La chica de cabello negro grisáceo se encerró en una de las habitaciones por todo lo que quedaba de día en horario terrestre. De alguna forma estaba preocupado por ella, no sabía que decirle, ni tampoco como hacer que se sintiera mejor.
Al día siguiente desperté temprano, aún no sabía nada de la chica, supuse que estaría durmiendo, así que activé la pantalla holográfica que llevaba incorporada y me dispuse a buscar como hacer sentir mejor a alguien. Encontré muchas opciones raras y bonitas... pero regalar un perro no era algo que estuviera en mis manos en ese momento... dar un beso, definitivamente no... prepararle el desayuno, sí, esa fue la que escogí. Era la opción más natural y que podía hacer, así que puse manos a la obra y comencé mi trabajo.
Me dirigí a las reservas de comida que había puesto en la máquina para ver que encontraba, busqué además desayunos específicos en la red y me decidí por uno, "Huevos fritos, tostadas y zumo de naranja", el desayuno perfecto, equilibrado y sobre todo fácil de hacer.
Siendo sincero me costó un poco de trabajo, al principio rompía la yema de los huevos por no saber aplicar una delicada fuerza, las tostadas se quemaron, y al no teber idea de que debía ponerle una tapa a la licuadora, pues el jugo terminó esparcido por todos los rincones de la galáctica cocina. Fue frustrante y no dejaba de golpear mi cabeza o de resoplar cada vez que algo salía mal. Una vez que recogí todo el primer desastre hecho, lo volví a intentar, y para mi suerte, las cosas ahora salieron perfectas, o sea... soy un robot, aprendo rápido.
Coloqué el desayuno sobre una bandeja, muy contento de lo que había preparado y con la aprobación de mi pequeño robot ayudante, me dirigí a donde estaba Steph para llevárselo.
Primero toqué la puerta de forma suave, pero nadie contestó. Lo volví a intentar esta vez más duro y utilizando mi voz para pronunciar su nombre, y otra vez no obtuve respuesta. Comenzaba a impacientarme, y más que eso, a pensar que algo malo le había pasado a la chica, así que no tuve más remedio, anuncié mi entrada, abrí despacio la puerta y ahí estaba ella.
Stephany estaba encima de la cama, acostada de lado y tapando su cuerpo por completo con un edredón, solo tenía pedazos de cabello fuera del pedazo de tela blanco que la cubría. Me acerqué a ella sin apuro y cuando estuve a su lado intenté ver que le pasaba
-Oye... pss pss- dije bajito sin acercarme mucho, aún con la bandeja en mis manos y otra vez no obtuve respuesta alguna -¿Estás bien?- me tomé un segundo y lo único que se escuchaba era el silencio atormentador que había dentro de la habitación. Entonces me equilibre en una pierna, para poder levantar la otra del suelo y con la misma, tocar el cuerpo de ella
-¿Estás muerta?- pregunté neutro haciendo presiones con mi pierna sobre StephanyLa reacción de ella fue inesperada, en un segundo vi como movía sus brazos apresuradamente, quería quejarse de que la estuviera aparentemente molestando, pero mientras ella se retorcía como un gusano y gritaba
-AAAYY- también logró golpearme con su pierna haciendo que cayera al suelo, y conmigo, más bien encima de mí, cayó todo el desayuno que tanto tiempo había estado preparando.Cerré mis ojos y apreté mis párpados lo más que pude, puse mis dientes a rechinar, sí, estaba molesto.
-¡Acaso no me puedes dejar en paz!- gritó ella golpeando con sus puños la cómoda superficie del colchón
Me levanté veloz del suelo, sacudí los restos de comida que tenía encima, y casi dispuesto a relajarme aceptando el hecho de que ella estuviera molesta... volví a molestarme, de hecho, me moleste aún más. Todo el rímel negro que había tenido la chica en sus ojos, ahora estaba pegado a las almohadas blancas. No soportaba ver desorden y mucho menos suciedad, así que ver esa mancha negra era como un castigo para mí.
-¡Por favor vete de a!....- seguía exclamando ella, pero esta vez fue interrumpida por mí
-¡¿Como puedes hacerle esto a una almohada Viscoelástica de última generación, he, cómo?!- grité entonces yo al borde de la locura, resoplaba enfurecido mientras que le señalaba con las manos a Steph todo el embrollo que había formado.
Ella cambió su expresión de molestia a la de alguien sorprendida, al parecer no se esperaba poder llegar a verme de esa forma tan agitada, pero sí, aunque suela ser una persona... bueno un robot bastante calmado, cuando me sacas de quicio no puedo controlar mis impulsos.
-¿Pero a ti qué te pasa?, se supone que la molesta después de que tú destruyeras mi planeta sería yo- entonó confundida y asombrada sin levantarse
-Pasa que llevo toda la mañana haciéndote un desayuno, me lo tiras encima y para colmo te dedicaste toda la noche a dejar tus huellas por toda la sábana... ¡Eso es lo que pasa!- dije expulsando fuertes vientos por mi nariz, parecía un toro de agitado
-Pues sino te gusta deberías haberme dejado en la tierra para morir al igual que el resto- respondió ella enérgica parándose sobre la cama
-Pues sí eso debería haber echo- le dije haciendo lo mismo que ella para poder estar a su altura
-¡Pues vale!- exclamó tirándose de espaldas al colchón, cruzó sus brazos y frunció sus labios
-¡Pues eso!- exclamé yo también apretando mis puños y pegando mis brazos a mis laterales para no perder el control
Luego me bajé de la cama y haciendo pucheros me fui, esa chica no se merecía un segundo más de mi tiempo.
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Yo Te Llevo a Casa
De TodoBienvenidos a la típica historia de un robot humanoide que se enamora de una humana... suena a cliché... lo sé, pero no, créanme, no lo es.... Bienvenidos al momento que lo destrozó todo....