por lo mismo— dijo Hyunjin esperando a Lorraine fuera. —Un día... la invité a salir y... ese día ella llevaba pantalón blanco al igual que tu y tuvo el mismo problema y pues tuve que ir a comprar toallas, no tengas pena, la menstruacion es algo natural y, opino que se debería de hablar naturalmente.

Aquellas palabras que dijo el muchacho dejaron a Lorraine boquiabierta, ya que no se esperaba una respuesta así de parte de Hyunjin.

—Bueno, me voy— y sin más Hyunjin salió.

Lorraine termino de hacer lo que estaba haciendo. Y se dispuso a salir. Salió del baño y en vez de ir con sus amigos, se dirigió al enorme balcón que proporcionaba el restaurante dentro de los bolos. Se recargó en la barra de metal y se dispuso a admirar el bonito atardecer. Minutos después pudo presenciar unos pasos que iban directo hacia ella. Volteo y vio a Hyunjin acercase a ella. Se puso en la misma posición que ella y no dijo nada.

—Es lindo el atardecer— dijo sin apartar su vista de aquel hermoso atardecer. No puedo negar que se ve muy atractivo desde su perfil, si ya lo era, ahorita aún más.

—Si— respondí.

Me volví a poner en la posición que estaba acompañando a Hwang Hyunjin a admirar el atardecer y de paso a el. Vimos cada detalle de aquel hermoso atardecer hasta que entró la luna a brillar.

—Ahí está, Lee Sung Kyung, ahí está ella, brillando junto a las demás estrellas que proporciona el lindo y hermoso espacio exterior— dijo Hyunjin con una voz más aguda de lo normal, su voz, su voz me traía tranquilidad, paz, armonía, Kyung de verdad tuvo mucha suerte en tener a Hyunjin como novio.

—Yo... yo lo se, ella esta ahí, brillando pero ella brilla más que las demás estrellas, por que ella es única, su personalidad y su físico— respondí susurrando.

—No creas que con esas palabras te voy a perdonar Lorraine Lassare, se todo lo qué pasó, hasta el más mínimo detalle, y no me vengas con excusas por qué se que fue tu culpa la causa de su muerte— me volteo a ver con el ceño fruncido.

—¿De que estás hablando?— mi pecho subía y bajaba rápidamente, tenía miedo a lo que iba a pasar.

—No té mientas Lorraine, tú, la mataste— se fue acercando lentamente a mi, yo iba retrocediendo con pasos torpes hasta llegar y chocar contra la pared, el posicionó sus manos en cada extremo de mi cabeza y me miró fijo.

—¡Tu causaste su muerte!— gritó muy fuerte haciendo que brincara del susto. —Tu me quitaste lo más valioso que pude tener en este planeta, ¡tú me lo arrebataste y ahorita lo tienes todo!— hizo una pausa. —¿Crees que no lo se? Tienes una hermosa vida Lorraine, tienes padres que te quieren, que están a tu lado, te consienten.— volvió a pausar. —¡Maldita sea! ¡Lo tienes todo!— al decir eso último despegó sus manos de la pared y pegó bruscamente la pared blanca.

Mis ojos ardían de tanto estar sosteniendo cada lágrima con ellos, esas últimas palabras hicieron que cayera al piso, era mentira, todo era una maldita mentira. No tengo la vida perfecta, no tengo padres que me consienten, no lo tengo todo y menos unos padres que me amen o me respeten. Estoy harta de que el mundo exterior no se de cuenta de los problemas de las personas, sufren depresión, ansiedad hasta llegan a suicidarse por sus propios problemas. ¿Y por qué no intentarlo?, buena pregunta, lo he estado pensando mucho últimamente, me maltratan, me torturan en casa y mi madre no se toma el valor de demandar a mi padre con la policía y yo tampoco por que tengo miedo. El miedo me consume poco a poco, haciendo que pierda energía, que pierda interés en las cosas.

Pero no crean que el suicidio arregla todo, más bien lo empeora. Personas a mi alrededor, solo le importo a dos personas, y con eso me basta, al menos le importo a alguien, ¿no?. Así por que matarse, esas personas estarán tristes, podrán llorar pero nunca superar.

Me quede en el piso llorando, me encogí y solté todo lo que tenía dentro, me dispuse a gritar y ahogar mis gritos, sorbo mi nariz al escuchar a personas entrar y los vi, a los dos chicos que tanto les importo.

—¡Maldita sea Lorraine que te paso!— Félix se acerco rápidamente a mi y detrás de él venía el menor.

—¿Está bien?— preguntó el menor con brackets. —No lo se— respondió el Australiano mientras checaba mi pulso del cuello y de la muñeca.

No podía negarlo, me había lastimado el coxis de tremendo senton que me había provocado yo misma. Tenía las lagrimas secas en mi mejilla y moco en líquido cerca de mis labios que con mis mangas lo limpié rápido y sorbí la nariz.

—Tranquilos, estoy bien, solo que... extraño a mi abuelo, es todo— mentí, obviamente no quería que se enteraran de lo que había pasado. Prefiero quedarme así a que se enteren de la verdad.






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Sin más nos leemos en el siguiente

No me destruyas | hyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora