Capítulo 23

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Sé que se fue.

Lo hizo.

Se fue de nuestra casa a su casa.

No me gusta, no me gusta tenerlo lejos, me acostumbré a dormir con el, despertar con el, bañarme con el, desayunar juntos y muchas cosas más.

Sé que estoy con el aura más negra que puede existir en mi vida mientras trabajo junto a los demás con un nuevo inversionista.

— No quiero hacer el trato — me pongo de pie.

— Pero señor, es muy buen trato — murmura el hombre de terno de la otra compañía mientras me observa.

— ¿Ustedes creen que es un buen trato para nosotros? No lo es, el 30% de las ganancias que nos quieren dar por todo el trabajo que haremos no es ganancia, es pérdida de tiempo, dinero y sobre esfuerzo de mis trabajadores, así que ya lo dije no hay trato.

— Pero....

Levanto la mano interrumpiendolo, camino hasta la puerta dejándolos solos ahí dentro.

— Devuelveles la carpeta, no quiero ningún tipo de trato con ellos — ordeno a mi secretaria.

Sigo mi camino con la mirada al frente mientras todo el mundo se aparta sabiendo lo que les espera si estallo.

Llego a mi oficina tirando la puerta a su paso, me acerco a mi escritorio, sentándome masajeando mis sienes tratando de aliviar el dolor de cabeza por el papeleo acumulado que tuve de mi mini vacaciones y por el niño bonito.

Recuerdo lo que pasó anoche, se iba a dormir a otra habitación pero no lo dejé, a pesar que me dejó un apasionado beso de buenas noches igual se fue.

Creí que lo que hice estaba bien pero extraño tenerlo en casa, en la mañana lo dejé ahí pero me dijo clarito que iba a regresar a casa, nuevamente lo besé con pasión tratando de mostrarle que es importante para mi.

Pero se fue.

Woosung me llamó para darme la noticia que lo habían ido a dejar a su clase y les dijo que el mismo podía regresar a su casa y desde ahí estoy enojado con todo el mundo por ser un pendejo, solo tenía que hablar bien con él para que acepte mi ayuda pero al contrario.

Hice un plan pendejo con la ayuda de mis menores, ahora que me doy cuenta, lo herí.

Observo el reloj viendo que solo faltan unos minutos para que salga, como esta en último año de estudio, sé que apenas ve 2 hora de clases y nada más.

Me levanto con prisa agarrando mis cosas y salgo mensajeando a mis guardias que vengan.

— Voy a salir, si necesitas algo pídele a Jungkook — ordeno.

Asiente y continúo mi camino mientras bajo al parqueadero.

— ¿Donde señor? — pregunta nam.

— A la universidad de Taehyung.

El camino se me hizo eterno, dandome miedo de ya no encontrarlo pero para mi buena suerte recién terminaba de sonar la campana.

Salgo del auto con el resto y me arrecuesto en el carro con los brazos cruzados.

Todos empiezan a salir, hasta que lo reconozco por su rubia cabellera, esta se mueve con el viento mientras camina, dándole un aura angelical.

Viene sonriendo con jiminie a su lado y otra chica que no conozco, se percata de mi presencia y su cara le cambia a preocupación, se aleja de todos y camina hacia mi.

— ¿Qué haces aquí? — pregunta confundido.

— Tenemos que hablar — señalo el auto y asiente, abro la puerta dejándolo ingresar primero, me subo y cierro.

Mi Pobre Diablo (Yoontae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora