Capítulo 63: Un desenlace oscuro

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El humo se eleva sobre el cielo ennegreciendo todavía más el horizonte nublado de la costa, pese a la humedad y al viento los edificios seguían ardiendo a la distancia, no parece que los incendios vayan a cesar, aun puedo sentir el olor de la pólvora que se niega a dejar de atosigar mi olfato, tal vez una pequeña lluvia ayude a restaurar el paisaje costeño, aunque eso no le quitara el sentimiento de amargura que acongoja los corazones de los albatroreños, repelieron al Dominio, sí, hay que darles crédito por eso, pero no ha terminado, lo saben, y eso les aterra.

Las tropas del Dominio se están replegando, quien sea que este al mando ha decidido que no vale la pena seguir perdiendo tropas de forma innecesaria, se reagrupan a las afueras de la ciudad, al oeste de Albatros para ser exactos, esperan refuerzos, por lo que he oído no todos alcanzaron a retirarse a tiempo y quedaron aislados en algunas zonas de la ciudad, no tardaran mucho en caer.

No solo eso, la población local ha arremetido contra todo aquel partidario del Dominio en la ciudad, ahora mismo se están produciendo linchamientos y ejecuciones tanto contra civiles como autoridades o figuras destacables de la ciudad a lo largo y ancho de Albatros, no puedo decir que apoye esas acciones, pues rozan la barbarie y lo impronunciable, pero cuando te granjeas el descontento y el odio de aquellos a los que juraste servir y proteger... Bueno, he ahí el resultado.

Mientras estuve inconsciente alguien vino a vernos, oh bueno, a verme, un emisario de la Guardia gris, la facción rebelde que ha orquestado este levantamiento armado, su vestimenta es bastante peculiar: chaqueta de color blanco, además de lo que parece ser un poncho pequeño y rasgado de color marrón, seguido de pantalones jeans color plomo metálico, botas, brazales, guantes, hombreras y grebas de cuero marrón y finalmente una pañoleta de color negro que esconde parcialmente su rostro, dejando sus ojos de color ámbar y su cabeza de cabello negro al descubierto, se tomó la molestia de esperar a que me recuperara para hablar conmigo y mis amigos, quienes por fortuna se encuentran bien.

Nos reunimos en el pabellón de visitas para tener algo de privacidad, los presos que decidieron enfrentarse a Farsong montan guardia en el exterior, Raúl, Roycewicz, Maverick yo y nuestro invitado presidimos la reunión.

-Así que, Eitan Mactavish Hope, me alegra saber que no se trataba solo de un rumor. –Dijo él quien me miraba con ojos codiciosos, como si fuera un trofeo o alguna cosa de valor que se encontró en su camino, ignoré eso ya que teníamos asuntos más importantes que tratar, pero antes...

-No sabía que la Guardia gris contaba con su propio uniforme, eso sí es dedicación –Exclamé, maravillándome un poco con lo que traía puesto, me encantaba la vestimenta, el patrón de los colores realmente me cautivaba.

-¿Te gusta? Jeje, gracias, pero no le damos estas fachas a cualquiera, solo a lo mejorcito de nuestras filas. –Contestó bastante agradecido con el halago que le di.

-Interceptores grises –Añadió Maverick quien parecía reconocer el uniforme -Especialistas en combate urbano y bosques de la región, exploradores natos e idóneos para las emboscadas y guerra de guerrillas, son tropas de hostigamiento de la Guardia Gris, buenos tiradores, pero dejan mucho que desear en el combate cuerpo a cuerpo.

-Nunca fue nuestro fuerte, jeje –Contestó algo avergonzado mientras se rascaba la nuca –El paquete completo es cosa de los carmelianos, aunque la mayoría de ellos sacrifica el alcance por cadencia de fuego, quizás tu amigo podría enseñarnos algunas cosas para estar a la par de Carmely.

-Seee... -Respondió Raúl bastante desganado y molesto por la propuesta a la par que negaba con la cabeza y cruzaba los brazos –No creo que eso vaya a ocurrir.

Recordemos que cuando los rebeldes comenzaron a perder la guerra en el pasado, saquearon las tierras de Carmely en su desesperación por conseguir recursos, lo que les costó su alianza con los carmelianos, y estos últimos no son precisamente famosos por perdonar.

El Lamento de los HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora