La habitacion de la castaña
Llegamos a mi casa y como no quería estar sola le pregunte si se quería quedar a dormir.
Entramos en la casa, me asegure de que todo estaba completamente cerrado, no quiero más sustos.
–Vamos a mi habitación, paso de dormir en el sofá.
–Ese sillón de cine es más cómodo que mi cama, así que no me quiero imaginar lo comoda que debe ser tu cama.
Subimos a mi habitación y recepción por que lo hubiera dejado todo ordenado. Y menos mal que si.
Entre en el baño para ponerme mi pijama y mientras salía vi como Dimitri se quitaba la camiseta. Era increíble lo caliente que era este chico.
–¿En que lado duermes? - pregunto acercandose a mi.
–En el derecho.
Se recosto en el lado izquierdo y yo hice lo mismo en el lado derecho, nos quedamos en silencio durante un rato hasta que el corto el silencio.
–¿Alguna vez que han tocado? - esa pregunta no me la esperaba para nada.
–No - dije avergonzada.
–¿Y has tocado a alguien alguna vez?
–No.
–¿Y que es lo que has estado haciendo durante dos años con tu novio, jugar al ajedrez?
–No me gustaba que me tocará, es todo.
–Comprendo, a mi tampoco me gustaría que me tocará un imbécil como el.
Se colocó de lado, me estaba mirando mientras yo miraba el techo. Mi camisa se levantó un poco dejando al descubierto mi ombligo. Vi como Dimitri colocaba una mano en mi abdomen y empezaba a hacer círculos, cada vez más bajos, notaba como su dedo cada vez se iba colando más por el inicio de mis bragas.
–Si quieres que pare me lo dices - yo asenti y deje que me hiciera lo que estaba pensando.
Este se colocó de rodillas en la cama y poso sus labios contra los míos, esta vez sí que era un beso rudo, cargado de deseo. Colocó sus manos en el inicio de la camisa y me miro preguntándome si podía quitarmela, levante un poco los brazos para que pudiera sacarla bien y me volví a recostar. Dimitri siguió su camino de besos desde mi cuello hasta el borde del sujetador. Colo una mano por detrás de mi espalda y lo desabrocho con una agilidad increíble. Por acto reflejo me tape los pechos.
–No te tapes castaña, conmigo no, eres preciosa.
Quite mis manos de mis pechos y deje que los observara. Colocó sus manos en mis pechos y empezó a apretarlos, un gemido brotó de mi garganta y ya ni os digo cuando se metió mi pezón a la boca.
–Oh Dios..... - fue lo único que dije.
Mientras seguía subcionando mi pezón, bajo una mano hacia el inicio de mis pantalones. Metió su mano y llegó hasta mi intimida y cuando empezó a masajear ese punto tan sensible una explosión de placer me invadió. Este chico sabia hacer de todo bien. Bajo mis pantalones y mis bragas y sonrei por como levantó la cabeza de golpe.
–Así que hay tenias la fresa. - dijo emocionado por encontrarla.
La fresa estaba justo en la pelvis. Fue mi primer tatuaje y para que nadie lo viera me lo puse hay.
Y para nada me esperaba lo que iba a hacer a continuación, lamio la fresa mientras me miraba y dejame deciros que era demasiado excitante.
–Estas tan mojada. - dijo con la voz muy ronca. - si te duele me avisas - yo asenti y note como intrudujo un dedo en mi cavidad. Empezó a moverlo y era una sensación tan placentera que me estaba volviendo loca, metió un segundo dedo se sentía incómodo, pero el placer ganó a la incomodidad. Note como el orgasmo iba llegando. - eso es correte para mi preciosa.
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Dulce tentación (Sin Corregir)
Teen Fiction¿Que pasa si empezamos a decir mentiras? Anastasia Gil, una chica que después de encontrar a su novio engañandola decide que lo mejor es decir que se a estado acostado con el chico problemático del Instituto. Una mentira, una lista, una amistad, u...