Llegar a Gusu jamás había sido un gran alivio, siendo recibidos por Lan QiRen y HanGuang-Jun en la entrada. Sintió una terrible paz cuando la mano de WangJi le acarició la cabeza, los ojos le ardieron y amenazaron con derramar lágrimas.
Jiang WanYin fue invitado a pasar y tomar camino con QiRen hasta una habitación privada. Jiang Cheng tenía cosas que contarle acerca del muchacho, bien hubiera preferido hablarlas con Lan WangJi pero, por la cara de SiZhui y las acciones obvias del menor de los jades, era evidente que no deseaban separarse durante un buen rato. Además, prefería preguntar por el mayor de los hermanos Lan ya que estaba de paso.
SiZhui agradecía que Yuan estuviera dormido, así tendría el espacio para poder platicar con el hombre que hizo de padre durante su crecimiento. Así no temía por perder el control. Llegaron al Jingshi donde Lan WangJi lo arropó, envolviéndolo con una manta porque no se había dado cuenta que tiritaba de frío. Un té caliente fue colocado sobre la mesa y dejó ir una sonrisa amable, una sincera.
—¿Y el mayor Wei?
—Cacería nocturna.
—Supongo que JingYi fue con él, no lo he visto merodeando.
—Mnh.
Asintió con la cabeza, tomando un sorbo al té en sus manos. Iban a dar las ocho, para ese punto ya deberían haber cenado todos. Tenía que hacerse del valor para caminar directo a las habitaciones que compartía con sus compañeros, del otro lado de donde estaba. No sabía qué cara dar, es más, no sabía que cara iba a salir. Ser él o él. Debía guardar la distancia o pedir ayuda pero conocía a Lan QiRen, sabía que, de estar en sus manos, lo encerraría con todo y energía maligna -cosa tonta porque de su cuerpo no salía alguna señal de energía resentida-. Sus compañeros le harían preguntas, lo ahogarían hasta más no poder, incluso si eso conllevaba no respetar la hora límite de Gusu. La curiosidad era más poderosa que la obediencia.
—Pasa aquí la noche.
Y dijo que sí, porque no se le pasó por la cabeza la idea de que, por la madrugada, Yuan tomaría su cuerpo y deambularía no solo por el Jingshi, sino por todo Gusu. Descalzo y sin nada más que unas túnicas delgadas -destinado uso a dormir- se paseó por los caminos de piedra, riendo cuando las plantas revoltosas le hacían cosquillas en los pies. Con el cabello suelto y sin la cinta en su frente, corrió por los pasillos de madera, sin hacer escándalo. Suerte tenía que ningún cultivador vigilante lo hubiera captado desde horas atrás.
La emoción fue tal que, sin importar el clima frío que amenazaba por comenzar a nevar por la época en la que se encontraban, el eufórico Yuan había decidido tomar un baño en uno de los ríos en la profundidad de las montañas. Era lo que necesitaba para despertar. Sentir el agua congelada calándole hasta los huesos fue lo que le hizo retomar la consciencia. El agua estaba en el proceso para volverse hielo, le quemaba la piel y los huesos dolieron.
—¿Qué estás haciendo?
Nadó hasta la esquina, donde las plantas se burlaban de esa decisión tan descabellada de nadar. Nadie con lógica básica se atrevería a meterse, ni un tonto. Pero parecía que los niños rompían con esa barda.
—No puedes nadar aquí— Su cuerpo temblaba del frío, terminando por abrazar su cuerpo en un burdo intento de mantenerse caliente—, hace demasiado frío —Su voz se quebraba, era como sentir mil agujas clavándose en su piel conforme caminaba en dirección al Jingshi—. Si vuelves hacer eso tal vez moriremos.
Su cabeza dolió, como si de esa manera el chiquillo hiciera un berrinche por haber sido regañado. Solo pudo gruñir en frustración, se estaba volviendo más irrespetuoso a las reglas de lo que jamás creería pero teniendo a una segunda persona que tenía la mentalidad de un niño de cinco años habitándole dentro de su cabeza, ¿Qué más se podía esperar de ello?
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Tu-tu-tu-tú [MDZS].
FanfictionPorque caer en ese círculo rojo brillante de pecados, solo fue el comienzo de un dolor inexplicable. Enfermedades sin curas, desastres abominables y pesadillas reales. Donde SiZhui jamás debió entrar a esa cueva oscura y pegajosa, donde sus pies se...