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meow meow
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Han pasado tres años desde la última vez que sonrió, sin embargo, justo ahora no es capaz de reprimir la sonrisa creciente que comienza a formarse en sus labios. Se siente tan extraño y distinto en él que cuando se mira en el espejo, que cuelga de la puerta principal de su apartamento, no puede evitar sentirse como una "persona" completamente nueva.
Sin embargo, eso es por mucho lo más irrelevante en el momento; lo que realmente es alarmante es... ¿Por qué sus nuevos vecinos son tan ruidosos? ¿Y por qué de pronto desea tanto acercarse y hacerse su amigo?
Preguntas como esas siguen surgiendo en su cabeza cada vez que escucha la puerta del apartamento de enfrente abrirse y las risas de los chicos inundan el pasillo. Quiere catalogar la risa de uno de ellos como encantadora pero rápidamente desecha la idea junto con sus deseos irreparables de abrir la puerta e ir en busca de nuevos amigos.
